La guerra de Israel contra Gaza y la violación de los derechos del niño.


 La guerra de Israel contra Gaza y la violación de los derechos del niño.

Para citar este artículo: 
Karen Wells, Susana Cortés-Morales, James Esson, Deirdre Horgan, 
Fikile Nxumalo, Ann Phoenix, Pauliina Rautio & Rachel Rosen.
Children´s Geographies, 
Publicado online: 20 Feb 2024

La intensificación de la actual guerra de Israel contra Gaza ha matado a más de 25.000 personas en menos de cuatro meses; la mitad de ellos niños. Casi 60.000 personas han resultado heridas, casi todas civiles y muchos de ellos niños (UNICEF 1 ).  Muchos miles más están desaparecidos bajo los escombros causados ​​por las 25.000 toneladas de explosivos que se han lanzado sobre Gaza desde el 7 de octubre, el equivalente a dos bombas nucleares. El IPC ha informado que toda la población de 2,2 millones de personas enfrenta inseguridad alimentaria aguda y que esta "es la proporción más alta de personas que enfrentan altos niveles de inseguridad alimentaria aguda que la iniciativa IPC haya clasificado jamás para un área o país determinado". Uno de cada cuatro hogares se enfrenta a "condiciones catastróficas", incluida la hambruna.2   Todos los menores de cinco años de Gaza, 335.000 niños, corren ahora un alto riesgo de sufrir "desnutrición grave y muerte evitable".3

Escribimos este punto de vista porque no es sostenible como académicos críticos de estudios de la infancia permanecer en silencio ante estas violaciones graves y sistemáticas de los derechos de los niños debido a las acciones de Israel en los territorios palestinos ocupados y especialmente en Gaza. La violencia, la destrucción, el hambre y el despojo que están sufriendo los niños de Gaza en el momento actual es casi imposible de comprender. Es precisamente debido a la vulnerabilidad de los niños al trauma, físico y emocional, que los niños tienen protecciones especiales en el derecho internacional. Estas protecciones están siendo violadas diariamente por las acciones de Israel en Gaza.

La guerra israelí contra Gaza no sólo viola la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, sino también los siguientes aspectos del derecho internacional 4 que se relacionan directamente con los derechos de los niños:

· El Cuarto Convenio de Ginebra sobre la protección de civiles durante la guerra y sus protocolos adicionales que prevén el cuidado y la protección de los niños, incluidos sus derechos a "su entorno cultural, su educación y el ejercicio de su religión" (GCIV Arts. 24, 50). ' y especifica que

o     'Los niños serán objeto de especial respeto y serán protegidos contra cualquier forma de atentado al pudor. Las partes en conflicto deberán proporcionarles los cuidados y ayudas que requieran, ya sea por su edad o por cualquier otro motivo (API Art. 77.1).

o     Las mujeres embarazadas y los recién nacidos entran en la categoría de "personas heridas" y, por tanto, se benefician de la misma protección prevista para los heridos y los enfermos en virtud del derecho humanitario (API Art. 8).

o     En la distribución de suministros de socorro se dará prioridad a las personas a las que se deba otorgar un trato privilegiado o protección especial, como niños, mujeres embarazadas, casos de maternidad y madres lactantes (GCIV Arts. 38.5, 50; API Art. 70.1). .

o     En las zonas sitiadas o en los territorios ocupados, los Estados partes en los Convenios deben permitir el libre paso de todos los suministros de alimentos, vestidos y tónicos esenciales destinados a los niños menores de quince años y a las mujeres embarazadas y lactantes (artículo 23 del Código Civil).Nota5

· Tres de las 'seis violaciones graves' de la ONU (asesinatos y mutilaciones; ataques a escuelas y hospitales; y denegación de acceso humanitario).

· La destrucción de escuelas también viola derechos interrelacionados conferidos por la CDN: el derecho a relajarse y jugar (artículo 31); el derecho a la libertad de expresión (artículo 13); el derecho a estar a salvo de la violencia (artículo 19) y el derecho a la educación (artículo 28).

Además del impacto directo de la campaña militar contra los habitantes de Gaza y en violación de las protecciones antes mencionadas, Israel también ha negado la entrada a Gaza de alimentos y medicinas y ha destruido hospitales e interrumpido el suministro de agua y electricidad, causando muertes por hambre y enfermedades. El bloqueo actual es una intensificación de la restricción israelí de alimentos y medicinas a Gaza que ha estado en vigor desde 2007.6   La infraestructura educativa también ha sido objeto de ataques: nueve de cada diez escuelas han sufrido daños importantes7   y la última universidad de Gaza fue destruida por el ejército israelí el 17 de enero de 2024. La mayor parte de la población ha sido desplazada y ha visto sus casas arrasadas y ahora vive en tiendas de campaña o al aire libre.

Muchos gobiernos han condenado esta guerra. En la Asamblea General de las Naciones Unidas del 27 de octubre de 2023, se aprobó una resolución que pedía "una tregua humanitaria inmediata y sostenida y el cese de las hostilidades"8   fue adoptado por 121 votos contra 14 y 44 abstenciones. Bolivia ha roto relaciones diplomáticas con Israel, Chile y México han solicitado a la CPI que investigue posibles crímenes de guerra cometidos por Israel, y varios otros países han retirado a sus embajadores. El presidente del Gobierno español ha pedido sistemáticamente un alto el fuego inmediato y permanente. Lo más significativo es que Sudáfrica llevó un caso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) acusando a Israel de genocidio, citando muchos de los pronunciamientos del propio gobierno israelí en apoyo de su caso. La CIJ dictaminó el 26 de enero de 2024 que es "plausible" que los palestinos corran riesgo de genocidio debido a las acciones de Israel en Gaza y que debe informar a la Corte en el plazo de un mes para explicar cómo está cumpliendo las decisiones del tribunal.9

Sin embargo, muchos otros gobiernos se han negado a pedir un alto el fuego o condenar a Israel. El Reino Unido ha apoyado activamente a Israel con acceso a las bases británicas en Chipre. Una coalición de Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Bahréin, Canadá y Países Bajos ha bombardeado Yemen en un intento de obligar a los hutíes a poner fin a su bloqueo de los barcos que transportan cargamentos israelíes en el Mar Rojo.10   Alemania apoya a Israel en la CIJ y ha prohibido el uso de la palabra "genocidio" en relación con Israel, calificando esta acusación de "antisemita". Estados Unidos continúa suministrando a Israel ayuda militar por valor de 14.300 millones de dólares (¿referencia?) y ha autorizado la venta de emergencia de 147,5 millones de dólares en equipo militar para continuar su guerra genocida, evitando al Congreso en el proceso.

