La mitad de los casos de acoso escolar atendidos en 2017 evolucionaron hacia una mayor violencia y frecuencia.


Según el nuevo estudio sobre acoso escolar y ciberbullying realizado por la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación ANAR, en base a la situación de las niñas y niños afectados, la mitad de los casos de acoso contrastados y atendidos durante 2017 evolucionaron con el tiempo hacia una mayor violencia y frecuencia, tendencia al alza que ya venía produciéndose desde 2015.

El número de casos gestionados, no obstante, descendió a casi la mitad frente al año pasado, entre otras razones, por la actitud más decidida de las administraciones públicas y colegios en activar los protocolos anti-acoso, la mayor sensibilidad social y la diversidad de agentes involucrados.
Este tercer estudio sobre acoso escolar es el único que se realiza en España que toma como base las afirmaciones y sentimientos de los chicos y chicas que lo sufren. En esta ocasión está basado en las 36.616 llamadas recibidas durante el año pasado en el Teléfono ANAR relacionadas con el bullying, en concreto, en los datos recogidos de 590 casos contrastados y gestionados.

Algunos datos del estudio

  • Uno de cada cuatro casos de acoso escolar se produce en la forma de ciberbullying
  • Alrededor del 90% de los menores que sufren acoso escolar tiene problemas psicológicos (ansiedad, depresión y miedo permanente)
  • Más de la tercera parte de los que lo sufren no se lo cuenta a sus padres. El resto tarda entre 13 y 15 meses de media en pedir ayuda
  • La edad media de las víctimas de acoso escolar se sitúa en los 10,9 años y en los 13,5 años en el caso de los que padecen ciberbullying
  • Aumenta la valoración positiva de la actitud de los profesores por parte de los afectados
  • Mayor intensidad y frecuencia
Puedes leer la nota explicativa con los principales datos del estudio en la web de Fundación ANAR o acceder al III Estudio sobre el acoso escolar y ciberbullying según los afectados
También puedes firmar la petición de Fundación ANAR contra el acoso escolar, para que se tramite con urgencia la Ley Integral sobre Violencia contra la Infancia.

¡Firma la petición contra el acoso escolar!

Los centros educativos se generan violencias específicas y no sólo se reproducen otros conflictos sociales.

"No podemos reducir el problema del conflicto 
en el centro educativo al conflicto entre los adolescentes; 
no es que no exista, pero no es la única variable que debe elaborarse”.

Señaló investigadora, Nilia Viscardi*, 
rechazó la reducción del conflicto escolar únicamente al bullying.



Nilia Viscardi. | Foto: Pablo Vignali
Con el objetivo de generar reflexión e intercambio sobre el rol que juegan los centros educativos en la promoción de derechos de niños y adolescentes, la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura y el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) organizaron un congreso que se extendió durante dos días y puso el foco en la convivencia. Como contracara de ese concepto, el viernes y el sábado también se habló sobre la violencia dirigida hacia ese tramo etario de la población, que muchas veces está naturalizada en la sociedad uruguaya.

Ese fue el tema en el que se centró la intervención de Nilia Viscardi, del departamento de Pedagogía Política y Sociedad de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (Universidad de la República). La académica entiende al sistema educativo como “un dispositivo cultural que permite una salida a las dinámicas de control y moralización”, que, al mismo tiempo, “abre camino para trabajar la democratización de las instituciones”. 
Viscardi consideró importante el trabajo en cultura para “desandar las prácticas que tienen que ver con el exceso de poder y las relaciones de violencia, que muchas veces surgen en los contextos culturales, que debemos transformar porque son los que tenemos a mano para hacer retroceder las prácticas de violencia”.

La investigadora señaló que al hablar de violencia en las instituciones educativas, buena parte de los adultos la vincula al desconocimiento de la autoridad y del cargo del docente, lo que implica un reclamo a los adolescentes. Según agregó, ese planteo “fracasa frente a las actuales dinámicas”, que deben pasar por el reconocimiento del otro. “Esto es lo que los niños y adolescentes reclaman sistemáticamente. Hay un vínculo vacío de sentido cuando un docente se relaciona conmigo en virtud de su lugar de poder en la institución y no me trata como sujeto. ¿Qué sentido tiene dar voz a los estudiantes si no se escucha lo que dicen y si finalmente los criterios son tomados en función del poder y de la autoridad? Al vaciarse de sentido, resultan en un exceso de poder y una violencia. La construcción de reconocimiento mutuo es fundamental en los vínculos”, reflexionó.
En suma, señaló que las propuestas elaboradas por los docentes para abordar situaciones de violencia mayormente sugieren “lógicas que se centran en debatir sobre la convivencia y definir reglas y normas: fundamentalmente poner límites”. Al mismo tiempo, planteó que “colocan la centralidad del conflicto en los estudiantes, en el problema del orden en el aula y de los vínculos”.

A destiempo

Si bien Viscardi entendió que los derechos de niños y adolescentes en la sociedad uruguaya se actualizaron en los últimos años, principalmente a partir de la sanción de nuevas leyes y del reconocimiento de tratados y convenciones internacionales, consideró que “las prácticas culturales del sistema educativo se forjaron hace más de un siglo, cuando era natural el destrato y la violencia física e institucional”. “Tenemos dificultades para comprender la lentitud de los cambios culturales. En el ADN del sistema educativo aún están inscriptos el maltrato y la violencia sobre el niño y el adolescente; las nuevas leyes y convenciones son elementos recientes y tenemos que seguir trabajando para que estas dos culturas se armonicen en nuevas prácticas”, evaluó.

