Guía "Tejer una red para sanar las heridas del alma. Gestión de Caso con abordaje de trauma en la infancia y adolescencia"

 Guía "Tejer una red para sanar las heridas del alma. Gestión de Caso con abordaje de trauma en la infancia y adolescencia" de F Javier Romeo Biedma de Espirales Consultoria de Infancia para la Oficina Regional de Aldeas Infantiles SOS en América Latina y el Caribe.

Esta Guía proporciona unas claves sobre la metodología de la Gestión de Caso y su aplicación en el acompañamiento a niños, niñas y adolescentes con #trauma. Desde una perspectiva muy práctica, presenta las preguntas imprescindibles para la toma de decisiones en los equipos técnicos de #protección de infancia y adolescencia.

Con la coordinación de Frank MesénLucia Miranda y Micaela Rodas por la parte de Aldeas Infantiles SOS América Latina y el Caribe, y con la maquetación de Valeria Losoviz.


La línea de trabajo que he acompañado para Aldeas Infantiles SOS en su Oficina Regional para América Latina y el Caribe ha sido de mucho aprendizaje y de gran sistematización, que agradezco mucho, especialmente a su equipo técnico. Esta guía, Tejer una red para sanar las heridas del alma. Gestión de Caso con abordaje de trauma en la infancia y adolescencia, terminada en 2021 y que ahora ve la luz, complementa la línea que inició con el manual Acompañando las heridas del alma. Trauma en la infancia y adolescencia, la Guía Amigable Las heridas del alma. Una guía sobre trauma para familias y profesionales y la Guía Didáctica Enseñando a ver las heridas del alma. Cómo facilitar formaciones sobre trauma en la infancia y adolescencia.

Este material sirve para adentrarnos en la metodología de Gestión de Caso, aplicada específicamente al acompañamiento profesional e institucional de niños, niñas y adolescentes que han sufrido trauma. Por un lado, esta publicación tiene como objetivo presentar paso a paso los distintos aspectos de la Gestión de Caso, con diversas fuentes técnicas, que es especialmente relevante en situaciones de trauma. Por otro lado, pretende dar claves para la intervención, en especial a partir de preguntas concretas en cada apartado, de modo que los equipos técnicos puedan tomar decisiones en los casos que acompañan. Por último, se resalta a lo largo del documento la importancia del protagonismo y participación del niño, niña o adolescente y la relevancia coordinación entre todas las personas que están en su vida.

Como en otros casos, están disponibles dos versiones del documento, de libre descarga:

Tejer una red para sanar las heridas del alma. Gestión de Caso con abordaje de trauma en la infancia y adolescencia, de F. Javier Romeo, a página simple (más cómoda para la impresión en impresora y para leer en móvil o tableta).
Tejer una red para sanar las heridas del alma. Gestión de Caso con abordaje de trauma en la infancia y adolescencia, de F. Javier Romeo, a página doble (para ver en pantalla grande o para imprimir en imprenta).

Los contenidos están estructurados en los siguientes capítulos:
Introducción.
1. La Gestión de Caso como metodología de intervención.
2. La Gestión de Caso en la identificación, intervención y derivación de las situaciones traumáticas.
3. La aplicación de la Gestión de Caso en trauma: áreas, procesos e indicadores.
4. Cada agente hace su parte: las responsabilidades en la Gestión de Caso en trauma.
Conclusiones: consciencia, coordinación y confianza.
Referencias bibliográficas.
Espero que os resulte, sobre todo, práctico para atender mejor a niños, niñas y adolescentes que viven con las consecuencias del trauma.


«Si empezamos a escuchar a las niñas y los niños, crearemos personas que demandarán ser escuchadas» entrevista a Cath Larkins

Cath Larkins considera que la falta de escucha no es sólo una cuestión generacional, sino también de relaciones de poder en toda la sociedad .
«Si empezamos a escuchar a las niñas y los niños, crearemos personas 
que demandarán ser escuchadas»

Cath Larkins | Foto: Tere Ormazabal. UPV/EHU

La catedrática Cath Larkins (University of Central Lancashire, Reino Unido) ha participado en el I Congreso Internacional de Infancia, Adolescencia y Juventud y es pionera en la investigación participativa con niñas, niños y jóvenes, y está centrada en la lucha contra la discriminación y el apoyo a los derechos de la infancia.
 
Reconocida internacionalmente en el campo de las teorías y prácticas de la ciudadanía y la participación infantil, Larkins ha sido invitada al I Congreso Internacional de Infancia, Adolescencia y Juventud, que se celebró el 19 y 20 de enero, en Bilbao. 
Compartiendo el aprendizaje de los niños y las estrategias de los profesionales que permiten a los niños y jóvenes desfavorecidos participar en la toma de decisiones públicas, su trabajo ha logrado influir en la política y la práctica internacionales. 
Esta investigadora es codirectora del Centro para la Participación de Niños y Jóvenes de la UCLan, un centro de investigación, enseñanza y creación de redes dedicado a la participación, la inclusión y el empoderamiento de niños y jóvenes, centrado en lograr los cambios que ellos desean creando vínculos entre niños y jóvenes, académicos, responsables políticos y profesionales. 
 Entre los numerosos trabajos publicados por Larkins, cabe destacar el Manual del Consejo de Europa sobre la participación de la infancia y una reciente contribución al libro "Children's Experience, Participation, and Rights During COVID-19".

Entrevista publicada en CAMPUSA, Noticias de la Universidad del País Vasco.

En su trayectoria profesional ha dejado claro que hay que dar más voz a las y los menores. ¿Por qué no se les escucha?

En la sociedad sigue existiendo la idea de que no son iguales que las personas adultas. No se les reconoce el mismo valor moral, pero ambos, menores y adultos, tienen el mismo valor. Las personas adultas tienen que renunciar a parte de su poder y de su tiempo. Tienen que estar dispuestos no sólo a escuchar, sino a escuchar y a tomarse las cosas en serio y a compartir su acceso al poder para que los niños también puedan tenerlo. Hablamos de relaciones generacionales al igual que existen relaciones de clase y relaciones de género. Existe esa misma desigualdad sistemática en nuestros sistemas en los que los adultos dirigen lo que los niños hacen casi cada segundo de su vida.

«Las personas adultas deben renunciar a parte de su poder, Estar dispuestas a escuchar, (…) y a compartir su acceso al poder para que los menores también puedan tenerlo»

Si empezamos a escuchar a menores y jóvenes ahora, crearemos personas adultas que también esperarán que se les escuche. Y hay muchos adultos a quienes tampoco se les escucha. Debemos dar poder también a la sociedad adulta en general. No es sólo una cuestión generacional, es una cuestión de relaciones de poder en toda la sociedad. Y la gente no siempre reconoce que es un derecho. Poco a poco la sociedad está interiorizando que está bien escuchar.