A menudo se defiende al gobierno israelí con el argumento de que sus acciones son en defensa propia en respuesta a la incursión de Hamás en Israel el 7 de octubre. Ese día, Hamás tomó aproximadamente 240 rehenes y asesinó a 695 civiles, incluidos 39 niños.11   No debería ser necesario decir que estamos en contra del asesinato o el secuestro de civiles, pero, para que conste, no defendemos que los civiles sean asesinados o capturados en conflictos. Dicho esto, debemos señalar que la afirmación de que la guerra en Gaza comenzó el 8 de octubre simplemente no es cierta. En primer lugar, hay que reconocer que el establecimiento de las líneas del Armisticio de 1949, en las que Europa desempeñó un papel fundamental, supuso la catástrofe/Nakbade la expulsión forzosa de 750.000 palestinos y el asesinato de 15.000 palestinos entre 1947 y mayo de 1949. por las fuerzas militares sionistas.12   Además, lo que ha ocurrido desde el 8 de octubre es una intensificación de la ocupación por parte de Israel de tres áreas protoautogobernadas –Jerusalén Oriental, Gaza y Cisjordania– que fueron establecidas por los Acuerdos de Oslo en 1995. Un elemento clave de los Acuerdos de Oslo, firmado por representantes israelíes y palestinos, fue la retirada de las fuerzas israelíes de estos territorios; esa retirada nunca ocurrió. Desde que se firmaron los Acuerdos de Oslo, Israel ha matado a unos 6.000 palestinos, la mayoría en ataques a Gaza; el más largo, de 50 días, en 2014. En Cisjordania y Jerusalén Este, 203 palestinos murieron en 2023 y un promedio de 1.130 resultaron heridos cada mes de 2023.13   Si bien las muertes de israelíes e internacionales el 7 de octubre han sido noticia en todo el mundo, las muertes y el sufrimiento de los palestinos en Gaza pasan en gran medida desapercibidos para gran parte de los principales medios de comunicación, y así ha sido durante muchos años. Por último, hay que reconocer que el bombardeo indiscriminado de una población civil que ha provocado la muerte de más de 25.000 personas en los primeros 100 días de guerra es una forma de castigo colectivo del Estado israelí al pueblo palestino. 

 

Conclusión

En oposición a la complicidad de sus gobiernos en la guerra de Israel, cientos de miles de personas en todo el mundo se han movilizado en apoyo de Palestina.14   y más de 2.400 académicos y estudiantes de estudios sobre la infancia firmaron una declaración exigiendo un alto el fuego.15   Una pequeña pero significativa oposición a la guerra se ha ido construyendo lentamente en Israel, incluida una manifestación contra la guerra celebrada el 21 de enero de 2024.16

¿Cómo deberían responder los geógrafos infantiles a estos acontecimientos? Nuestra opinión es que, como mínimo, debemos exigir un alto el fuego inmediato. Permanecer en silencio ante el asesinato en masa y la discapacidad de niños es ser cómplice. Como académicos, no debemos dejarnos silenciar por afirmaciones de que es "complicada" o que el análisis de la guerra, sus causas e impactos requieren "matices" o que, a menos que Israel o Palestina sean el centro de nuestra investigación, no lo somos. "calificado" para hablar en una plataforma académica. También tenemos un papel crucial que desempeñar en el fomento de espacios de análisis y crítica, con y para colegas, estudiantes y niños. Debemos resistir los intentos actuales de impedir que las voces propalestinas se escuchen en las universidades y escuelas.17   Si bien hablar abiertamente no pondrá fin a este conflicto, aumentar el peso de la opinión pública mundial puede persuadir a Estados Unidos a dejar de apoyar incondicionalmente las acciones de Israel y a dejar de financiar su poder destructivo. En el pasado, ha sido precisamente el temor de Estados Unidos al efecto aplastante de su violencia sobre su (autoproclamada) reputación como hegemón benigno del orden internacional lo que finalmente cambió el rumbo de la política exterior (Vietnam) e interior (derechos civiles). movimiento). Si bien Estados Unidos no es el único país cómplice de las acciones genocidas de Israel, desempeña un papel decisivo. Sin el apoyo financiero y la ayuda militar de Estados Unidos, Israel no podría continuar esta guerra. Como se mencionó anteriormente, Estados Unidos brinda más apoyo financiero y militar a Israel que cualquier otro estado. Estados Unidos sigue siendo una potencia hegemónica mundial. Ejerció su derecho de veto para bloquear una votación a favor de un alto el fuego humanitario en la reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU el 8 de diciembre de 2023.18   Si no lo hubieran hecho, se habría producido un alto el fuego.

Reconocemos que los estudiosos de la infancia difieren sobre lo que consideran posibles soluciones para garantizar la libertad y la igualdad de los palestinos. Sin embargo, independientemente de lo que uno piense sobre el futuro de Palestina e Israel, corresponde a todos los estudiosos de la infancia apoyar el fin de las violaciones de la protección de los niños en el derecho internacional, incluido un alto el fuego inmediato, la restauración de escuelas y hospitales, y la inmediata suministro de ayuda humanitaria, incluidos alimentos, agua y medicinas. Instamos a los académicos a utilizar sus plataformas académicas para oponerse ruidosamente al actual asesinato, incapacidad y duelo de niños por parte de Israel, no sólo en Gaza, sino también en la Cisjordania ocupada, Jerusalén Oriental y el resto de Palestina-Israel.

Declaración de divulgación: Los autores no informaron de ningún posible conflicto de intereses.