Por su parte, la académica indicó que cuando los estudiantes tienen una valoración negativa de un docente, principalmente se refieren a su apatía, y también hablan de lógicas institucionales “insalubres”, que ponen de manifiesto “el problema del sufrimiento escolar, que es una categoría muy poco atendida”. “Se habla de violencia en general, como violencia doméstica, entre pares, pero hay una categoría que se está generalizando y es el sufrimiento ocasionado dentro de las instituciones educativas; está vinculado a la relación con el saber, con el docente y a las prácticas de la institución. El bullying, como se conoce al destrato entre estudiantes, es un problema, pero también lo es el destrato de la institución, el docente que no vuelve a explicar, el exceso de poder, la norma impuesta sin sentido. No podemos reducir el problema del conflicto en el centro educativo al conflicto entre los adolescentes; no es que no exista, pero no es la única variable que debe elaborarse”, señaló.

En esa línea, relacionó la reducción del conflicto escolar al bullying con el proceso de criminalización de adolescentes y jóvenes en Uruguay, donde existen la misma cantidad de adolescentes privados de libertad que en Francia, que tiene 60 millones de habitantes. “Con estas tendencias culturales a castigar, encarcelar y encerrar a los adolescentes en instituciones en las que se violan sus derechos humanos, no podemos pensar que las instituciones van a estar carentes y ausentes de estas prácticas y visiones”, concluyó. De todas formas, la investigadora discrepó con quienes sostienen que las instituciones educativas únicamente reproducen conflictos que se dan en otros espacios sociales, como la familia o el barrio. Según fundamentó, en la mayoría de los estudios de convivencia escolar hay acuerdo en que en el sistema de enseñanza tienen lugar violencias generadas desde las propias instituciones.

En contacto

Viscardi dijo que dentro del sistema educativo los adolescentes buscan relacionarse con adultos que puedan vincularse “desde el lugar del saber” y “que saben por qué están allí”. Por lo tanto, entendió que los educadores que dicen frases como “no sé por qué estoy acá” o “no sé cuál es el sentido de este trabajo” son los primeros en promover el conflicto en el sistema educativo, ya que le quitan importancia a la tarea docente.
Además, señaló que los jóvenes muchas veces plantean la posibilidad de representar sus conflictos por medio del arte, y también se ha trabajado su expresión mediante el juego y otras nuevas formas de participación. Para la académica, estas nuevas modalidades pueden vincularse con mecanismos de participación política más tradicionales, para generar un contexto más propicio para que los adolescentes puedan expresar sus “sentimientos, sufrimientos y deseos”.

Hacia adelante, la investigadora consideró importante “rever la cuestión de la autoridad docente” y reforzar el vínculo con la comunidad, sumado a que el profesor debe dejar de verse únicamente como el encargado de una materia y a que es necesario tener en cuenta que el trabajo en convivencia forma parte de su tarea. “Si no le gusta trabajar con el otro y con el adolescente, pero eligió ser docente porque creyó que le gustaba enseñar matemática, hay un problema vocacional. El trabajo pedagógico es un trabajo de vínculo con el otro, a través del saber”, dijo al respecto.

Viscardi también planteó que si bien, por un lado, los adultos pretenden que los alumnos se responsabilicen por sus acciones, por otra parte, muchos docentes “tienen un enorme temor a perder la centralidad de su poder y de su cargo”. “He ahí una tensión. A los adultos nos cuesta entender cuál es el vínculo entre empoderar a los adolescentes y perder poder, y cómo puede trabajarse la autoridad docente en ese sentido”, reflexionó.

Otro trato

En el seminario también se expusieron diversas experiencias de promoción de derechos de niños y adolescentes, dentro y fuera del sistema educativo. 
Por ejemplo, Lucía Vernazza, de UNICEF, habló de la campaña Trato bien, que buscó desnaturalizar la violencia hacia los niños en Uruguay. La campaña surgió a partir de una encuesta de UNICEF que mostró que 54% de los adultos admitió haber ejercido violencia contra un menor de edad, y 25% ejerció la violencia física. Según Vernazza, la encuesta también relevó que la violencia está dirigida en mayor medida hacia niños varones. 
A partir de estudios cualitativos, llegaron a la conclusión de que estas prácticas estaban muy naturalizadas en la crianza, ya que al aplicarla no había una intención de maltratar, sino de “darle lo mejor al niño”. Por eso, la campaña buscó brindar alternativas no violentas para poner límites en esa etapa de la vida, y además hacerlo desde una perspectiva “empática” y “no culpabilizante de los padres”.

Además, se presentaron experiencias como la de la campaña Un trato por el buen trato, impulsada por el programa Claves, el programa Escuelas Disfrutables del CEIP, y otras implementadas a nivel territorial por docentes de centros educativos públicos y referentes de la Unidades Coordinadoras Departamentales de Inclusión Educativa de la Administración Nacional de Educación Pública.