En este congreso se debate sobre la inclusión, la participación, la autonomía, el buen trato y el bienestar infantil y juvenil en el escenario post-pandémico. ¿Qué ha cambiado a raíz de la pandemia?

Las investigaciones que he realizado han demostrado que, en toda Europa y probablemente también fuera de Europa, las desigualdades que ya existían entre los distintos grupos de niños se han acentuado: quienes tenían una situación económica difícil en casa lo tienen más difícil. En algunas comunidades, la discriminación que ya existía se ha acentuado durante la pandemia, ya que algunas personas han sido condenadas al ostracismo. Una de las cosas más importantes que hemos aprendido es que los niños están preocupados por sus familias y por la prosperidad económica para el futuro y para sus comunidades, y que hay un aumento de los problemas de salud mental debido a que parte de la socialización que se produjo entre los niños y esas relaciones no se construyeron cara a cara, en particular para los más pequeños.

¿A qué nivel deben participar menores y jóvenes en las decisiones sociales?

A todos los niveles. Casi todos los países del mundo han asumido la idea de que deben participar. Y a nivel local, incluso aquí en el País Vasco, los gobiernos municipales están suscritos a esa idea. En las familias, en las escuelas, en los hospitales, en los servicios sociales, en la toma de decisiones municipales, nacionales, europeas... Y también tienen cosas que decir cuando hablamos del futuro del planeta. Tienen mejores ideas que yo y viven en este mundo ahora, deberían influir en lo que ocurre ahora. No tienen voto, se les ha excluido de las formas establecidas para que la ciudadanía exprese su opinión sobre las decisiones públicas, así que también deberían incluirse en la toma de decisiones.

«Una de las grandes críticas es que, si se da poder a los menores, creerán que pueden decidirlo todo, cuando no quieren eso: quieren igualdad»

¿Cómo sería el mundo si se les permitiera incidir en él?

Creo que los menores, sobre todo los más pequeños, tienen una visión prosocial del mundo. La idea de que son egoístas, de que viven aislados, es errónea. Los niños aprenden a encajar en la sociedad a medida que pasan por el sistema educativo, y quién sabe cuáles son sus instintos naturales. Son generosos, dan que pensar, saben lo que es vivir realidades que, como adultos, no conocemos. Sus consejos pueden ayudarnos a crear un mundo más comprensivo, más solidario y, con suerte, en el que todavía exista un planeta.

¿Y cómo se integra esta participación en el funcionamiento de todo un sistema?

El sistema tiene que cambiar. Una forma de cambiarlo podría ser rebajar la edad de voto y algunos niños lo piden. En algunos países, ya pueden votar a partir de los 16 años. Algunos menores con los que he trabajado dicen que la edad para poder votar debería bajar hasta los once años, que es cuando empiezan a demostrar que tienen interés por ello y son competentes. Pero, más que eso, las personas que tienen el poder deben estar dispuestas a escuchar, tanto si las opiniones de los niños se expresan mediante el voto como si es a través de otros mecanismos. Así pues, el sistema tiene que cambiar las actitudes de los adultos y la creación de mecanismos mediante los que los niños puedan aportar sus ideas, y a través de los cuales gobiernos, organismos públicos, corporaciones y servicios puedan informar a los niños de la toma de decisiones. Una de las grandes críticas suele ser que, si se da poder a los niños, creerán que pueden decidirlo todo. Ellos no quieren eso; quieren igualdad.

Los niños entienden muy bien si les dices: “Hemos hecho este cambio, porque tú nos diste esta idea; pero no podemos llevarlo a cabo porque no tenemos dinero, o lo pondremos en marcha dentro de dos años”. Para mí, el mayor cambio será que niños y adultos estén juntos en espacios de diálogo y cooperación, donde tomen decisiones juntos, donde sus ideas tengan el mismo peso. Y eso repercute en cómo se gastan los recursos y en cómo se cuida a los demás.

¿Qué experiencias están desarrollando en el Reino Unido que consideraría como buenas prácticas? ¿O conoce algunas otras que pueda ser interesante transferir a otros contextos?

Hay diferentes iniciativas; por ejemplo, hay jóvenes que están creando redes para establecer relaciones nacionales e internacionales con otros jóvenes que se preocupan por los mismos temas. Todo lo que podamos hacer como adultos para apoyar esa conversación directa entre niños de distintos lugares preocupados por el mismo tema les ayuda a construir movimientos sociales. Y a través de los movimientos sociales podemos lograr cambios a un nivel realmente grande.

En otro de los proyectos de Inglaterra, las niñas y niños que reciben cuidados alternativos se escuchan unos a otros. Y el Gobierno o las agencias gubernamentales escuchan sus propuestas y crean directrices para los profesionales. En las Naciones Unidas también han creado un día internacional de diálogo sobre el tema. Se trata de crear ese vínculo entre los niños que viven su vida cotidiana y los gobiernos que realmente escuchan y actúan.

Existe otro proyecto en las organizaciones romaníes y gitanas que establecen esas relaciones con los niños en sus comunidades, donde tienen a alguien con quien se sienten seguros para hablar, alguien con quien tienen una relación a largo plazo. Y en esas relaciones pueden acceder a nuevas experiencias y reflexionar sobre qué es lo que les falta en materia de salud o educación y cómo pueden producir cambios.

«El mayor cambio será que niños y adultos estén juntos en espacios de diálogo y cooperación, tomen decisiones juntos y sus ideas tengan el mismo peso»

¿Cree que este congreso puede contribuir a lograr una sociedad más justa?

Sí, pero conseguir una sociedad más justa es un largo camino. Este congreso está ayudando a crear vínculos entre personas de diferentes lugares y un entendimiento compartido para que no repitamos los mismos errores, sino las mismas buenas prácticas; para que nos basemos en lo que los niños nos han dicho que es importante. Porque una sociedad más justa tiene que lograrse mirando hacia fuera y hacia dentro, hacia tu hogar, familia, comunidad, y tiene que ser construida por quienes son movimiento social. Y esto, creo, pasa por construir esas conexiones en torno a los movimientos sociales por los derechos de los menores y por una sociedad en la que el bienestar y el buen trato a los niños sea una prioridad.

Es un verdadero placer estar aquí. Esta es una gran iniciativa que pone el foco en la participación, la autonomía, el buen trato y el bienestar en este momento. Es uno de esos momentos cruciales de la historia. Hay compromisos internacionales en este sentido, y llegan fondos para ayudar a promover algo llamado la Garantía Infantil. Desde la Unión Europea se espera que haya más igualdad. Para nosotras y nosotros es un reto responder a esas oportunidades en colaboración con los niños, , tanto a nivel nacional como local

RTV-Enxebre: radio escolar para impulsar la participación de la infancia rural gallega.