Notas
1. https://www.unocha.org/news/gaza-children-under-attack  
2. https://www.ipcinfo.org/ipcinfo-website/alerts-archive/issue-94/en/
3. https://www.unicef.org/press-releases/statement-unicef-risk-famine-gaza-strip
4. Para una lista completa del derecho internacional que se refiere específicamente a la protección de los niños en la guerra, véase el apéndice de Amann, Diane Marie, International Child Law and the Settlement of Ukraine-Russia and Other Conflicts (2022). 99 International Law Studies. Disponible en SSRN: https://ssrn.com/abstract=4232165)
5. https://guide-humanitarian-law.org/content/article/3/children/
6. https://www.bbc.co.uk/news/world-middle-east-19975211
7. https://www.bbc.co.uk/news/world-middle-east-68023080
8. https://press.un.org/en/2023/ga12548.doc.htm
9. https://www.icj-cij.org/case/192
10. https://www.whitehouse.gov/briefing-room/statements-releases/2024/01/11/statement-from-president-joebiden-on-coalition-strikes-in-houthi-controlled-areas-in-yemen/
11. https://www.france24.com/en/live-news/20231215-israel-social-security-data-reveals-true-picture-of-oct-7-%20deaths
12.https://www.aljazeera.com/news/2022/5/15/nakba-mapping-palestinian-villages-destroyed-by-israel-in-1948
13. https://www.aljazeera.com/news/longform/2023/12/12/know-their-names-palestinians-killed-by-israel-inthe-occupied-west-bank-2
14. https://www.aljazeera.com/news/2024/1/13/pro-palestine-demonstrations-around-the-world-as-gaza-warnears-100-days
15. https://mondoweiss.net/2023/10/childhood-researchers-call-for-an-end-to-the-western-backed-israeligenocide-in-gaza/
16. https://www.aljazeera.com/editorial/2024/1/21/reporters-notebook-covering-an-first-antiwar-protest-inisrael
17. https://www.opendemocracy.net/en/prevent-counter-terrorism-palestine-gaza-students-schools-universities/
18. https://news.un.org/en/story/2023/12/1144562

 

La salud mental en la infancia y adolescencia ante un mundo en cambio

Según la Organización Mundial de la Salud, entre el 10 % y el 20 % de los adolescentes presentan o presentarán algún tipo de problema de salud mental y todos los indicadores apuntan a un incremento de la incidencia de problemas de salud mental en menores.


Ultima Hora

Víctor Malagón

Palma 02/03/2024


La psiquiatra Montserrat Dolz. | Redacción Local

La segunda jornada del Ciclo Jóvenes de Ultima Hora, en colaboración con la Fundación La Caixa, aborda esta situación con la doctora Montserrat Dolz, jefa del área de Salud Mental Infantil y Juvenil del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona y asesora de la Generalitat de Catalunya, como plato fuerte.


La jornada se desarrollará el jueves 14 de marzo a las 19.00 horas en el CaixaForum Palma. Además de la presencia de Dolz, intervendrán otros expertos como Oriol Lafau, coordinador autonómico de Salut Mental en Balears; Aina Amengual, directora del Institut per a la Convivència i l’Èxit Escolar, y el catedrático en Ciencias de la Computación e IA, Llorenç Huguet. Los tres participarán en una mesa redonda. El acto estará moderado por la periodista Elisabeth Moll.


Bajo el título ‘Salud Mental en niños y jóvenes, entre la resiliencia y la vulnerabilidad’, Dolz hablará desde veinte años de especialización en jóvenes y niños, un campo en el que es una de las principales expertas a nivel estatal, una actividad que compagina con numerosas acciones formativas.


Además de su trabajo como psiquiatra, desde el año 2013 colabora como asesora en salud mental infantil y juvenil en el Plan Director de Salud Mental y Adicciones de la Generalitat de Catalunya.


Investigación


Dolz ha desarrollado una amplia tarea de investigación, tras estancias en el King’s College of London y la Center for the Assesment and Prevention of Prodromal States en la University of California.

En el año 2011 participó en la puesta en marcha de Capris, el proyecto pionero en España en el estudio de la población infanto-juvenil en riesgo a desarrollar psicosis.


La jornada del próximo día 14 es la segunda de las tres que forman el Ciclo Jóvenes de Ultima Hora, que pretende dar una visión en profundidad de la situación de adolescentes y menores ante la transformación social. La primera de las jornadas, que se desarrolló el pasado mes de enero, abordó de la mano del psicólogo clínico, José Ramón Ubieto, las nuevas adicciones en la era digital.

Crímenes en contra de la maternidad. Seminario Historia Infancias y Adolescencias, México, 20 de marzo.

Niñas que fueron procesadas por aborto e infanticidio
durante 30 años del siglo pasado en la ciudad de México.

El Seminario Historia de las Infancias y las Adolescencias (SEHIA), en la UNAM - Universidad Autónoma del Estado de Morelos, México, la cual lleva unos años convocándolo de la mano de Susana Luisa Sosenski Correa y Beatriz Alcubierre Moya.

La Historia de la Infancia es una de esas asignaturas pendientes que tiene la humanidad con todos los niños y adolescentes.

Aquí,  os proponemos una oportunidad de participar en una de las sesiones en la que se estudiarán aquellas las niñas que fueron procesadas por aborto e infanticidio en la ciudad de México durante 30 años del siglo pasado: Daniela Lechuga Herrero, Licenciada en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México y Maestra en Historia Moderna y Contemporánea por el Instituto Mora, y Martha Santillán Esqueda, Doctora en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), centrando su investigación en el análisis de la criminalidad femenina en los años cuarenta en la ciudad de México.

.- día 20 de marzo
.- Acceso y asistencia virtuales,
.- Inscripción y participación mediante reserva al seminariohistoriainfancia@gmail.com
.- 12:00 h. de México.


«‘No me pesa, es mi hermano’: los hermanos en el sistema de protección», Renovando desde dentro, nº 17.