*Nilia Viscardi, del departamento de Pedagogía Política y Sociedad de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (Universidad de la República), Uruguay.

Retratando Nuestros Derechos, Día U. de los DD. de la Infancia 2018.

                                                           Organiza la





Quisiéramos compartir con vosotros la convocatoria lanzada para el Día Universal de los Derechos de la Infancia que desde la Plataforma de Infancia.
Os rogaríamos le deis la máxima difusión posible en vuestros canales de comunicación, así como se los trasladéis a todos los grupos de participación infantil que consideréis puedan estar interesados en valorar el estado de la situación de la infancia y que debe cambiar. 
Para apuntarse estos grupos tienen hasta el 21 de septiembre, tanto para trasladarnos las propuestas como para que les ayudemos en realizar una celebración en su municipio.

      · Información sobre el proceso:

La Plataforma de Infancia inicia un año más los preparativos para la conmemoración del Día Universal de los Derechos de la Infancia en colaboración con el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar social. Como sabéis, en el año 2018 el Comité de los Derechos del Niño ha publicado las Observaciones Finales al V y VI Informe de Aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) . 
La Plataforma de Infancia ha realizado una versión adaptada de dichas Observaciones que permita la implicación de las niñas, niños y adolescentes  en el seguimiento de la CDN y en el diseño de las políticas que les afectan. Por tanto, nos gustaría invitaros a tomar parte en el proceso participativo para la preparación de esta conmemoración, cuyo eje central son dichas Observaciones, implicando y favoreciendo que muchos chicos y chicas puedan participar a través de vuestras entidades en valorar que debe mejorar en la situación de la infancia en nuestro país.

En 2018, bajo el lema " Retratando nuestros derechos" presentamos una serie de actividades para favorecer que los propios niños y niñas analicen sus derechos y las políticas que les afectan y hagan propuestas de mejora sobre su aplicación.  
El resultado del proceso será presentado a las autoridades institucionales por los niños y niñas en un Acto que tendrá lugar en  noviembre en Madrid y que estará acompañado por actividades que permitan visibilidad a infancia
Este año,también os proponemos la posibilidad a las entidades inscritas en el proceso de replicar este evento en tu localidad, para lo que podéis contar con nuestro apoyo y con algunos materiales que hemos diseñado: Pueden consultarse todos en la web www.diadelainfancia.es

La Plataforma de Infancia recopilará y sistematizará todas las conclusiones y demandas de los chicos y chicas para elevarlas a los organismos competentes para que sean tenidas en cuenta para el diseño y aplicación de los siguiente años .Para el desarrollo de todas las actividades propuestas contamos con una Guía para educadoras y educadores con la que podéis trabajar con vuestros grupos en vuestra dinámica habitual, eligiendo la temática que sea de más interés para el grupo y con la descripción de las actividades. 

Para la participación en las actividades se requiere prescripción que podéis realizar a través del siguiente formulario 

     Calendario: 
·Fecha de inscripción a las actividades y/o talleres: hasta el 21 de septiembre
·Fecha de ejecución de las actividades: desde confirmación de inscripción hasta el 31 de octubre.
·Fecha de envío de conclusiones de las actividades: hasta el 2 de noviembre.

   · Difusión del evento:
Os rogaríamos que deis la máxima visibilidad y a las observaciones finales adaptadas en vuestro canales de comunicación. Os adjuntamos un documento explicativo con toda la información con posibles mensajes y materiales a utilizar http://plataformadeinfancia.org/difusion-dia-la-infancia/ .

  Para cualquier consulta adicional, por favor, poneros en contacto con nosotros.
  
www.plataformadeinfancia.org
C/ Escosura, 3. Local 2. 28015 Madrid
Telf.: +34 91 447 78 53. Fax: +34 91 447 83 33

Los niños como defensores de los derechos humanos: Día de Debate Gral. 28 Septiembre.

El Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas (El Comité) 
ha decidido dedicar el Día de Debate General de 2018 (El Día) al tema: 

"Protegiendo y Empoderando a los Niños, Niñas y Adolescentes 
como Defensores de los Derechos Humanos“. 

Viernes 28 de septiembre de 2018, 
10:00 a.m. a 6:00 p.m. 
Sala XVII, Palacio de las Naciones, Ginebra,
durante la sesión número 79 del Comité.





La Convención sobre los Derechos del Niño es el instrumento internacional de derechos humanos más ampliamente ratificado, con 196 Estados partes.

Durante su 76ª sesión, el Comité de los Derechos del Niño, el órgano de expertos independientes encargado de examinar los progresos realizados por los Estados partes en la aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño, decidió dedicar su Día de debate general de 2018 (DGD) a la cuestión de proteger y empoderar a los niños como defensores de los derechos humanos. Tendrá lugar el viernes 28 de septiembre de 2018, durante la 79ª sesión del Comité en la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra.


El objetivo de los Días de debate general es fomentar una comprensión más profunda de los contenidos y las implicaciones de la Convención en lo que respecta a artículos o temas específicos. Representantes de gobiernos, organizaciones no gubernamentales, mecanismos de derechos humanos de las Naciones Unidas, organismos y organismos especializados de las Naciones Unidas, instituciones nacionales de derechos humanos, el sector empresarial, así como expertos individuales y niños son bienvenidos. El Comité también alienta la presentación de contribuciones escritas, que se enviaron antes del 1 de julio de 2018; consulte más abajo las pautas para presentaciones para obtener más información.