 Ayuda en Acción continúa alzando la voz de la infancia rural gallega con la reanudación de RTV-Enxebre, una red de radios escolares que se viene desarrollando los últimos años en tres centros educativos situados en ámbito rural de Galicia. 



Esta iniciativa, que surgió en 2018 para dar voz a la infancia rural y fomentar el sentimiento de arraigo al territorio entre la población escolar, se ha convertido actualmente en una oportunidad única para impulsar la participación infantil. Con ella tenemos el objetivo de contribuir a una educación más inclusiva, que fortalezca las habilidades de comunicación y sociales y la capacidad de generación de cambios del alumnado como altavoz de las problemáticas de su territorio.
Radio escolar: contribuir a una educación más inclusiva
Actualmente, se ha vuelto a poner en marcha en estos centros: el CPI Virxe da Cela (Monfero), en el CEIP Labarta Pose (Zas) y en CEIP Víctor Sáenz (Mazaricos) con el apoyo de Fundación Repsol, Fundación La Caixa y la Xunta de Galicia. 


Para dar forma a esta idea, los centros educativos integran la radio escolar como un espacio cercano y motivador para el alumnado. La radio escolar es un canal que les da voz sin intermediarios y que, a su vez, permite contar con una audiencia que les escucha y les da respuesta sin que la distancia sea un inconveniente.

En los dos primeros cursos de primaria se desarrolla el proyecto de radio desde la investigación guiada en temáticas concretas y desde la producción y post-producción de programas de radio.

Pero con el alumnado de tercero a sexto se ha dado un paso más. Antes de sumergirse en la radio, estos grupos han sido protagonistas de acciones de sensibilización sobre la participación infantil con el objetivo de conocer que participar es un derecho. Además, aprenden a identificar espacios y posibilidades de participación con los que cuentan, así como a reconocer sus propias capacidades para ejercerla.

Radio escolar: participación como derecho

Los derechos de la infancia son uno de nuestros grandes ejes de trabajo. Tras profundizar sobre el derecho a participar, el alumnado del segundo ciclo de primaria reflexiona en su grupo o clase sobre las cuestiones que les preocupan y afectan. ¿El objetivo? Identificar las temáticas sobre las que les gustaría investigar durante el desarrollo del proyecto.

Con esta dinámica, el alumnado de los tres centros ha identificado temas relacionados con la educación, con su entorno y con su propio colegio. Algunos de ellos son:

  • el impacto de la construcción de eólicos en su localidad.

  • la participación de las familias en su escuela.

  • la alimentación del comedor escolar.

  • las infraestructuras del centro.

  • los incendios en verano.

  • sus inquietudes por su tránsito al instituto.


Actualmente este alumnado se encuentra en fase de investigación sobre las cuestiones elegidas. Realizan búsquedas de información, visitas a lugares de interés, identifican agentes clave sobre la temática y les entrevistan... Así, a medida que el alumnado investiga, genera programas de radio sobre cada temática. Por tanto, se hacen cargo de todo el ciclo de cada programa en su radio escolar, desde la sesión previa a la producción y la post-producción, pasando por el guion y la preparación de las entrevistas, las grabaciones en las visitas... Contando, para todo ello, con el apoyo de nuestro socio fundamental desde el inicio del proyecto: el Laboratorio de Radio.

Una vez completada toda esta parte de investigación, cuando ya conocen la temática en profundidad, el alumnado plantea sus propuestas con la creación de un podcast final sobre la temática en cuestión donde explicitan el planteamiento de las soluciones y necesidades para su resolución.

Ahora bien, para asegurar que la radio escolar se convierta en un espacio real de participación infantil, añadimos otros dos elementos clave: la audiencia y la influencia. De esta forma aseguramos que el  podcast sea escuchado y reciba una respuesta activa por parte de los espacios de toma de decisiones tanto en su centro educativo y su entorno, como por parte de Ayuda en Acción y de otros agentes implicados en el proceso.

El motor de la radio

La línea motora transversal de este proyecto es, sin duda, la participación infantil. Nos aseguramos de que el alumnado lidere tanto la concepción del proyecto, como su metodología y su desarrollo. Y en todas las fases la participación es clave.

En nuestros talleres, los alrededor de 200 niños y niñas de educación infantil y primaria que participan en el proyecto de radio escolar no solo aprenden lenguaje audiovisual y radiofónico. También adquieren y refuerzan sus competencias digitales, sus habilidades de comunicación y de relación con el contexto en el que viven. Todo ello trabajando de forma cooperativa, convirtiéndose así en agentes activos de cambio de su entorno.

Para saber más sobre esta iniciativa, puedes escuchar los programas de radio publicados por los tres centros educativos en cursos anteriores en este enlace y conocer más sobre RTV-Enxebre aquí!

 

(*Texto elaborado por Lorena Boga García, delegación de Ayuda en Acción en Galicia)

Mayores para actuar, menores para optar a un Goya...

Mayores para actuar, menores para optar a un Goya: 
sobrexposición, inmadurez y riesgo de ‘bullying’ son los motivos

 En 2011 la Academia del Cine prohibió que un menor de 16 años recibiera un premio. Las razones para llegar a esta decisión van desde la supuesta falta de madurez para formar parte de la institución hasta evitar la exposición pública.


Hay interpretaciones en la gran pantalla que no se olvidan. Frases y miradas que traspasan. Que convencen a la crítica y también a los espectadores. Es entonces cuando el nombre de ese actor o actriz empieza a sonar en las apuestas relacionadas con los premios. Sobre todo cuando se acerca la cita más importante del cine español, los Goya. Y eso es lo que podría haberle pasado a Carla Quílez, actriz protagonista de La maternal, la última película de Pilar Palomero. A sus 14 años ha sido la actriz más joven en subir a recoger la Concha de Plata del Festival de San Sebastián, y hace unos días se llevaba el Gaudí a la interpretación revelación. Sin embargo, esto no se repetirá el próximo 11 de febrero en Sevilla, porque no está nominada. ¿El motivo? Su edad.