 «‘No me pesa, es mi hermano’:
los hermanos en el sistema de protección», 

 Artículo 17: febrero 2024
Introducción
El cuento de Hansel y Gretel1, que tan sugerente resultaba para Bruno Bettelheim, ha sido recientemente versionado por Elvira Lindo, siempre tan sensible y acertada para los temas relacionados con la infancia2. En esta adaptación radiofónica, la fraternidad y lealtad mutua de los hermanos resulta ser su única protección frente a una familia disfuncional, el abandono, y el posterior maltrato perverso en el lugar donde creyeron refugiarse.

Esta referencia nos sirve para introducir nuestra preocupación por el modo en que el sistema de protección puede debilitar o incluso extinguir los vínculos entre los hermanos y hermanas, pese a que teóricamente su finalidad es asegurar el derecho a vivir en un entorno familiar afectuoso y seguro y preservar la familia.

Deberíamos ser más conscientes de que puede haber mecanismos y modos de actuación, frecuentemente inadvertidos o implícitos, que
.- facilitan la pérdida de la propia identidad y conciencia de su origen, en vez de ayudar a construirla a partir de su historia;
.- debilitan los vínculos fraternos de los niños, niñas y adolescentes protegidos, en vez de preservarlos como un elemento primario de protección.

Identidad, historia y vínculos
Poder responder la pregunta “¿Quién soy?” implica haber ido construyendo un sentido de singularidad y de permanencia gracias a las creencias, emociones y pensamientos sobre la persona que somos y los atributos que nos diferencian de los demás.

“Quién soy, de dónde vengo, cuáles son mis raíces…” son experiencias universales que forman parte de la construcción de la identidad personal. Junto a la experiencia de ser aceptado, valorado y reconocido como parte de un grupo, la identidad se construye también sobre aspectos en los que reconozco cómo son los míos, cómo nos relacionamos, cómo nos vestimos, cómo celebramos, a qué damos prioridad, cómo expresamos los afectos…

Quienes se sienten parte de un sistema familiar comparten en diversa medida un conjunto de normas, pensamientos, conductas, modos de relacionarse y de comportarse, y también experimentan lealtad hacia ese universo y sus componentes. Las relaciones entre los hermanos a veces se resquebrajan cuando alguno siente que el otro traiciona los valores de esa lealtad y fidelidad que integran nuestra idiosincrasia familiar. A veces actuamos por no decepcionar o por agradar a algún familiar significativo. Mantener esa lealtad nos permite sentirnos parte de los nuestros y desempeñar el rol que se nos ha asignado. Lo cual tiene aspectos positivos, pero también puede acabar siendo limitante y restrictivo, si impide al individuo diferenciarse, es decir, tomar sus propias decisiones, determinar su orientación, incluso su renuncia a pautas culturales o modos de comportamiento que no desea. Afortunadamente, al crecer podemos descubrir que hay modos distintos y que algunas de nuestras tradiciones pueden ser francamente criticables y merecedoras de abandonarse… pero incluso las diferencias, disensiones o rechazos se edifican sobre los elementos de esta primera socialización.

Este proceso de construcción de la identidad personal y familiar se desdibuja cuando el niño, con objeto de salvaguardar sus derechos, es separado de su familia, se debilitan sus referencias, y no se le ofrece un marco consistente en el que continuar construyendo su noción de sí mismo. Hay que tener presente que la familia es un sistema, con su red de relaciones, normas, roles y jerarquías, en cuyo seno el individuo evoluciona, se desarrolla y adapta.

¿Necesitamos a los hermanos3?
Pese a todas sus posibles insuficiencias, la familia de origen constituye el primer grupo social de pertenencia. Desde muy temprano el niño construye la noción de formar parte de un sistema y conforma su primer grupo social de referencia sobre el que desarrolla su propio marco de valores, normas y creencias. Obviamente, la edad va modificando la fuerza de estas referencias, a veces hasta hacerlas desaparecer, pero constituyen el punto de partida de la propia identidad.

Lo habitual es que la convivencia con los hermanos se desarrolle dentro del hogar familiar. Fuera de la casa, los hermanos acuden a clases diferentes, a veces colegios diferentes, probablemente a actividades de ocio diversas; y a partir de la adolescencia se integran en grupos diferentes de socialización secundaria. La convivencia diaria se convierte en la principal experiencia donde se construyen los vínculos entre los hermanos; y si no es así, los vínculos se mantienen porque al menos se comparten momentos significativos juntos. Por importante que sea la genética, lo que nos hace sentirnos vinculados a los hermanos no es asumir que compartimos ADN sino haber crecido juntos, haber establecido relaciones que satisfacen nuestras necesidades.

Es cierto que a los hermanos no se los elige, sino que nos vienen dados por las circunstancias. Nuestra relación con ellos puede ser tan significativa para comprender quienes somos como la relación con los padres. En condiciones normales suele ser la primera relación entre iguales que se experimenta y sirve de aprendizaje para otras relaciones sociales. Con todos sus vaivenes puede ser fuente de seguridad mutua y de afecto. Tiene su parte de afectividad y compañerismo y también su parte de rivalidad, molestias y roces. Implica, casi por definición, emociones contradictorias. Aunque nada irrite más a los padres que las inevitables y frecuentes peleas y rivalidades entre hermanos, entre los beneficios de convivir con unos hermanos pueden estar el aprendizaje de la negociación, de la cesión y del acuerdo. De hecho, corre el tópico de que los hijos únicos sufren un déficit de socialización al carecer de esa experiencia de competir/compartir con hermanos la atención de las figuras de cuidado, los juguetes, los espacios, los tiempos…

Tener hermanos también puede ayudarnos a comprender las limitaciones de los padres, a interpretar sus conductas, u ofrecernos apoyo cuando uno de los dos o ambos son negligentes o agresivos… Las explicaciones que los hermanos comparten o se dan unos a otros les permiten situarse ante los padres, otros hermanos, abuelos, etc.; y también elaborar un relato sobre su propia vida y la historia del sistema familiar.

Quien ha experimentado una intensa complicidad con un hermano puede haber disfrutado de la primera amistad incondicional que le ofrece la vida. Lo cual no siempre ocurre, pero cuando es así, tiene un valor incalculable.