Objetivo general del DGD 2018
La DGD 2018 es la primera discusión global que se enfoca en los niños como defensores de los derechos humanos. Su objetivo principal es reunir un movimiento mundial para los defensores de los derechos humanos, incluidos niños, Estados, instituciones nacionales de derechos humanos, defensores de los niños, la ONU, la sociedad civil y el sector privado para promover la comprensión del papel de los niños como defensores de los derechos humanos, identificar lo que se necesita hacer para las leyes, políticas y prácticas relacionadas con los derechos del niño a fin de tener debidamente en cuenta a los niños como defensores de los derechos humanos; y para que las leyes, políticas y prácticas relacionadas con los defensores de los derechos humanos sean sensibles al niño.

Objetivos específicos de 2018 DGD
    - Recoger los puntos de vista de los niños sobre sus experiencias como defensores de los derechos humanos;
  - Evaluar la legislación, la jurisprudencia, las políticas y las medidas pertinentes destinadas a proteger o empoderar a los niños defensores de los derechos humanos, proporcionando ejemplos de buenas prácticas y desafíos, incluso desde la perspectiva de los niños;
  - Aclare las obligaciones de los Estados aplicables a los defensores de los derechos humanos de los niños en virtud de la CDN y las normas existentes sobre los defensores de los derechos humanos;
  - Identificar elementos clave para una implementación efectiva de un enfoque de derechos del niño a la situación de los niños que son, o desean convertirse en defensores de los derechos humanos, incluidas recomendaciones específicas para los responsables que pueden informar las recomendaciones del Comité a los Estados.




Manifiesto de OVIEDO 2018.


La historia de los puzles se remonta 250 años atrás, cuando a un cartógrafo inglés se le ocurrió recortar un mapa por las líneas fronterizas de los países para montarlo sobre un tablero de madera. La idea era que, al ensamblar las piezas, los niños aprendieran geografía de una forma entretenida.