Desde 2011, la Academia del Cine no permite a un menor de 16 años ganar ninguno de sus premios. La razón principal que estableció la institución en ese momento fue la de proteger a los menores, ya que cuando alguien recibe un Goya, asume automáticamente los derechos, pero también las obligaciones de todos los académicos. ¿Y cuáles son estos? Tal y como recogen sus estatutos, uno de los derechos más importantes es el de votar en las Asambleas Generales y también en algunas categorías de los Premios Goya como la de Mejor Película, Mejor Documental, Mejor Película Iberoamericana o Mejor Cortometraje. Además, su opinión también cuenta a la hora de elegir qué película representa a España en los Oscars de Hollywood y en los Premios Ariel de la Academia de Cine de México. En cuanto a las obligaciones destaca, por ejemplo, pagar las cuotas o respetar la confidencialidad de las deliberaciones y acuerdos adoptados en cualquier tipo de Asamblea o Comisión.

Hasta que cambió el reglamento, seis menores de 16 años habían recibido el galardón, siempre en las categorías de Mejor actor o actriz revelación. El primero fue Andoni Erburu, con 10 años, por Secretos del corazón (1997), y más tarde Juan José Ballesta a los 12 por El Bola (2001). La misma edad que tenía Ivana Baquero cuando en 2007 se alzó con el suyo por su papel en El laberinto del fauno. Dos años más tarde, Nerea Camacho lo recibió por su interpretación en Camino de Javier Fesser. Los últimos fueron para Francesc Colomer y Marina Comas, los protagonistas de Pa negre, del recién fallecido Agustín Villaronga. Se los llevaron en 2011, justo el año en que se impuso la nueva normativa.

Algunos de ellos se han alejado de los focos. Otros siguen en activo, como por ejemplo Ivana Baquero, que ha desarrollado gran parte de su carrera en Estados Unidos. "No entendí la justificación de la Academia de no exponer demasiado a los niños, porque en el momento que formas parte de un proyecto cinematográfico de estas características ya estás expuesto", explica la actriz a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. Para ella significó un reconocimiento a su trabajo. "Si a un niño lo contratas y hace sus horas como cualquier adulto, no tiene sentido que no le puedas valorar igual que a ellos", apunta.

Desde que ganó el Goya han pasado ya 16 años. Durante este tiempo no ha parado de trabajar, aunque el éxito no se lo debe en exclusiva a la estatuilla. "Es una plataforma muy importante, pero lo que me abrió las puertas no fue el premio en sí, sino la propia película. Te da prestigio, pero no basta solo con eso". Después llegaron muchos castings, muchos ‘noes’, y también muchos ‘síes’. "Cuando empiezas tan joven tienes múltiples carreras. Primero interpretas papeles de niños, después de adolescentes donde ya es un poco más difícil porque hay muchos cambios físicos, emocionales y empiezas a coger vergüenza. Cuando eres adulto tienes que salir de la imagen de niño actor y volver a demostrar que sigues trabajando e intentándolo", afirma.

No se había planteado ser actriz cuando el séptimo arte llamó a su puerta con tan solo 8 años. "Vinieron a hacer un casting a mi colegio para la película Romasanta. La caza de la bestia (2003) de Paco Plaza, me apunté y me cogieron", recuerda. Ahí es cuando también empezaron los problemas con sus compañeros de clase. "Que me eligieran a mí generó una especie de separación con mis compañeras, porque era yo la que se iba a rodar películas, la que faltaba a clase. Con el tiempo le puse nombre: era bullying". Sin embargo, no se planteó dejar de dedicarse a lo que más le gustaba hacer. "Es algo que pasa a veces, incluso de forma más grave, y es preocupante".

La familia y los amigos, claves

El suyo no es un caso aislado. Al menos es lo que perciben en la academia Primera Toma Coach de Madrid, un centro de formación para niños y niñas que sueñan con dedicarse a la interpretación. "Cuando estos niños vuelven al colegio después de un proyecto, en vez de recibirlos con alegría los compañeros los reciben con bullying", explica Alicia Álvarez, directora del centro. Este establecimiento abrió sus puertas en 2013 y durante estos diez años han participado en proyectos como la trilogía Padre no hay más que uno de Santiago Segura, Campeones (2018) de Javier Fesser o Todos lo saben (2018) de Asghar Farhadi.

La principal función de un coach es la de acompañar a los menores en los rodajes y convertir este espacio, muchas veces marcado por el estrés o la rapidez, en un lugar amable para ellos. "Cuidamos que el director consiga lo que necesita del niño, y que este esté cómodo trabajando", apunta. Durante todo este tiempo han visto cómo, en muchos casos, los problemas no vienen de las producciones en sí, sino de todo lo que conllevan después, cuando los focos se apagan. "Ayudamos a los niños y a sus familias, pero depende mucho de cada situación y cada niño, la fama es difícil de gestionar".

Por eso, Álvarez comparte la decisión de la Academia del Cine de no otorgar premios a los menores. "En un rodaje están cuidados, y al final ellos ven que allí todo es importante, no hay diferencias. Pero cuando se pasa la frontera de los premios, ruedas de prensa y reconocimientos, es mucho más difícil de contextualizar en la mente de un niño", argumenta. Ahí es precisamente cuando pueden darse los problemas con el resto de los menores. "Cuando todo termina, ellos tienen que volver a su rutina, al colegio, a sus clases extraescolares y ser uno más".

Porque, ¿cómo se gestiona la fama cuando prácticamente no entiendes el mundo que te rodea? Es quizá uno de los aspectos más complejos, como señala Abel Domínguez, psicólogo infanto-juvenil y director de Domínguez Psicólogos. "Se trata de una cuestión de madurez. Es decir, si de una manera precoz o en tus inicios profesionales triunfas o empiezas a ganar dinero de golpe, te acostumbras y tomas como referencia hábitos que no siempre se van a mantener".´

Es en este punto donde la razón de por qué un niño o niña ha decidido ser actor juega un papel importante. "Hay que contextualizar y diferenciar entre los niños que quieren ser actores y los que están empujados por los padres o porque buscan un éxito social o un protagonismo. Lo que pasa es que no hay muchos referentes, y a veces los que hay son los de juguetes rotos y es normal que a los padres les dé vértigo", señalan desde Primera Toma Coach.

Por eso, la actitud con la que se enfrentan a las diferentes formas de exposición es importante. Ya no solo en medios o galas de premios, sino también en las redes sociales, que han cambiado el paradigma. "No dejan de ser un juicio externo que puede tener mucho impacto emocional en estos chicos y chicas", señala el psicólogo.

Domínguez comparte que desde instituciones como la Academia del Cine se intente controlar estas situaciones. Una manera es evitando la competición por un galardón que “les puede confundir respecto a crearles expectativas que luego a lo mejor no se van a cumplir. Y que les generarían una frustración importante”, concluye.   

Guía didáctica para la promoción del buen trato a la infancia y la adolescencia, y la protección de sus derechos. Abordaje desde el enfoque de la Educación para la Ciudadanía Global.