Valorar sin mitificar
No se pretende hacer un canto a la fratría como favorable por definición y universalmente benigna, del mismo modo que no lo hacemos de la familia nuclear: si fuera así, no habría que proteger a ningún niños, niña o adolescente ni tutelarlo.

Es en la infancia cuando es bueno tener hermanos cercanos, cuando necesitamos el roce con ellos. Después, a lo largo de la vida, habrá que elegir, moderar o filtrar las relaciones con nuestros hermanos, como hacemos con otras relaciones familiares o personales. Quienes trabajamos con familias adultas sabemos que, con la edad, muchas relaciones entre hermanos se han enfriado o resultan inexistentes, o deliberadamente fueron abandonadas.

Conocemos relaciones entre hermanos que han podido ser tóxicas o abusivas. Hay casos donde alguno de los hermanos se identifica o se alinea con el progenitor maltratador frente a sus hermanos y se convierte en una nueva figura de maltrato. Otros casos de maltrato son provocados –o coparticipados– por unos hermanos contra otros hermanos menores o más vulnerables, sin que los progenitores hayan sido conscientes o protectores. Pensemos en los casos en que alguno de los hermanos, sea por agresividad, envidia o resentimiento, puede llegar a ser perjudicial para el desarrollo de la personalidad de otros. O en sentido contrario, las situaciones en que uno de ellos es señalado como una especie de delator porque motivó la intervención protectora y los demás le culpan, marginan o incluso agreden.

Por mucho que la rutina o la experiencia nos hagan encontrar parecidos entre personas y situaciones, no hay dos sistemas familiares idénticos y cada uno de los niños, niñas y adolescentes son únicos e irrepetibles. La familia disfuncional, ya sea negligente o maltratadora, puede presentar mayor conflictividad entre hermanos, con sintomatología tanto internalizante como externalizante. Pero en otras ocasiones ocurre lo contrario: se produce un fenómeno de amortiguación, de apoyo entre los hermanos frente a sus progenitores deficitarios, donde los hermanos mayores protegen y ayudan a los hermanos menores, explican las dificultades, ayudan a clarificar la situación. La familia disfuncional puede suponer mayores conflictos, rivalidad y enfrentamiento, y mayores perjuicios cuanto más tiempo se prolongue la situación; pero también puede darse una compensación de protección entre hermanos que favorezca su resiliencia, y que esta relación tenga cierta función terapéutica frente al trauma.

Servicios familiares que deshacen familias

Cuando los niños, niñas o adolescentes entran en el sistema de protección se dispara el riesgo de que pierdan de vista a sus hermanos porque las instituciones no se esfuerzan para mantener la convivencia entre ellos y su relación. En una residencia puede ocurrir porque resulta más manejable agrupar a los niños, niñas y adolescentes por edades, como ocurre en la escuela. Entre familias acogedoras, porque parece dejarse a criterio subjetivo de las familias velar por la relación, sin un criterio y plan de trabajo técnico.

También oímos que a veces se proponen ubicaciones y actividades diferentes, o incluso separaciones permanentes “porque los hermanos se llevan fatal”. Que unos hermanos “se lleven fatal” no es motivo para separarlos. Recuerdo el caso de dos hermanos preadolescentes cuyos educadores de la residencia recomendaron separar en dos familias acogedoras diferentes, dada la conflictiva convivencia entre ellos. El día en que el primero de ellos conoció a la familia que le iba a acoger y salió a merendar con ella, en vez de comerse el helado del menú infantil lo guardó para su hermano “porque a él le encanta este helado”. Los acogedores, que creían que los hermanos “no se soportan uno a otro” y por ello iban a ser separados, no daban crédito ante este gesto de delicadeza. Así es muchas veces la relación cotidiana entre unos hermanos, y hay que esforzarse por interpretarla correctamente.

“Son tan distintos”… ¡Por suerte! La diferenciación es parte de la función fraterna. En las decisiones de la vida cotidiana no se trata de forzar actividades de ocio idénticas, por ejemplo, para un futbolero compulsivo y un sedentario ajedrecista, sino de encontrar el espacio y el tiempo para que convivan… aunque sea para pelearse, para compartir su impresión sobre cómo estaba mamá en el último encuentro, o sus miedos respecto al futuro…

Nuestra población, de por sí, está amenazada de carecer de los vínculos y redes de apoyo que disfrutan el resto de las personas cuya familia no se ha resquebrajado. De hecho, la intervención protectora se produce porque hay una familia disfuncional, porque la familia extensa no es capaz de compensar o proteger, porque el ejercicio de las responsabilidades parentales es negligente o perjudicial. La relación entre hermanos se convierte en el elemento decisivo para mantener vínculos primarios y elementos de identidad. Y sin embargo, un posible efecto iatrogénico4 de la protección es la debilitación, ya sea en la residencia o en la familia acogedora, de la intensidad de las relaciones entre hermanos.

Encontramos ejemplos de todos los escenarios posibles: hermanos que siguen en casa mientras otros están en residencia o familia acogedora, hermanos separados en familias distintas, hermanos en la residencia mientras otros salen con una nueva familia, hermanos adoptados mientras otros están acogidos y otros están en una residencia… Seamos conscientes de que la coordinación no brotará espontáneamente: los técnicos tienen que esforzarse para que los hermanos que no conviven no se sientan separados, para que la intervención comparta un planteamiento común para el sistema familiar, para que los proyectos individuales (que pueden ser distintos) se armonicen y revisen conjuntamente. O se trabaja coordinadamente en estos supuestos o la intervención protectora romperá los vínculos entre hermanos.

La preservación de la relación entre hermanos es en nuestra legislación un criterio orientativo de la actuación administrativa. Es un criterio vinculado al derecho del niño a sus relaciones familiares, y por tanto deben ponerse todos los esfuerzos por evitar la separación en entornos distintos y, cuando se esté planteando la posibilidad, justificar que tal separación resulta idónea. La “carga de la prueba” recaerá sobre la conveniencia de ser separado.