Lectura del Manifiesto de Oviedo /
© UNICEF Comité Español-Plataforma Infancia/Pedro Timó
En esa misma línea de aunar aprendizaje y diversión, con motivo del Quinto Encuentro Estatal de Consejos de Participación Infantil y Adolescente  200 niños y niñas han trabajado intensamente para hacer realidad el lema del evento celebrado en Oviedo: “Creando el Puzle de Nuestros Derechos”.
Con edades de entre 10 y 17 años, los participantes representaban a cerca de 1.500 consejeros que habían trabajado previamente en la preparación del encuentro, los cuales representan a su vez más de 800.000 niños y niñas de prácticamente todo el territorio nacional.
Con la equidad como hilo conductor de un proceso que arrancaba hace más de seis meses con el impulso creativo de los niños y niñas encargados de diseñar el programa del encuentro, los jóvenes representantes han juntado en un documento las líneas una nueva geografía de los derechos de infancia. Una a una, los participantes  han ido construyendo las piezas que, en forma de propuestas para mejorar la sociedad en los aspectos que más les preocupan, han encajado finalmente en el gran el mapa de sus derechos que es el Manifiesto de Oviedo.
“Hemos trabajado muchísimo”, explicaba Erika, del Consejo de Infancia de Nava, que se lo ha pasado tan bien que ya piensa en repetir dentro de dos años. “De esta experiencia hemos sacado que somos escuchados, y que se nos tiene en cuenta” afirmaba Luis, procedente de Alcalá de Henares e integrante del grupo impulsor.
Combinando la creatividad artística, el análisis de la realidad y el marco de la Convención sobre los Derechos del Niño, los chicos y chicas se repartieron en siete grupos de trabajo para elaborar propuestas en cada una de las temáticas planteadas: igualdad de género, redes sociales (ciberbullying), identidades y diversidad, educación, cambio climático, protección y modelos de cuidados.
Fruto de todo este esfuerzo, en el que los chicos y chicas han contado con la ayuda de dinamizadores, técnicos municipales y expertos de la sociedad civil, el Manifiesto de Oviedo es a la vez un diagnóstico detallado de los principales problemas que acechan a la infancia y a la sociedad en general y un catálogo de medidas para solucionarlos.
Palabras de hormigón
Comenzando por las redes y el ciberacoso, los niños y adolescentes ven las redes sociales como una herramienta beneficiosa que, en unas manos inadecuadas, puede resultar emocionalmente destructiva. “Las redes nos conectan con el mundo, pero también si eres adicto pierdes el mundo de tu alrededor, y de tu desconocimiento, la gente se podrá aprovechar. Por eso, es bueno limitar su uso, no subir contenido ofensivo o inapropiado y no seguir a gente desconocida“, recoge el texto consensuado en Oviedo.
“Hemos visto también que ser diferente no es nada malo. Para normalizar la diversidad necesitamos una base desde la educación y desde la familia”, señala el manifiesto en el apartado sobre identidades y diversidad. “Es importante ser uno mismo y saber cómo se siente, de esa manera, a la hora de relacionarse, no habrá conflictos ni discriminación”, añade.
En el ámbito educativo, los consejeros infantiles quieren aprender a ser personas, para lo cual desean contar con profesores motivados que infundan pasión y les ayuden a desenvolverse mejor en el futuro con enseñanzas más prácticas: “En este país hay universitarios que no saben freir un huevo. Queremos aprender a llevar un orden en nuestra vida”.
Respecto a la paridad entre hombres y mujeres, el Manifiesto presta especial atención a la brecha salarial, un problema que proponen solucionar con la presencia en las empresas de una persona específica encargada de velar por la equivalencia salarial. “Por mucho que biológicamente seamos diferentes, socialmente somos iguales“, señalan los jóvenes, que además solicitan que se fomente el feminismo en los centros educativos.
Para los autores del Manifiesto también son importantes los cuidados, desde el punto de vista personal y colectivo, y apuestan por los hábitos saludables, evitando los más excluyentes y disruptivos. Entre otras medidas concretas, proponen que en casos de emergencia se refuerce la ayuda a las familias que lo necesiten, ya sean refugiados o personas que vengan de países en guerra. También mencionan la necesidad de implementar técnicas de integración en los centros educativos y estimular la participación de chicos y chicas.En cuanto al cambio climático, los niños lo definen como un suicidio colectivo al que se debe poner remedio aplicando la regla de las tres erres ecológicas: reducir, reutilizar y reciclar.
Por último, en el apartado sobre protección, los niños han aprovechado para poner todas las cartas sobre la mesa: “Queremos defender nuestra imagen, no somos las caras bonitas a las que simplemente nos utilizan para la foto y que altas esferas se lleven los méritos de trabajos que nosotros estamos elaborando. Además, los derechos deben revisarse de forma más continuada. No queremos que nuestras propuestas y opiniones sean de porcelana, queremos que se cumplan y se tengan en cuenta”, reclaman en el Manifiesto.
Erika, del Consejo de Navia, abundaba en esta última línea al final del acto: “Nuestras palabras no son de porcelana, sino de hormigón, porque son resistentes, no son frágiles, resistimos todo lo que nos venga”.
De Oviedo a Madrid, larga vida al Manifiesto
Con la presentación del Manifiesto, se ponía punto y final a un evento promovido por la Plataforma de Infancia y UNICEF Comité Español que ha tenido en el Ayuntamiento de Oviedo a un gran anfitrión. “Para ganar el futuro algo muy importante es que les demos voz a quienes serán sus protagonistas. Por eso hemos de hacer un esfuerzo para que los más jóvenes encuentren un cauce a través del que expresarse”, señalaba el alcalde de esta ciudad asturiana, Wenceslao López, durante el acto de inauguración.
La lectura del Manifiesto en el Palacio de Congresos, ante más de 500 personas entre representantes de los consejos de participación, autoridades, organizaciones sociales y familias, apenas es el pistoletazo de salida de un documento al que le espera una larga vida en los próximos meses.“Es increíble cómo los niños y niñas en cada encuentro nos aportan cosas distintas, cosas diferentes, cada vez cosas más potentes”, afirmaba al final de la última jornada Sole, de la Asociación Los Glayus, entidad que ha superado con creces el reto de dinamizar las actividades soslayando las inclemencias del tiempo. No obstante, “los adultos seguimos teniendo muchos deberes que hacer”, reconocía esta veterana en el oficio de fomentar la participación infantil.
Para empezar, viajará con los chicos y chicas presentes en Asturias hasta sus lugares de origen, donde los Consejos de Infancia tienen el encargo de presentarlo a las autoridades y órganos locales y regionales. También será una herramienta imprescindible para que las entidades impulsoras del Encuentro, la Plataforma de Infancia y UNICEF Comité Español, trasladen la voz de la infancia a los actores políticos con el fin de que las propuestas de los niños y niñas sean tenidas en cuenta en el diseño de políticas y programas dirigidos a la infancia.
Además, como ya se hizo con las propuestas elaboradas en Santander en noviembre de 2016, el Manifiesto de Oviedotendrá su última parada en la Comisión de Derechos de Infancia y Adolescencia del Congreso de los Diputados. En enero de 2019, los autores y autoras del documento lo darán a conocer a los representantes de todos los grupos parlamentarios.
Con el de Oviedo son ya cinco los encuentros estatales celebrados desde el nacimiento de la iniciativa, en 2010, y en ellos cerca de 1.000 niños, niñas y adolescentes han elaborado cientos de propuestas para ser tenidos en cuenta en la toma de decisiones de los asuntos que les afectan. En Oviedo, como antes hicieran en AvilésMálagaGuadalajara y Santanderlos niños han hablado alto y claro.

Ahora es el turno de los adultos. 
¿Se atreverán a escucharlos?


María Luisa Carcedo.

De Alta comisionada para la lucha contra la pobreza infantil 
a Ministra de  la cartera de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.

Con ese motivo reproducimos la entrevista de ctxt.es que le hizo el 15 de julio, 
recién nombrada entonces Alta Comisionada para Lucha contra la Pobreza Infantil.

“No se trata de atender a los niños pobres, 
se trata de que no lo sean”.

