En el marco el Programa Tejiendo Redes Seguras, PROTEJERES, una estrategia integral para proteger a niños, niñas y adolescentes frente a la trata con fines de explotación sexual, FAPMI-ECPAT España y Fundación EDUCO, publicamos el DECÁLOGO “El tratamiento informativo de la trata de niñas y niños con fines de explotación sexual. Decálogo de buenas prácticas para medios de comunicación”, acceso digital. Este decálogo se ha diseñado como una guía de buenas prácticas para el tratamiento desde los medios de comunicación, de una de las más terribles vulneraciones de los derechos de las personas, y en concreto de niños, niñas y adolescentes: la trata de seres humanos. A pesar de que la trata puede manifestarse de diferentes formas, por su impacto en todas las esferas de la vida de las personas que la sufren, en este caso nos hemos centrado en la trata de niños, niñas y adolescentes con fines de explotación sexual, una problemática que, a pesar de los esfuerzos invertidos para hacerle frente, sigue siendo invisible en nuestras sociedades, victimizando a millones de personas en todo el mundo. En nuestro país la trata con fines de explotación sexual también afecta a decenas de personas menores de edad cada año. Y para combatirla es fundamental que todos los sectores implicados, incluidos los medios de comunicación, aunemos esfuerzos en su prevención. Siendo conscientes de la influencia del sector mediático y su papel fundamental en cuanto a la visibilización de la problemática y, por tanto, en el cambio social, este decálogo pretende precisamente eso: contribuir a la promoción de la participación proactiva de los medios de comunicación como agentes clave en la lucha contra esta problemática. |
Todos los materiales y avances del Programa están disponibles en la página web: |
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“El tratamiento informativo de la trata de niñas y niños con fines de explotación sexual: Decálogo de buenas prácticas para medios de comunicación”.
Las niñas y niños de Cañada Real y sus derechos, objeto de disputa.
En los últimos años, y erosionando desde diversos frentes la legitimidad de los Derechos Humanos (niñas y niños son seres humanos, por si aún alguien pueda albergar alguna duda al respecto), se ha acentuado la disputa (al hilo de cuestiones como el pin parental o los debates entre la educación concertada y privada, además de un largo etcétera) sobre si las niñas y los niños “son de los padres”, o “son del Estado”. La infancia siempre se ha situado en el ámbito de lo privado, al margen de las cuestiones públicas, como si estas no afectaran a sus vidas (sobre esto ya debatimos en este mismo medio).
Esgrimir excusas competenciales ante una gravísima violación de los Derechos Humanos no es admisible. Utilizar a la infancia como objeto de disputa entre competencias no es admisible.
Sin perjuicio de lo ya defendido por otros especialistas en derechos de la infancia, que han reclamado una respuesta inmediata, la situación cobra ahora la insólita deriva de convertir a niñas y niños en objeto de disputa entre las competencias del Estado. Léase: “Estos niños no son de mi negociado” o “esta Dirección General o Ministerio no tiene competencias en la materia”. Las familias asisten a una nada edificante pelotera sobre a quién le corresponde actuar. Un áspero debate en el que se pretende “apagar” a la infancia de Cañada Real, aislarla en “territorio de nadie” ahora que, paradójicamente, la zona cobra un gran interés por la política del ladrillo. Poco importa que lleven cerca de 150 días sin acceso a la electricidad, que hayan visto sus derechos suspendidos de forma abrupta por la empresa responsable del suministro eléctrico y las diferentes administraciones públicas directamente implicadas. Niños de la Cañada Real piden electricidad a los Reyes Magos, Pablo 'Pampa' Sainz.
Ahora Naciones Unidas, a través del Relator Especial sobre la Extrema Pobreza y los Derechos Humanos, Olivier De Schutter, responde de nuevo inequívocamente al Estado español con el argumento que venimos defendiendo en reiteradas ocasiones: la protección de los derechos de niñas y niños de Cañada Real compete a las tres administraciones; esto es: gobiernos central, autonómico y local. Para ello se basa en argumentos claros del derecho internacional: España como Estado parte de los Tratados de Derechos Humanos y, por tanto, como sujeto de derecho internacional, tiene la obligación última del cumplimiento de dichos tratados. En román paladino: esgrimir excusas competenciales ante una gravísima violación de los Derechos Humanos no es admisible. Utilizar a la infancia como objeto de disputa entre competencias no es admisible.