Inevitablemente se producirán separaciones entre hermanos dada la gran complejidad de situaciones familiares que encontramos, y no sería realista defender a todo trance el mantenimiento absoluto de la convivencia. La propia legislación adopta un enfoque posibilista respecto a ello y permite los acogimientos en familias distintas o las adopciones abiertas manteniendo la relación entre hermanos, pero estas decisiones deberían ser excepcionales y siempre debidamente justificadas:
.- sólo deberían considerarse separaciones deseables aquellos casos en que el niño, niña o adolescente vulnerable deba ser protegido de sus propios hermanos o de un conjunto familiar encubridor de abuso o maltrato, para evitar que este se reitere o mantenga;
.- las separaciones aceptables podrían ser aquellas en las que se fracasa en la búsqueda suficiente (en tiempo y en esfuerzo) de una alternativa común, en cuyo caso es obligado un plan de reducción de daños que clarifique el modo en que se mantendrá viva la relación entre hermanos;
.- las separaciones de hermanos inaceptables serían aquellas que se plantean por rigidez en los recursos disponibles, por razones de las instituciones o los equipos pero ajenas a los niños, niñas y adolescentes, o por motivos de descoordinación o dejadez.

Acompañar realidades fraternales complejas
En la familia disfuncional pueden verse multiplicados la desatención o el maltrato, sea físico o emocional. Pero al igual que un hermano puede ser protector ante un supuesto de bullying escolar, también puede darse esta protección en el entorno familiar. Como en la mencionada revisión del cuento de Hansel y Gretel, el apego entre hermanos puede cubrir las necesidades afectivas y de cuidado cuando los padres fallan. Pese a las experiencias tan duras que hayan podido vivir, unos hermanos que comparten un pasado común, que se ayudan a recodar su infancia, que elaboran conjuntamente una narrativa sobre lo que les ha ocurrido, pueden ser de ayuda para desarrollar resiliencia y para no verse únicamente como victimas sino como sujetos activos. Cada caso tiene sus particularidades según las edades de los protagonistas, según el lugar que ocupan en la fratría, según la intensidad de convivencia previa que han compartido. No sería lo mismo cuando ni siquiera saben de su existencia.

Como ocurre a muchos primogénitos, sobre uno de los hermanos puede recaer mayor responsabilidad o una expectativa de cuidar de los otros5. Es posible que, como mayor, sea el que más tiempo haya convivido con los progenitores, y se identifique más con ellos. No hay por qué negar ese plus de primogenitura… sabiendo que es un niño, niña o adolescente y que no puede ni asumir más responsabilidad que la que le corresponde, ni lastrar su futuro por una responsabilidad excesiva (por ejemplo, los adolescentes que abandonan tempranamente los estudios por un trabajo precario con tal de ingresar dinero para ayudar a sus hermanos).

En otros casos en que los niños, niñas y adolescentes son víctimas de violencia de género en el seno de su familia, uno de los hermanos puede identificarse más con la víctima mientras que otro se identifica más con el agresor, lo que debe ser conocido y debidamente interpretado.

Hay hermanos mayores que viven como una traición la mayor identificación de los pequeños con figuras sustitutas posteriores (educadores y acogedores) y hay que ayudarles a que se liberen de ese rol de vigilantes de las esencias de la identidad familiar.

Los celos y rivalidades entre hermanos (“el listo”, “el torpe”, “el guapo”…) hacen mella en la propia identidad. ¡Cuántos adultos siguen acomplejados por haberse sentido el patito feo de su familia! Pero la solución no es perder de vista a los hermanos sino descubrir los valores propios. Algunas familias disfuncionales provocan entre los hermanos relaciones también disfuncionales. El preferido, el hijo de ambos frente al hijo previo, el que “más se parece a mí”… Algunos niños, niñas y adolescentes valorados por determinados atributos pueden hacer de ese rasgo el núcleo de su identidad. O encasillan al “rarito”, al “vulnerable”, al discapacitado en su papel. La conciencia del afecto diferencial de los progenitores merma considerablemente la autoestima.

Como repetimos en este blog, todo esfuerzo por escuchar y comprender los sentimientos de los niños, niñas y adolescentes será poco. Quienes acompañan grupos de hermanos deben saber manejar la hostilidad aprendida, heredada o mimética que manifiestan. A veces, debido al sufrimiento de verse rechazado por los padres, se desplaza a un hermano la hostilidad y se le convierte en chivo expiatorio. Ocurre también cuando uno de los hermanos es quien ha denunciado el maltrato, o indirectamente ha posibilitado el descubrimiento de la situación de desprotección, de modo que se convierte en el “niño síntoma” al que se separa de la familia mientras los demás miran para otro lado o incluso le recriminan haberse ido de la lengua o no haber contribuido a ocultarlo. En estos casos sin duda será necesaria una intervención profesional específica para que los hermanos interpreten adecuadamente su historia de desprotección y no responsabilicen precisamente a la víctima.

Querríamos que entre los hermanos se crease siempre una relación de complicidad y atención mutua, un sentimiento de deberse cuidado entre ellos. En las familias quebradas puede ser más difícil comprender y resituarse, pueden acentuarse las diferencias, puede encontrarse mayor dificultad para aceptar diferentes necesidades, o multiplicarse los reproches, celos y rivalidades por una menguada atención paterna o materna. Saber escuchar y acompañar esas emociones es también parte de nuestro trabajo.

Algunas llamadas de atención sobre los hermanos en protección

1.- Mantener el esfuerzo por no sacar a los niños de su casa
No nos cansaremos de recordar el principio de necesidad en el sistema de protección infantil, es decir, que la decisión de sacar al niño de su entorno es una medida extraordinaria que sólo debe tomarse cuando no sea posible garantizar su bienestar por ningún otro medio. Desgraciadamente, el desmantelamiento silencioso de los servicios de prevención y atención primaria en favor de otras prioridades políticas amenaza con devolvernos décadas atrás, cuando la única medida de protección era la separación y el internamiento. Antes de cualquier otra consideración, hay que asegurarse de que no estamos separando a niños, niñas y adolescentes de sus progenitores y familias… o a grupos de hermanos entre sí cuando hay otras maneras de modificar las circunstancias y evitar los riesgos, manteniendo la convivencia con los suyos.