José Luis Marín

Maria Luisa Carcedo
Maria Luisa Carcedo (San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1953) ha estado ligada al PSOE durante más de cuarenta años. Desde la clandestinidad en la etapa tardofranquista a la caída y ascenso de Pedro Sánchez, la política asturiana ha pasado por las juventudes del partido y por multitud de cargos y responsabilidades. Su trayectoria, casi siempre vinculada a aspectos sociales y sanitarios, es prácticamente inabarcable: directora de Salud Pública y consejera de Medio Ambiente y Urbanismo en el Principado, presidenta de la Agencia Estatal de Evaluación de Políticas Públicas, diputada, senadora… entre muchos otros cargos.

Desde el pasado 21 de junio, este médico de atención primaria de formación ha añadido un nuevo epígrafe en su currículum: Alta Comisionada para la lucha contra la pobreza infantil. El organismo, dependiente de Presidencia, fue una prioridad expresa de Pedro Sánchez desde sus primeros días en el Gobierno. Carcedo, de semblante apacible y con la tranquilidad de la experiencia, explica con mucha prudencia –quizá por lo reciente del puesto– los retos de una situación social insostenible: 2,3 millones de menores en riesgo de pobreza y exclusión. El primer paso, asegura, es poner en la agenda y visibilizar la pobreza infantil. También vincular el problema a una situación estructural de desigualdad galopante que se transmite entre generaciones.

Los primeros movimientos del Comisionado han sido casi inmediatos. En menos de un mes desde su creación, el órgano ha puesto en marcha el programa VECA, una suerte de refuerzo a las becas comedor y los campamentos infantiles que organizan las Comunidades y los ayuntamientos durante el verano.
La exsenadora –dejó el cargo hace poco más de dos semanas para asumir la nueva responsabilidad– explica estos planes a CTXT el lunes 9 de julio en el edificio de Semillas del La Moncloa, el mismo día y a pocos metros de la reunión entre Pedro Sánchez y Quim Torra.

En su trayectoria política ha tenido puestos de responsabilidad en áreas como la salud, las políticas públicas o el bienestar social… Son ramas que conectan de forma integral con el tema de la pobreza infantil.

La pobreza infantil no se puede ver como algo anecdótico o que apareció de repente. Es consecuencia del incremento de la desigualdad en España.
Y también de una tendencia, en este caso global, que se viene desarrollando desde que tomaron preponderancia las tesis neoconservadoras –yo prefiero llamarlas así– de la etapa de Ronald Reagan o Margaret Thatcher, cuando se pusieron en práctica las teorías de Friedrich Hayek y Milton Friedman contrarias a la doctrina keynesiana de la economía. En España esto se agudizó mucho más durante la crisis, porque las que la pagaron fueron las rentas bajas, todas ellas. Y también muchas rentas medias que cayeron de escalón. Este fenómeno, la desigualdad, ha desembocado en que haya más familias pobres. Y que aquellas que tienen hijos sean todavía más pobres. Especialmente las monoparentales, donde casi la mitad están bajo el umbral de la pobreza. Esta es la foto, y también la consecuencia de la poca efectividad de las políticas redistributivas en la infancia. Por eso es necesario poner en marcha medidas que rompan las desventajas de los niños que están en estas familias. No se trata de atender a los niños pobres, se trata de evitar que lo sean. Y esto pasa también por la predistribución: evitar los salarios precarios y los recortes brutales en las prestaciones que se han hecho durante los años de la crisis.


Hablamos de 2,3 millones de niños en riesgo de pobreza y exclusión. Aproximadamente uno de cada tres menores. ¿No es esto una emergencia social de primer orden?

Esto es un problema estructural de país. Va más allá de lo que es la justicia social sobre las personas afectadas, en este caso las familias –yo siempre digo que no hay niños pobres en familias ricas–. Es un problema que, al final del recorrido, también afecta a la economía: esos niños, que pueden aportar conocimiento, talento, que pueden ser una pieza clave para la productividad y la competitividad del país, dejan de serlo por las dificultades y la falta de oportunidades. Es algo que, además, puede generar fractura social, con todos los problemas que conlleva. Es decir, no es un problema solo de las familias, sino del conjunto de la sociedad. Y no es solo un problema de justicia social, si no de la estructura económica del país.  


El Alto Comisionado que usted dirige es de creación muy reciente. Ha habido un primer paso, anunciado en el Consejo de Ministros de finales de junio, que consiste en un plan –llamado VECA– de choque contra la exclusión infantil en el periodo estival.

Hay dos cuestiones básicas que forman parte de la Convención sobre los Derechos del Niño y que no se hacen efectivas para aquellos que viven en hogares con carencias severas. El primero es el derecho a una alimentación sana, equilibrada y adecuada a su edad. El segundo es el derecho al ocio, al esparcimiento y a la cultura. Este periodo, el de verano, es una etapa de aprendizaje informal muy efectivo para los niños. Visitan museos, van a obras de teatro… Pero hay familias que no se pueden permitir estos gastos –prácticamente el 100% de las que están en pobreza severa–. Que esto se consiga hacer con carácter general ha sido uno de nuestros objetivos, para que existan actividades inclusivas en las que participen niños de todos los niveles socioeconómicos. Por eso hablamos, a la hora de poner en marcha el plan, de reforzar y duplicar la inversión, que es lo que hemos podido hacer este verano. Llegamos hace poco y ya había un programa para cofinanciar con las Comunidades y los ayuntamientos estas actividades.