La presente guía didáctica es una herramienta práctica para trabajar la promoción de la protección y el buen trato a la infancia y a la adolescencia en los espacios educativos formales y no formales, situando en el centro del proceso educativo a los niños, niñas y adolescentes como agentes de cambio y de transformación social”. Así da comienzo la Guía didáctica para la promoción del buen trato a la infancia y la adolescencia y la protección de sus derechos, elaborada por Educo y por la Fundació Salut Alta.

La guía recopila un conjunto de actividades didácticas para llevar a cabo en contextos de educación formal e informal, dirigidas a potenciar el “empoderamiento de los niños, niñas y adolescentes respecto a sus derechos específicos, a la promoción del buen trato y a la prevención de los diferentes tipos de violencias que les afectan”.
 Redacción:
• Por parte de Educo: Ion Ander Areses, Alejandra Krebser, Montse Bobés, Sonia Muñoz, 
Víctor Hugo Rico Bozo, Elisenda González
• Por parte de la Fundació Salut Alta: Núria Pané, Mar Tusell, 
Alba González, Lola Ballesteros y Anna Martínez
© Educo

La propuesta didáctica que se detalla en la siguiente sección fue diseñada teniendo en cuenta los conceptos siguientes: 

Educación para la Ciudadanía Global (EpCG)
Se trata de un enfoque que sustenta las acciones educativas en las aulas que potencian la búsqueda de la igualdad y la justicia social a nivel local y global. Se basa en la temática de la enseñanza de los derechos de la infancia y permite explorar mecanismos de defensa de estos derechos. Asimismo, busca desarrollar en el alumnado el compromiso ciudadano en la construcción de una sociedad equitativa.

Vehicula la idea de que los retos actuales son globales, y por lo tanto necesitan una respuesta de
ciudadanía global: vivimos en un mundo interconectado e interdependiente en el cual se observa
pobreza, desigualdad, vulneración de los derechos y desastres naturales. La reciente pandemia de
COVID-19 es un ejemplo de reto global compartido que ha necesitado una respuesta ciudadana global.

La actual Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible articulan la necesidad de desarrollar
una ciudadanía global consciente, bien informada, con sentido crítico y capaz de comprometerse, de
movilizarse, y de exigir a los Gobiernos y organizaciones que asuman su responsabilidad e impulsen
cambios, siempre teniendo en cuenta que los cambios locales tienen un impacto global.

Este enfoque pone de relieve que los niños, niñas y adolescentes son los y las protagonistas de los
procesos de promoción de los derechos de la infancia, y enfatiza su rol activo en la búsqueda de la
transformación social. Así, se conceptualiza el proceso educativo como una herramienta emancipadora
que permite comprender la realidad con sentido crítico para así poder transformarla.

Bajo este enfoque educativo, los niños, las niñas y adolescentes potencian sus capacidades de agentes
activos en los procesos de visibilización y de transformación de las realidades sociales en las cuales
se vulneran los derechos. Esta concepción está estrechamente ligada al concepto de empoderamiento
de los niños, las niñas y adolescentes....

Perspectiva local-global....

Perspectiva de Género...

Participación infantil...

Violencia...

Protección...

Buen trato Las disposiciones de la LOPIVI estipulan que “…se entiende por buen trato (…) aquel que, respetando los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes, promueve activamente los principios de respeto mutuo, dignidad del ser humano, convivencia democrática, solución pacífica de conflictos, derecho a igual protección de la ley, igualdad de oportunidades y prohibición de discriminación de los niños, niñas y adolescentes.” 
El buen trato es un concepto que va más allá de la ausencia de maltrato o violencia ya que implica la utilización de prácticas socioafectivas positivas por parte de las personas adultas responsables del bienestar infantil. Las familias y las personas educadoras tenemos la responsabilidad de construir entornos protectores y de buen trato y un clima positivo que garantice su desarrollo físico, mental, emocional y espiritual y que sea percibido así por los propios niños, niñas y adolescentes. 

Este contexto es necesario para la promoción del bienestar infantil entendido como la realización de los derechos fundamentales de la infancia, y la materialización de las oportunidades de desarrollo de las capacidades, potencial y habilidades de cada niño, niña y adolescente. 
Algunos ejemplos de prácticas de buen trato en entornos familiares, escolares e institucionales son: 
 La utilización de un lenguaje amable, positivo e inclusivo que reconozca el valor de cada niño, niña y adolescente. 
 El uso de habilidades sociales y competencias comunicativas como la empatía, la escucha activa, el asertividad, y la expresión de afecto e interés genuino. 
 El desarrollo de la inteligencia emocional: la conciencia emocional, la autorregulación y la autonomía emocional por parte de las personas adultas, y su desarrollo en los niños, niñas y adolescentes. 
 La aplicación de estrategias para potenciar la convivencia pacífica, el clima relacional y la gestión positiva de los conflictos. 
 El impulso de la participación activa de los niños, niñas y adolescentes en la construcción de los procesos educativos dando suficiente espacio a sus opiniones y necesidades. 

Todas las personas adultas en contacto estrecho con la infancia y que ejercen un rol educativo debemos tener presente el concepto de buen trato y plantearnos su materialización cotidiana en cada interacción que tengamos con los niños, niñas y adolescentes.
...


Incorporación de buenas prácticas basadas en la evidencia en el Programa NAYFA. Memoria técnica

Acceso a la Memoria Técnica NAYFA

Resumen:

El Programa preventivo para niños, niñas y adolescentes en situación de dificultad y/o conflictividad en el ámbito familiar (Programa NAYFA) es una intervención selectiva de prevención secundaria insertada dentro de la red de recursos públicos de atención a la infancia y las familias de la Comunidad de Andalucía. Alineado con la perspectiva de derechos de la infancia y el enfoque de parentalidad positiva que fundamentan la legislación vigente (Ley 4/2021, de 27 de julio, de Infancia y Adolescencia de Andalucía), este programa es de carácter preventivo y tiene como finalidad atender, apoyar y orientar a familias con niños, niñas y adolescentes (NNA) que empiecen a mostrar problemas de adaptación y/o comportamiento especialmente en el contexto familiar.

La presente memoria recoge los resultados del proyecto realizado durante el último año y cuya finalidad última tiene que ver con la incorporación de buenas prácticas en el Programa NAYFA a partir de las evidencias obtenidas en la evaluación realizada. En concreto, los objetivos abordados han sido:

.- Llevar a cabo tareas de formación profesional, asesoramiento y supervisión técnica de las actuaciones desarrolladas en el marco del Programa NAYFA.

.- Completar las evidencias de efectividad del Programa NAYFA con la incorporación en la evaluación de un grupo de comparación.

.- Desarrollar un aplicativo informático para facilitar los procesos de evaluación por parte de los y las profesionales implicados en la aplicación del Programa NAYFA.