2.- Facilitar la convivencia entre hermanos
Aunque implique esfuerzo, hay que facilitar a los niños, niñas y adolescentes acogidos fuera de su familia la convivencia con sus hermanos, aunque se produzca cierto nivel de conflicto entre ellos. Independientemente de la tendencia a integrarse en el grupo de sus iguales en edad, los niños, niñas y adolescentes deben tener tiempo y espacio con sus hermanos, en el que unos oigan a los otros hablar de sus padres y de su historia, resignifiquen sus experiencias, compartan expectativas e impresiones, etc. No se trata de sobre-responsabilizar a los mayores, pero sí de permitir que sus roles naturales en el sistema familiar se ejerzan y desarrollen, y se teja esa red vincular que puede acabar siendo su principal red de apoyo cuando la protección externa finalice. Debemos encontrar sitio para ellos en la misma institución o en la misma familia, y facilitar con creatividad tiempos y espacios comunes. Y si no se consiguiera un espacio común para toda la fratría, la alternativa debe incluir un plan de “reducción de daños” a través de oportunidades flexibles para encontrarse, disponer de tiempos juntos, y visitarse en sus respectivos lugares de convivencia.

3.- Los adultos de referencia deben conocer la realidad de los hermanos
Quienes conviven con los niños, niñas y adolescentes (sean educadores profesionales o acogedores familiares) se convierten durante un tiempo en depositarios de su historia y les acompañan en la construcción de esa comprensión de sí mismos que llamamos identidad. Por tanto, con toda la reserva y prudencia que implica el respecto a la intimidad y confidencialidad en materia tan delicada, deben conocer bien su historia, los motivos del acogimiento, y la dinámica familiar de la que provienen. Y si sus hermanos no están presentes, saber de ellos y poder responder a sus preguntas. Los adultos que dan continuidad a sus días tienen que ayudar a los niños, niñas y adolescentes a entender los motivos de su situación con explicaciones claras. Asegurarse de que no haya reparto de culpas entre hermanos. Facilitar una interpretación compartida de su situación. Por qué estamos aquí, por qué no podemos vivir con los nuestros, y qué es probable que nos depare el futuro. Tendrán que
.- ser capaces de responder de modo comprensible para su edad y que los niños, niñas y adolescentes sientan que pueden preguntar;
.- reconocer que no sabemos todas las respuestas y aceptar incertidumbres;
posibilitar tiempos de convivencia de calidad los hermanos (hay algunos encuentros que parecen diseñados para hacer de la relación familiar una tortura);
.- poder hablar de los celos y las rivalidades y ayudar a los niños, niñas y adolescentes a reconocer emociones y expresarlas;
.- no sobrecargar a los mayores de responsabilidades que hagan sentir a sus hermanos como una carga familiar;
.- asegurarse la coordinación con los educadores, técnicos o terapeutas u otros agentes que intervienen con los hermanos: aunque el hermano no sea “responsabilidad mía” o “mi caso” sí es “mi problema” no facilitar la pérdida de sus vínculos.

4.- Necesitamos familias que acojan hermanos
El lento despegue del acogimiento familiar en España parece lastrado por el escaso número de familias que inicialmente se postulan para acoger niños mayores, grupos de hermanos, o niños, niñas y adolescentes con especiales necesidades. Hemos llegado a asumir con naturalidad que las familias cruzan el mundo para adoptar unos hermanos completamente desconocidos, pero no consideran que su proyecto familiar contemple acoger unos hermanos de similar edad en su misma localidad.

Necesitamos otras estrategias de reclutamiento, selección y capacitación de familias. Hay que salir a buscarlas, y que quienes están considerando hacer ofrecimientos abiertos a grupos o especiales necesidades sientan que son bienvenidos, no que se les recibe con sospecha o exceso artificial de exigencias burocráticas.

Nuestros procedimientos pueden estar contaminados de la perversa filosofía implícita de que existe un “derecho al niño” y manejamos los ofrecimientos como si fueran solicitudes administrativas para presentarse a unas oposiciones. Hay equipos que tardan meses o años en poder convocar a una familia cuyo ofrecimiento es valioso porque se considera que hay que seguir un orden de lista y trabajar con decenas de familias cuya expectativa es la de “un niño lo más pequeño posible y sin familia” y cuyo ofrecimiento probablemente nunca será necesario.

La idoneidad para acoger o para adoptar no es una cuestión solo de “sí o no”, sino esencialmente “para qué”, y por tanto hay que avanzar en la definición de ofrecimientos y competencias diversas, para las diversas situaciones familiares.

5. Las familias necesitan formación y acompañamiento
Más importante que la mera selección inicial es el acompañamiento posterior de la familia que se ha embarcado en un desafío como el acogimiento o la adopción de hermanos. Supervisión adecuada, posibilidad de formación permanente, conciencia de participación… Las familias aceptan mejor la incertidumbre si tienen confianza en los técnicos.

En la formación inicial y permanente de las familias hay que incorporar seriamente el respeto a los orígenes y la importancia de las relaciones entre los hermanos. Preparar a los futuros acogedores para la coparentalidad y el respeto a la realidad de los niños, niñas y adolescentes. Parte de sus competencias será favorecer el encuentro y la relación con personas significativas, sean sus hermanos u otros allegados.

También tenemos presentes los casos en que las adopciones o acogimientos experimentan dificultades, crisis o incluso interrupciones debido al conflicto entre el recién llegado con los hijos anteriores. Las relaciones con los hermanos de acogida pueden ser un desafío que requiera especial sensibilidad de parte de técnicos y adultos acogedores.

En los casos en que sea inevitable colocar a los niños, niñas y adolescentes en familias distintas, será necesario incorporar al proceso de identificación de familias una mínima afinidad entre ellas que facilite el contacto futuro, asegurando en lo posible su compatibilidad. Colocar a hermanos en dos familias incompatibles entre sí por sus tradiciones, creencias, valores o prioridades es una crónica de una muerte anunciada para el vínculo fraterno. Las familias deben ser informadas previamente, con claridad y constancia por escrito, de los contactos y relaciones que se van a mantener, como prevé la ley. La improvisación, los cambios de criterio o la falta de información suficiente al inicio pueden comprometer el buen funcionamiento de la acogida.