Echar balones fuera, a modo de “estos niños no son de mi negociado”, no es nuevo en nuestro país y conviene recordarlo. El Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, en el marco de su labor de velar por el adecuado cumplimiento de la Convención sobre los Derechos del Niño, de la que España tanto se vanagloria de ser parte, ha reiterado, desde hace años, en sus informes de Observaciones Generales (último en 2018) que el Estado firmante debe velar “por que la política y la estrategia tengan su fundamento en los derechos del niño, se conviertan en un componente integral de la planificación del desarrollo a nivel nacional y regional y abarquen los distintos contextos regionales”. Y si esto ahora no funciona, a lo mejor es otra señal de que necesitamos un ente rector que fortalezca un sistema de protección nacional en materia de derechos de la infancia y garantice la coherencia de políticas en todos los niveles. En el mismo informe, el Comité reitera la recomendación de que “el Estado firmante [España] siga fortaleciendo sus sistemas de coordinación en la administración central y entre las comunidades autónomas para aplicar políticas destinadas a la promoción y protección de los derechos del niño (véase también CRC/C/ESP/CO/3-4, párr. 12)“.
Ahora, tras cinco meses de pelea entre las distintas administraciones, a la que las niñas, niños y adolescentes de Cañada Real asisten con perplejidad y descorazonados, el Relator de Naciones Unidas reitera lo afirmado —nótense las numerosas reiteraciones— y eleva el tono. Se puede decir más alto, pero no más claro: ya no acepta las explicaciones y excusas del Gobierno de España sobre lo que interpreta como una dejación de responsabilidad en el conflicto abierto en el asentamiento madrileño de Cañada Real. En el ejercicio de sus funciones como Relator, acusa al Gobierno de España de incumplir sus obligaciones internacionales, de no atender a sus requerimientos y de anteponer argumentos basados en un reparto de competencias conforme al derecho interno, esto es: que si bien las competencias en políticas de Atención Integral para la Protección de los Derechos de la Población Infantil están en manos de las comunidades autónomas —ese entramado legislativo que se traspone en 17 leyes cuya antigüedad, por cierto, se sitúa entre 1998 y 2010 en función de cada CCAA—, este no es el único marco jurídico ni competencial que considerar, ni tampoco el más importante. Cañada Real, la vida bajo cero, Pablo 'Pampa' Sainz.
Una vez más Naciones Unidas se ha pronunciado, como debe hacer cuando los Estados atropellan derechos recogidos en diferentes instrumentos, porque esa es su función, instar al Gobierno a tomar “medidas urgentes” (llegan con cinco meses de retraso) y a dar cumplimiento al pacto firmado por las tres administraciones con el fin de resolver el problema: Pacto Regional por la Cañada Real Galiana. En su firma (mayo de 2017) se anunciaba como un “momento histórico: el de la unanimidad de todos los representantes políticos en la búsqueda de soluciones para Cañada Real, y un reflejo del esfuerzo conjunto de Administraciones, Entidades Sociales y ante todo Vecinos, protagonistas de este proceso histórico de cambio”. Un esfuerzo del que hoy nadie parece estar dispuesto a cumplir las responsabilidades que conlleva.
De Schutter argumenta que lo verdaderamente irresponsable está siendo “dejar a los niños sin electricidad en medio del invierno” e insiste, en este sentido, en algo que, después de tanto tiempo de peleas competenciales, debería ser ya una evidencia incuestionable, y es que el hecho que la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid tengan unas obligaciones y unas competencias jurídicas en la Cañada Real —que están incumpliendo—, como ha venido justificando el Gobierno central para no intervenir en el conflicto, “no exime al Estado español, como sujeto de derecho internacional, del cumplimiento de sus obligaciones como Estado Parte”. Moncloa, dice el Relator, “debe tener esto en cuenta, máxime cuando se trata de satisfacer el deber de socorro en la situación de grave desamparo e indefensión que experimentan los habitantes de la Cañada Real Galiana”. O sea, está denunciando explícitamente que los derechos humanos de las niñas y niños no pueden ser objeto de semejante pelotera; esos derechos no se cuestionan, no se discuten; no cabe excusa alguna para que aquellos a quienes compete actuar se inhiban de asumir sus responsabilidades.