.- Promover la difusión del Programa NAYFA como buena práctica para la atención de familias con niños, niñas o adolescentes en situación de conflicto y/o dificultad social.

En la presente memoria se da cuenta de las diferentes actividades realizadas para abordar los objetivos propuestos y se describen los principales resultados obtenidos. En concreto, tras esta introducción, se presenta un apartado donde se abordan los aspectos metodológicos relacionados con el análisis y evaluación del Programa NAYFA; concretamente, se describe la muestra de estudio total de la investigación, los instrumentos empleados, el procedimiento llevado a cabo para la recogida de la información y los análisis efectuados para la obtención de los resultados. 

A continuación, se presenta el apartado de resultados organizado en diferentes subapartados. En primer lugar, se describen las actividades realizadas en relación con el asesoramiento, procesos de coordinación, formación y apoyo a los y las profesionales, todo ello encaminado a la mejora y optimización de la aplicación del programa. En este mismo apartado, se describen también las actividades desarrolladas en relación con la difusión del programa en foros científicos, que contribuirán a poner en valor la intervención desarrollada en este ámbito en Andalucía. En segundo lugar, se presentan los resultados relativos a la evaluación de cobertura, describiendo el perfil tanto de las familias atendidas como de los y las profesionales responsables de implementar el programa. En tercer lugar, se presentan los resultados relativos a la evaluación de la implementación del Programa NAYFA, ofreciendo una descripción destallada de las características de aplicación del programa. Finalmente, el apartado de resultados concluye con la evaluación de efectividad del programa, que permite conocer el impacto del programa tanto en las figuras parentales como en sus hijos e hijas. 

Asimismo, se incluyen en este apartado los resultados relacionados con la eficiencia del programa, analizando si el impacto observado varía en función del perfil de los y las participantes y/o las características de implementación. La memoria finaliza con un apartado de conclusiones en el que se analizan los principales resultados obtenidos y se identifican los retos pendientes para la mejora y optimización del Programa NAYFA a partir de las evidencias obtenidas.

Coordinación: Mª Pilar Hidalgo Figueroa. Jefa de Servicio de Prevención (SP). Dirección General de Infancia. Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía.

Universidades colaboradoras: Universidad de Sevilla y Universidad Loyola Andalucía.

Matilda y los chicos del barrio.

 «Hemos podido ser pobres sin tragedia. 
Quien se invente otra historia, seguramente será porque no tiene otro talento 
más que hacerse la víctima desde el privilegio»,
Sergio del Molino, autor del artículo.

El personaje de Roald Dahl sufre en una infancia cruel y solitaria. Algo similar sostiene el periodista Antonio Maestre sobre sus recuerdos en Fuenlabrada, un mundo hostil «si tenías intereses distintos a los de los puños». Pero el barrio obrero español no se parece al Bronx neoyorquino: inventarse lo contrario y hacerse la víctima, probablemente, responde a la falta de talento.


Matilda es un famosísimo libro de Roald Dahl sobre una niña superdotada y lectora precocísima (ha leído a Dickens y a Shakespeare a los cinco años, y a Kant a los seis) que crece en una familia de gañanes que intentan alejarla de los asquerosos libros. Para ello, la llevan a una escuela terrible dirigida por la monstruosa señora Trunchbull, donde Matilda sufrirá las mil y una perrerías que sufren los protagonistas de los libros de Dahl antes de vengarse a lo grande de quienes los tiranizan. Se puede ver en Madrid ahora en formato musical, en la versión española de la adaptación que hizo la Royal Shakespeare Company, que recomiendo con el corazón en la mano a cualquier padre que desee regalar a sus hijos dos horas largas de felicidad.

Es fácil para un niño lector y listo identificarse con Matilda, y el éxito de la novela se entiende por la maestría del autor para narrar la infancia como un país hostil, solitario y cruel mediante los recursos de la hipérbole, la fantasía y el humor propios de los cuentos infantiles clásicos. Los niños se identifican con los niños perdidos que viven a la contra del mundo porque todos los niños viven perdidos de un modo u otro: las infancias felices son fantasías de adultos que se engañan a sí mismos. El éxito de Harry Potter, personaje que debe bastante a Matilda, se explica también en esos términos. Y porque son muy divertidos y cuentan historias emocionantes, qué carajo, no todo va a ser psicoanálisis.

Por eso, toda la gracia encantadora de Matilda se disuelve en un charco marrón cuando un adulto intenta explicarse con ella, y llega hasta el ridículo y traspasa las fronteras de la vergüenza ajena cuando quiere sostener con ello una ética y una postura política. Me explico: el otro día, al volver del musical de Matilda en el Nuevo Teatro Alcalá, con las manos rotas de aplaudir, un amigo me pasó un podcast del periodista Quique Peinado donde entrevistaba a Antonio Maestre. El podcast se titula Dile que baje, y su puesta en escena consiste en que el entrevistador visita al entrevistado en su casa, llama al telefonillo y pasea con él por su barrio. En el caso aludido, Fuenlabrada, que queda descrita en la introducción así: «El cinturón rojo del sur de Madrid, un lugar donde doblar el lomo es la única manera de sobrevivir».

Ni el Bronx, vaya. Dice Maestre que crecer en Fuenlabrada era hacerlo en un mundo hostil «si tenías intereses distintos a los de los puños». Afirma que le pegaban por leer y que llevaba libros de Dostoyevski ocultos en un ejemplar del Marca para evitar que le diesen palizas. Incluso confiesa que trató mal a chicas para impostar bravura de macho y no ser acusado de blandengue. «Aprendí a hostias», repite en su evocación. Al lado de su infancia, la de Matilda parece acogedora y mimada. Pobre Maestre, obligado a leer en la clandestinidad, metiendo de matute los episodios nacionales con la ayuda de un contrabandista en la muga de Fuenlabrada, husmeando de incógnito en la cuesta de Moyano y colando la mercancía en el doble fondo de la mochila, debajo de las navajas y los balones de fútbol que llevaba para pasar desapercibido y simular ser un chico de Fuenlabrada normal, tan delincuente y del Real Madrid como cualquiera.

«Maestre cuenta su infancia como si fuese el Bronx de ‘The Warriors’, un relato que se va imponiendo poco a poco, alimentando un clasismo que merece ser combatido»

No acostumbro a burlarme de las experiencias ajenas, pero como yo fui un chico de extrarradio que sí leía a Dostoyevski sin esconderse (en el parque, en el patio del instituto o incluso en la piscina municipal), su retrato ridículo de la vida en los «cinturones rojos» me interpela. Antonio Maestre tiene mi edad y creció en un barrio muy parecido al mío (aún hoy, su Fuenlabrada y mi San José zaragozano tienen una renta media similar, unos 23.000 euros per cápita: bajita, pero no es de las más pobres de España, donde la renta es de unos 15.000, sensiblemente inferior), pero él lo cuenta como si fuese el Bronx de la película The Warriors, y me temo que es su relato y no el mío el que se va imponiendo poco a poco, alimentando un clasismo que merece ser combatido.