6.- ¿Quién dijo que sería barato?
Como señalan los estudiosos de la crisis de natalidad en España6, las familias no tienen los hijos que querrían, entre otras razones, por dificultades económicas y dificultades de conciliación. Idénticos obstáculos impedirán plantearse acoger un grupo de hermanos, mientras los programas de protección siguen estrellándose contra el muro de no encontrar familias. A lo mejor hay que empezar a compensar económicamente de modo adecuado este esfuerzo.

Parte de la simpatía política que despertó inicialmente el acogimiento familiar se basaba en su supuesto menor coste. Sin embargo, siguen sin ponerse a disposición del sistema de protección los recursos financieros y humanos necesarios para políticas estables a medio plazo, dependiendo siempre de presupuestos provisionales. Hay que invertir suficientemente para permitir a familias modestas la acogida de grupos de hermanos y para acompañar la relación entre hermanos durante el acogimiento.

7.-Revisar la toma de decisiones
Algunas decisiones que se toman sobre los niños, niñas y adolescentes (“Sacar de la familia ¿a todos o a algunos? ¿juntos o separados? ¿familias de acogida diferentes? ¿adoptar por separado?…”) son muy complejas y sus consecuencias probablemente irreversibles. Hay que esforzarse por conocer, tanto preguntando como observando, los sentimientos y necesidades de los niños, niñas y adolescentes en sus relaciones con los hermanos y tenerlos en cuenta.

Fundamentar bien la toma de decisiones desde un enfoque de derechos que considere qué es lo más beneficioso para el niño, niña o adolescente (su superior interés como derecho, como principio, como norma de procedimiento) es fundamental. Como hemos dicho, la solución habitual debería ser mantener juntos los hermanos, y en caso contrario planificar el modo de mantener viva la relación. Solo en casos excepcionales será necesario alejarlos por el perjuicio que suponga su convivencia.

Y para los adolescentes que crecen en el sistema de protección, es responsabilidad de la institución la búsqueda creativa de alternativas convivenciales futuras según se van emancipando de la tutela pública.

8.- Hermanos no biológicos
Por último, dejaremos esbozada una cuestión. Las biografías de los niños, niñas y adolescentes que pasan por el sistema de protección se tejen y entretejen con las de otros niños, niñas y adolescentes. Muchas de las experiencias de convivencia, apoyo, rivalidad, imitación, complicidad… que los demás hermanos experimentan en el seno de la familia de origen, en nuestro caso se producen en el grupo de la residencia o con los hermanos de acogida. Tenemos hermanos “de vínculo sencillo” (solo comparten padre o madre), familias reconstituidas donde crecen como hermanos sin serlo genéticamente, niños, niñas y adolescentes que han crecido como si lo fueran en residencias o familias… Esas relaciones son también dignas de respecto y de consideración. Hay que evitar que las historias de la infancia de los niños, niñas y adolescentes protegidos parezcan una lista de “desaparecidos en combate”. Acabemos con esa hipótesis del “corte limpio” que dificulta la relación del niño, niña o adolescente con los miembros de la residencia o la familia en la que estuvo, y acaba abruptamente con vínculos significativos para ellos.

Allá va la despedida

La maravillosa canción «He Ain’t Heavy, He’s My Brother» (“No me pesa, es mi hermano”) fue grabada por The Hollies en 1969, con un veinteañero y desconocido pianista de estudio llamado Elton John. Entre las innumerables versiones posteriores, son excelentes las de Neil Diamond, Al Green o Cher.

No todo el mundo conoce la relación de esta canción con nuestro trabajo. Esta frase era el lema y logotipo de la histórica “Ciudad de los Muchachos” fundada en 1917 por el famoso Padre Flanagan, pionero de la protección infantil, al que en Europa conocemos gracias a las películas de Spencer Tracy (“Forja de hombres”, 1938 y “La Ciudad de los Muchachos”, 1941). La leyenda dice que fue una niña que cargaba a su hermano la que contestó a los adultos que pretendían sustituirla: 
“No me pesa, es mi hermano”.

La letra de la canción dice más o menos así:

El camino es largo / Y da muchas vueltas / Que nos llevan quién sabe dónde/ Pero yo soy fuerte/ Suficientemente fuerte para cargar con él / No me pesa, es mi hermano / Y así vamos / Yo me encargo de su bienestar / No supone una carga / Llegaremos / Porque sé / Que no me estorba/ No me pesa, es mi hermano/ Si algo me pesa/ Me pesa la tristeza/ De que no todos los corazones / Estén llenos de la alegría/ De quererse / Es largo, largo el camino/ Y sin retorno/ Y mientras vamos hacia allí/ ¿Por qué no compartir?/ 
Y la carga/
No me pesa nada/ 
No me pesa, es mi hermano / 
No me pesa, es mi hermano“ 
(Scott & Russell, 1968).

Pues eso.

1.- https://cadenaser.com/especial/cuento-de-navidad-hansel-gretel/
2.- Ya en su primera novela para adultos “El otro barrio” (Elvira Lindo, 1998) retrataba admirablemente a los adolescentes en conflicto y el sistema tutelar de menores.
3.- A lo largo del artículo utilizaremos el término “hermanos” para referirnos a los miembros de la fratría, sea cual sea su género. El término inglés “siblings” se refiere indistintamente a “sisters” y “brothers”, pero en castellano carecemos de una alternativa similar.
4.- En medicina se denomina iatrogenia a los daños no deseados causados como efecto secundario por una intervención que pretende mejorar la salud.
5.- Recordemos a la niña de la etnia uitoto que a sus 13 años mantuvo con vida a sus tres hermanos pequeños durante 40 días en la selva colombiana tras un accidente de avioneta en el que murieron los adultos, en el verano de 2023.
6.- https://documentos.fedea.net/pubs/eee/eee2021-04.pdf