Los Presupuestos Generales del Estado ¿afectan a su labor? José Luis Ábalos señaló hace poco que se intentaría adaptar las partidas dentro de la flexibilidad que permite la ley.

Bueno, estamos ya en junio y queda la mitad del ejercicio presupuestario, que se cerrará enseguida. En el programa VECA en concreto se aprovechó que había 60 millones de euros destinados a la infancia y usamos una parte para impulsar el plan. Lo que tengamos se aprovechará y ejecutará, y si hay que desviar dinero de distintas partidas, pues se hará. Para el año que viene hay que diseñar unos presupuestos más adecuados a lo que perseguimos.


 Y en términos estructurales, ¿cómo se ha trazado el plan? ¿De dónde salen los fondos? ¿Ha habido también incrementos en términos de capital humano?

Esto depende de las Comunidades Autónomas y los ayuntamientos. Nosotros lo que queremos para el próximo año es diseñar un programa más sistematizado, contando con las bases de población que tenemos –más de 300.000 niños en familias en riesgo–, y analizando cómo se puede planificar la estrategia de incluir a los más posibles. Hay familias que a veces no llegan ni a conocer los programas o desconocen sus mecanismos.


Pedro Sánchez insistió desde un primer momento en que la pobreza infantil era un tema prioritario. Es más, el Alto Comisionado depende de Presidencia. ¿Hasta qué punto hay un contacto directo o participación de las dos partes?  

 No queremos duplicar el aparato administrativo. El Alto Comisionado es un equipo pequeño que se encarga de estudiar la situación, identificar con detalle los orígenes de la pobreza infantil y proponer el diseño de políticas efectivas. Pero esto es algo que, en última instancia, tiene que hacerse a través de los Ministerios. Por eso queremos trabajar con los departamentos afectados: la Secretaría de Estado de Servicios Sociales del ministerio de Sanidad y Bienestar Social; el Ministerio de Educación; el de Trabajo y Seguridad Social… Todos aquellos que tienen que ver con las políticas que hagan efectivas las medidas para combatir la situación de pobreza infantil.


Siempre, con temas como la pobreza infantil, hay una percha recurrente: el famoso pacto de Estado. ¿Es posible en este ámbito? ¿Hay avances? 

Acabamos de llegar y justo ahora empiezan las vacaciones parlamentarias. Es un asunto sobre el que todos los partidos ya se pronunciaron en el Congreso, donde había incluso un mandato al Gobierno. Lo que ocurre es que hay que analizar el alcance de ese posible pacto e identificar las zonas de acuerdo –ya ocurrió con una muy importante, la violencia contra los niños– para que la situación de la infancia entre en la agenda política. Lamentablemente, tenemos temores de que hay un cierto negacionismo contra la situación de la pobreza en la infancia. La pobreza ahora tiene otros perfiles, ya no son niños con harapos y legañas. Pero sigue siendo pobreza.


¿Negacionismo desde sectores sociales, partidos o ámbitos económicos?

No hay una expresión concreta en la que alguien se atreva a decirlo abiertamente. Pero sí que se percibe que se habla de ello como si fuese solo estadística y que la realidad no es así. No, las estadísticas miden lo mismo en España que en otros países. Y tenemos la situación relativa que tenemos. Afortunadamente, el Estado de Bienestar tiene servicios públicos, pero el deterioro, los recortes y la falta de avance de este sistema –que en España también nació con retraso respecto de los países del entorno– hace que los que más sufran las consecuencias sean los niños. Y particularmente los que tienen más carencias. Si tú las becas las derivas a la excelencia académica y no a esas carencias, tienes un problema. Si estás fomentando que haya segregación escolar favoreciendo que hay desgravación de la renta a las familias que llevan a sus hijos a centros privados, como ocurre en Madrid, pues tienes otro problema. Todas son medidas concretas de cómo se gestiona el Estado del Bienestar y los servicios públicos, que deberían tener vocación inclusiva, y no siempre es así. Eso genera importantes desventajas en las familias con menos recursos.  

¿Está previsto que la cuestión de la pobreza infantil termine en alguna ley, al estilo de lo que se hizo con la dependencia?

Bueno, incluso en varias leyes, dependiendo de los temas. El objetivo es combatir la desigualdad, la pobreza, tomar medidas en las familias con grandes carencias…. Todo esto irá generando decisiones en función del rango necesario. Durante la legislatura pasada se impulsaron dos leyes de infancia para modificar sobre todo el tema del tutelaje, la acogida y la adopción. Para el Alto Comisionado lo primordial es hacer efectivos los derechos de la Convención sobre los Derechos del Niño. Esto exigirá en algunos casos una modificación legal, y en otras medidas como el programa VECA, que no requirió ninguna norma.


Has mencionado los derechos recogidos en la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU. Es decir, que la situación supera las cuestiones económicas y se traslada a un plano en el que hay unos derechos que no se están haciendo efectivos. Y aquí pueden aparecer otras cuestiones que guardan relación con la pobreza infantil, que tampoco están resueltas en nuestra sociedad, como la vivienda.