Se puede decir más alto, pero no más claro: el Relator ya no acepta las explicaciones y excusas del Gobierno de España sobre lo que interpreta como una dejación de responsabilidad en el conflicto abierto en el asentamiento madrileño de Cañada Real.
La ONU señala que sigue esperando con impaciencia (expresión poco habitual en un Relator) una respuesta adecuada del Gobierno a la situación de los niños y niñas en la Cañada Real. El mismo desasosiego se ha instalado en las vidas de Doua, Salma, Yasmine, Adam, Tarik, Omar, Hkadija, Saac, Amal, Ghalia, Reyan, Saber, Kulud y así hasta casi 2.000 biografías concretas. Una población infantil que, amparada en el artículo 15 de la Convención, que reconoce el derecho a la libertad de asociación y a celebrar reuniones pacíficas, está saliendo a las calles a defender sus derechos, participando en diferentes acciones reivindicativas, como han sido enviar 50 cartas a Naciones Unidas, acompañar a sus familias para concentrarse ante la sede de Naturgy; escribir cartas a “los Reyes Magos” y leerlas ante la sede del Ayuntamiento de Madrid o recordar el mismo día de Nochebuena al Gobierno Regional de la Comunidad de Madrid su obligación de actuar. Este mismo miércoles 17 de febrero, se concentraron ante la sede del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, para denunciar la pobreza energética en la ciudad en la que viven y recordar al Gobierno central y a la sociedad en su conjunto su derecho a unas vidas dignas de ser vividas. No piden privilegios, sino el cumplimiento efectivo de sus derechos, los mismos que el Estado español ha ratificado y asumido como parte de su ordenamiento jurídico y sus políticas públicas.
Estos niños y niñas viven en Madrid, una ciudad que en 2008 fue distinguida con el galardón de “Ciudad Amiga de la Infancia”, al igual que la Comunidad Autónoma de Madrid, que en 2018 obtuvo el sello de un programa cuyo objetivo es “que cualquier ciudad se comprometa con el cumplimiento de los derechos de niñas, niños y adolescentes, recogidos en la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas (1989)”. Cabe también recordar que el pasado 21 de enero el pleno del Ayuntamiento de Madrid aprobaba el IV Plan de Infancia y Adolescencia (2020-2023) atendiendo a uno de los requisitos formales para renovar este reconocimiento. Así las diferentes instituciones implicadas en el Programa CAI (la Federación Española de Municipios y Provincias-FEMP, el Instituto Universitario de Derechos de la Infancia y Adolescencia IUNDIA de la Universidad Autónoma de Madrid, la Vicepresidencia de Derechos Sociales y Agenda 2030, y el propio Comité español de UNICEF) deberían atender las exigencias de Naciones Unidas y escuchar las peticiones de las niñas y niños de Cañada Real y valorar la pertinencia de esa posible renovación, pues la misma no parece que cumpla con todas las garantías mientras no se restituyan con urgencia los derechos de la población infantil en Cañada Real: tienen que actuar de forma coordinada y el gobierno local de Madrid debería poner ahora el mismo empeño en su renovación (prevista para abril de 2021) para garantizar las condiciones merecedoras de este reconocimiento.
Es hora de poner en marcha una institución con carácter nacional, un Defensor de los Derechos de los/las Niños/as para actuar ante situaciones incorrectas o irregulares de las administraciones, instituciones y autoridades.
A estas alturas ninguno de los gobiernos puede eludir sus competencias, los argumentos que insisten en la idea de “estos niños no me corresponden” no son admisibles. En un contexto donde la pobreza que afecta a la infancia es evidente y donde se están violando gravemente los derechos de los niños y las niñas, no hay otra opción que actuar decididamente para restituir a todos los niños y niñas en el pleno ejercicio de sus derechos.
Tras tres décadas de ratificación de la Convención, es hora de poner en marcha una institución con carácter nacional, un Defensor de los Derechos de los/las Niños/as para actuar ante situaciones incorrectas o irregulares de las administraciones, instituciones y autoridades que afecten sus derechos y vele para que los responsables de formular las políticas públicas nacionales, autonómicas y locales, tengan en consideración los derechos de la población infantil. No son pocas las ocasiones en las que esperar las exigencias de los organismos internacionales conlleva un tiempo del que niñas y niños no disponen, aunque parezca lo contrario.