A mi barrio le dediqué una novela, La mirada de los peces, situada en mi adolescencia, en los años noventa del siglo XX. Retrato un lugar duro, porque lo era –más que ahora–, con un urbanismo desarrollista de bajísima calidad, feísta, amontonado y, a la vez, lleno de vacíos en forma de descampados que no había que cruzar de noche. También tenía unas tasas de delincuencia que hoy serían insoportables, y focos de infravivienda y chabolismo que parte del vecindario había naturalizado en el paisaje. No recuerdo si en esa novela conté la tarde en que vi cómo un pastor alemán despedazaba a las gallinas que una familia gitana tenía en el solar de una casa en ruinas donde se habían instalado, al lado de mi casa. No puedo negar muchas durezas, y las peores tenían que ver con el fracaso escolar, con la brecha que se abría al terminar la EGB y la mitad de la clase se iba a FP o abandonaba los estudios. No puedo negar que en mi bloque había una familia que vivía de la venta de droga al menudeo, ni que jugué con hijos de madres solas abandonadas por sus maridos que sacaron adelante a su familia prostituyéndose.

Todo eso existía y a veces aplastaba el ánimo de todos, pero también iba armando una ética que podía ser incluso puritana. En medio de todo eso había un instituto público excelente, como lo eran todos los que se fundaron con la democracia en España, con un claustro aún joven y entusiasta que colaboraba con el tejido asociativo del barrio. Había un movimiento vecinal muy activo y luchador, y una infraestructura social muy poderosa sostenida por la fe de las familias que no se resignaban a que su barrio fuera pasto de los yonquis. Nunca nadie jamás me afeó mi vicio lector, y yo no era Matilda, pero me acercaba un poco: a los ocho años ya me había embaulado todo Verne, y a los doce le daba a los autores del boom sin enterarme de nada, pero empapándome de la música de sus prosas. Nunca sentí la necesidad de ocultarme ni de aparentar lo que no era, nunca escondí mis libros bajo el Marca. Ni siquiera tuve que fingir que me gustaba el fútbol. Es más: el primer dinero que gané escribiendo fue en el barrio, cuando me hice con el primer premio del concurso literario del instituto. Veinte años después, cuando fui a dar una conferencia allí, los profesores me regalaron una copia enmarcada de aquel cuento. Nadie me pegó tras conocerse el fallo, ni me abrieron la cabeza con el trofeo. Al contrario: me aplaudieron, me felicitaron y me acompañaron en la celebración. Si algo me transmitió el barrio aquel día fue que sentían orgullo, me animaban a escribir mucho. «Sigue así», era la frase de ánimo.

«Toda la sociedad había puesto de su parte para que nuestros talentos encontraran su cauce: era nuestra responsabilidad no defraudarla»

«Sigue así» no era solo una palmada paternalista, sino un imperativo ético. Los listos del instituto, los que encabezamos la lista de las mejores notas, nos sentíamos obligados a seguir así. Nadie sabía explicarlo, pero tácitamente se nos hacía acreedores de una responsabilidad. Nuestros padres se habían sacrificado por que estudiáramos, nos lo habían puesto fácil; el Estado nos había dado un empujón, toda la sociedad había puesto de su parte para que nuestros talentos encontraran su cauce: era nuestra responsabilidad no defraudar esas expectativas. Si algo podíamos reprochar al ambiente de esos años es que esperaban demasiado de nosotros y era muy fácil decepcionarles. Y pese a ello, muchos siguieron así. De aquel barrio obrero, con los mismos problemas y tristuras que cualquier otro barrio obrero español (pues se parecen todos bastante, ya que se formaron en la misma época y con el mismo sustrato demográfico), hemos salido una escritora superventas llamada Irene Vallejo, una directora de cine llamada Paula Ortiz, algún que otro catedrático de físicas, varios profesionales con carreras brillantes, y yo mismo, que tampoco he salido mal del todo.

Y claro que había violencia y aspereza y bullying escolar (Irene ha contado mucho de eso en El infinito en un junco), y claro que los que venimos de barrios así siempre nos sentiremos un poco intrusos en un mundo cultural que aún hoy sigue dominado en cierta medida por niños de papá y gente que lo ha tenido mucho más fácil, pero no somos ni tan raros ni tan épicos. No nos hizo falta un machete para sobrevivir en la jungla urbana: tan solo tuvimos de nuestro lado un impulso ético basado en la cultura del esfuerzo (a veces, demasiado puritana, demasiado exigente, no lo niego) y una política socialdemócrata de la que disfrutamos sus mejores años. Como dice mi querida Rosa Belmonte, que también sabe mucho de esto, España es uno de los mejores países para ser pobre. Hemos podido ser pobres sin tragedia, cantando coplas (aunque fueran de Rosendo Mercado) y bebiendo vino con gaseosa.

Y quien se invente otra historia, seguramente será porque no tiene otro talento que ofrecer aparte de hacerse la víctima desde el privilegio.


10 Avances para la Infancia en 2022.

Aunque esta semana hemos recibido la devastadora noticia de la prohibición de la educación de las niñas afganas mayores de 12 años, lo cierto es que el año que acaba refleja los resultados de la lucha de muchas personas para mejorar las condiciones de vida de los niños y niñas. 
Desde los avances para acabar con el matrimonio infantil y el castigo corporal hasta dar la palabra a los niños y las niñas en la COP27, he aquí 10 cambios positivos para la infancia que han tenido lugar en 2022.


1) Avances para acabar con el matrimonio infantil en Zimbabue y Senegal

En mayo entró en vigor la Ley de Matrimonios de Zimbabue, que prohíbe el matrimonio infantil. Fue el resultado de una década de trabajo por parte de varias organizaciones de infancia, entre ellas Save the Children. Como parte de esta labor, facilitamos encuentros públicos entre niños y niñas y responsables políticos, dando a la infancia la oportunidad de hacer oír su voz.

Paralelamente, el Gobierno de Senegal presentó su Plan de Acción Nacional para el Abandono del Matrimonio Infantil.

2) Avances en la prohibición del castigo corporal

Zambia y Mauricio prohibieron el castigo corporal en todos los ámbitos de la vida de los niños y niñas, proporcionando a casi 10 millones protección legal frente al castigo violento, y enviando un mensaje claro de que no se puede aceptar ningún nivel de violencia hacia la infancia.