A mí no me gusta, y es algo en lo que coinciden muchas organizaciones de infancia, fragmentar la pobreza. Es decir, el que es pobre para poner la calefacción lo es para comprar alimentos sanos, es pobre para comprar libros, para consumir cultura… Lo que hay que combatir es la desigualdad y la pobreza y que las familias tengan ingresos que le permitan cubrir las necesidades básicas. 


Pero en el programa electoral del PSOE para esta legislatura el apartado de infancia hacía hincapié en etas cuestiones estructurales como la vivienda o la educación… 

Ahí tiene que haber una intervención pública en la política de vivienda y todas las dimensiones que la rodean. En España, lamentablemente, la política de vivienda se convirtió en un elemento de especulación y no en un bien social, que es lo que debería de ser. Hay que retomar eso en ámbitos como el alquiler, para que no suponga un coste para las familias más allá del porcentaje de gastos aceptable. En la educación, por su parte, es fundamental que se recupere su papel como motor del ascensor social. Temas como el abandono escolar son problemas muy serios que afectan sobre todo a las familias con pocos recursos. Hay relaciones muy estrechas entre la formación de los padres y el rendimiento de los hijos. 


Las desigualdades de acceso a la educación son más notables en edades muy tempranas. Hay estratos socioeconómicos que, por ejemplo, no tienen apenas posibilidades de acceder a la educación inicial (de 0 a 3 años). ¿Qué hay de la gratuidad de estos servicios?

El acceso a los servicios públicos debe ser gratuito, y estamos en contra de cualquier tipo de copago tanto en la educación como en la sanidad. Ya nos opusimos cuando quisieron poner el euro por visita en los servicios sanitarios. El acceso debe ser gratuito y de carácter universal, es crucial.


Pero los datos de Eurostat dicen que apenas existen menores en el país que reciban atención de los servicios formales de cuidados de forma gratuita… 

Ahí es donde encaja el programa VECA que hemos puesto en marcha. No tiene por qué ser gratuito para todos los niños, pero aquellos que tengan padres que no puedan sufragar los gastos deben ser becados. El verdadero problema está en los niños que no pueden acceder por razones económicas. Esa es la clave. 


¿Y cómo harán para evaluar las situaciones y las capacidades económicas de las familias? 

En ese tema hay bastante avanzado. Los niños que tienen becas de comedor ya conforman un censo. En los servicios sociales municipales también tienen identificadas a las familias con situación de necesidad. Hay que tener en cuenta que esto son cosas que nosotros podemos impulsar, pero que son competencias de ayuntamientos y Comunidades Autónomas. Se trata de diseñar programas sistematizados, que contengan información para conocer lo que está sucediendo y unas guías sobre los requisitos que se deben reunir para hacer efectivos los derechos de los niños.


Estos distintos niveles en la administración hacen que la implementación de planes a veces se vuelva compleja ¿Han pensado cómo llevarlos a cabo para que sean efectivos y haya sinergia entre las distintas instancias?

Lo que planteamos es que el propio diseño de los planes participe ya las distintas Comunidades y ayuntamientos y que trasladen sus experiencias. Es decir, difundir las buenas prácticas y que sean parte del diseño de los programas. Con el plan VECA se ha hecho de forma un poco intuitiva y en cuatro días, porque ya estaban empezando las actividades de verano. Para el año que viene, como he comentado, todo se debe sistematizar.


Hay otra cuestión en el ámbito de la pobreza infantil, que es la desigualdad territorial, muy pronunciada en España. ¿Cómo se puede solucionar esta cuestión geográfica?

Para eso se necesita el concierto con las administraciones que están en esa realidad, especialmente los ayuntamientos. Los planes deben tener un sistema de información, es decir, saber a cuántos niños estamos llegando actualmente y qué necesidades de desarrollo futuro se deben afrontar. Y también las que no se deben hacer, como tener guetos para niños pobres.

En las últimas semanas hemos visto cómo llegaban a los puertos de España personas rescatadas en el mar. Migrantes, entre los que hay niños y bebés. Dentro de la infancia, que es un colectivo vulnerable, ellos son un grupo de riesgo. ¿Tienen previsto intervenir, pronunciarse o aconsejar con estas situaciones?

Queremos trabajar con la Secretaría de Estado de Migraciones. Hay dos temas altamente preocupantes en este asunto: por un lado, que en todo el proceso sobre los refugiados hay muchos niños desaparecidos. Por otro lado la escolarización, que hay que asegurarla. Esto pasa por fomentar políticas de inclusión social. Otro asunto, que es común a niños y niñas, y especialmente a estas últimas, son los abusos y la violencia que sufren. A los problemas de la infancia se unen otros problemas específicos, por lo que hay que garantizar la seguridad de este colectivo de forma prioritaria.

¿Y lugares como los Centros de Internamiento de Extranjeros, donde hay menores? Varios ayuntamientos prometieron cerrarlos pero de nuevo parece un tema poco resuelto

Efectivamente. Naciones Unidas alertó sobre la situación de estos centros. Son lugares de acción prioritaria. Es una problemática que hay que afrontar: garantizar la inclusión, la seguridad y la educación. Y sobre todo no meter a los niños en guetos.