Cuba prohibió el castigo corporal en el hogar y el cuidado alternativo. Kenia también ha aprobado una Ley de la Infancia este año en esa línea.

3) COP27: Los derechos de los niños y niñas se ponen sobre la mesa en las negociaciones sobre el cambio climático

Por primera vez, los países reconocieron formalmente a los niños y niñas como agentes de cambio ante la crisis climática y acordaron que los gobiernos deberían incluirles en el diseño y la puesta en práctica de políticas relacionadas con el clima. Es un gran paso en el reconocimiento de la crisis climática como una crisis de los derechos de infancia.

Save the Children ayudó a 10 niños y niñas egipcios a asistir a la conferencia, entre ellos a Mustafa, de 12 años, de Minya, en la orilla occidental del río Nilo (Egipto), quien afirmó que las lluvias cada vez más intensas han provocado inundaciones y cortes de electricidad que a veces le impiden ir a la escuela o estudiar. En su intervención en un acto de la cumbre COP27, afirmó: "Yo no he causado la crisis climática. Nunca construí una fábrica, nunca compré un coche, nunca contaminé el medio ambiente".

4) Protección contra las armas explosivas

En noviembre, 82 Estados, entre ellos más de dos tercios de los miembros de la OTAN y dos de los diez mayores ejércitos del mundo, respaldaron oficialmente una declaración política para proteger a la población civil contra las consecuencias del uso de armas explosivas en zonas pobladas; una situación que afecta especialmente a los niños y niñas.

La infancia sufre de forma desproporcionada las consecuencias de los conflictos armados actuales, ya que los centros de las ciudades se convierten en campos de batalla. Se trata de un importante paso adelante para poner fin a la guerra contra los niños y niñas, pero la declaración no significará nada sin una aplicación enérgica y urgente, insistimos desde Save the Children.

5) Regreso a casa de cientos de niños y niñas atrapados en campos del noreste de Siria

Las repatriaciones de niños y niñas extranjeros que llevan años atrapados en campos inseguros e insalubres en el noreste de Siria se han triplicado en los últimos seis meses, lo que demuestra una mayor voluntad de la comunidad internacional de llevarlos a casa, incluida España. De junio a noviembre, 411 niños, niñas y mujeres regresaron a casa desde los campos que albergan a personas desplazadas desde la caída del ISIS, casi el mismo número que los repatriados entre enero de 2021 y mayo de 2022. En total, este año ha habido un aumento del 60% de niños y niñas repatriados desde los campos.

En marzo de este año, Save the Children alertó de que podría llevar 30 años devolver a los niños y niñas extranjeros si no se aceleraran las repatriaciones.

6) La ayuda vital llega por fin a Tigray, Etiopía

En noviembre, Save the Children pudo entregar ayuda en Tigray por primera vez en más de un año gracias a un acuerdo de paz. Con cientos de miles de personas enfrentándose a niveles catastróficos de hambre y con 13 millones necesitadas en las regiones de Tigray, Amhara y Afar del norte, esta ayuda era de extrema necesidad.  Sin embargo, aunque el acceso humanitario ha mejorado, el suministro de ayuda sigue adoleciendo de dificultades.

7) Redes de seguridad social y derechos de las personas con discapacidad en Nigeria

La Cámara de la Asamblea del Estado de Zamfara, en el noroeste de Nigeria, aprobó a principios de este año el proyecto de Ley de Protección Social y el Proyecto de Ley de Discapacidad.  Esta iniciativa garantiza el derecho a las redes de seguridad social para las personas en situación de pobreza y vulnerabilidad.

La Ley de Discapacidad protege a las personas afectadas -incluidos los niños y niñas- de toda forma de violencia, discriminación y abuso, y promueve el acceso a la igualdad de oportunidades en la vida. Las personas con discapacidad también pueden ahora solicitar ayudas públicas.

8) Compromiso histórico de una comunidad de Sudán para acabar con la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil

Una comunidad de una zona remota de las montañas del Mar Rojo, en Sudán, se comprometió a poner fin a la mutilación genital femenina y al matrimonio infantil: es la primera de esta zona que lo hace. Fátima, comadrona, explica por qué se sintió motivada para apoyar esta decisión tras comprobar los efectos nocivos de estas prácticas tradicionales: "En mi trabajo he visto las consecuencias de la mutilación genital femenina, como hemorragias, fuertes dolores, complicaciones en el parto y, en el peor de los casos, incluso la muerte. En nuestra zona, este procedimiento se ha realizado a niñas de tan solo dos años".

En 2020, Sudán tipificó como delito todas las formas de ablación genital femenina. Sin embargo, se requiere un compromiso y un seguimiento muy estrechos de la comunidad para garantizar la aplicación de esta ley. El matrimonio infantil sigue siendo legal en Sudán y combatirlo es uno de los objetivos clave de Save the Children. 

9) Lucha contra la desinformación sobre la Covid-19 en Nepal

Un increíble 90% del público que participó en el juego de audio "Get Vaxed", desarrollado por Save the Children en Nepal y su socio tecnológico VIAMO, se comprometió a hacer frente a los rumores y la desinformación y a compartir únicamente mensajes basados en hechos sobre las vacunas de la Covid-19. El juego, que llegó a más de 30.000 personas en la primera semana de su lanzamiento, anima a la gente a vacunarse para que las comunidades puedan recuperarse tras la pandemia.

10) Victoria de la participación infantil en Etiopía, Guatemala y la Unión Africana

El gobierno de Etiopía ha creado un Parlamento Nacional de la Infancia, un espacio para que los niños y niñas de entre 10 y 18 años debatan con los líderes nacionales las cuestiones que les afectan. Esta medida histórica les dará más oportunidades de participar en el proceso democrático, expresar sus preocupaciones y exigir sus derechos.

En el Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana, Save the Children apoyó a niños y niñas de Somalia, Mozambique y Sudán del Sur para que participaran en una sesión abierta, destacando cómo se han visto afectados por los conflictos armados. Este órgano se ha comprometido a involucrarlos en futuras sesiones.

A su vez, en Guatemala, en el contexto de la conmemoración del Día de la Niña, la presidenta de la Comisión de la Niñez y la Familia del Congreso, con el apoyo de Save the Children, estableció un Parlamento Nacional de Niñas. En él se reunieron 85 niñas de 18 departamentos de todo el país para debatir los retos a los que se enfrentan en su vida diaria. Save the Children invitó a tres niñas indígenas de comunidades rurales remotas a expresar sus preocupaciones sobre la crisis climática y la desigualdad como parte de la campaña Generación Esperanza, que impulsa la organización.