*Marta Martínez Muñoz, Socióloga. Acompaña a las niñas y los niños de la asociación Mujeres Tabadol y Juventud en Acción Cañada (JAC) en la Defensa de sus Derechos. @MMM_DDHH.
América Latina aspira a ser la primera región del mundo libre del trabajo infantil.
ILO/Marcel Crozet |
Este es el Año Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil en las Américas. Gobiernos de la región, organizaciones de empleadores y de trabajadores y la sociedad civil, se unen para avanzar hacia el logro de la meta 8.7 de la Agenda 2030, que busca a poner fin al trabajo infantil en todas sus formas para el 2025.
En un acto oficial celebrado este jueves, se lanzó el Año Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil en las Américas, siguiendo así la estela de la Asamblea General de la ONU que proclamó el 2021 como el año para tomar conciencia de la necesidad de acabar con esta lacra.
El director general de la Organización Internacional del Trabajo, Guy Ryder, dijo durante el acto, que se celebró de forma virtual, que se trata de una oportunidad histórica para dar respuesta a una de las peores crisis de los tiempos modernos, la del COVID-19, que tiene consecuencias dramáticas para el presente y futuro de niñas y niños.
Ryder añadió que se requieren acciones urgentes y eficaces por parte de los gobiernos, las organizaciones de empleadores y de trabajadores, y la sociedad civil en su sentido más amplio.
También señaló que ha habido avances importantes en la materia. En el año 2020, el Convenio 182 sobre las peores formas de trabajo infantil alcanzó la ratificación universal y en todo el mundo.
Otro avance es el hecho de que, en el periodo comprendido entre el año 2000 y el 2016, se redujo en 100 millones el numero de niñas, niños y adolecentes que trabajan.
Sin embargo, alertó que los efectos de la pandemia de COVID-19 tiene el potencial de revertir gran parte del progreso alcanzado por el aumento de la pobreza, la caída de los ingresos familiares y el cierre de las escuelas. De ahí la urgencia de impulsar acciones efectivas que pongan a salvo a este sector de la población.
El trabajo infantil en la región de América Latina.
De acuerdo con Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, el trabajo infantil es producto y origen de cadenas de desigualdad.
Derivado de la pandemia, puede haber un importante aumento de la tasa de trabajo infantil en la región, lo que implica que al menos entre 109.000 y 326.000 niños niñas y adolescentes podrían ingresar al mercado de trabajo sumándose a los ya 10,5 millones que están en esta situación.
Por ello, dijo que es indispensable universalizar el acceso a la protección social y a la salud y otorgar un ingreso básico de emergencia a los niños, niñas y adolescentes en la región y sobre todo garantizar educación para todos sin discriminación con estándares de calidad y con adaptación a nuevas tecnologías.
“Ahora más que nunca los niños, niñas y adolescentes deben estar en el centro de las prioridades de acción y por ello es urgente revitalizar las alianzas entre los gobiernos, los empleadores, los trabajadores, la sociedad civil y la cooperación internacional para intensificar los esfuerzos para que en un futuro muy cercano América Latina y el Caribe sea la primera región en el mundo en poner fin al trabajo infantil”.
Por su parte, Youssouf Abdel-Jelil, director regional adjunto del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en América Latina y el Caribe, señaló la importancia de que los países detecten a niños, niñas y adolescentes que están atrapados en algunas de las peores formas de trabajo infantil analizando sus casos y reestableciendo sus derechos.
“Estamos comprometidos a trabajar con todos ustedes, gobierno, sociedad civil sector privado, para poner fin al trabajo infantil en las Américas”, aseguró.
David Longstreath/IRIN |
Las niñas, niños y adolescentes deben tener una infancia feliz.
Durante el evento de lanzamiento Sofía Mauricio, extrabajadora doméstica infantil, activista peruana por los derechos de las trabajadoras y trabajadores del hogar y representante de la Asociación Grupo de Trabajo Redes, ofreció su testimonio de cuando estuvo obligada a trabajar como niña.
Comenzó a trabajar a los 7 años y fue víctima de maltrato, explotación y violencia sexual. Ella salió de la zona rural de Perú para ir a trabajar a Lima con la finalidad de ayudar a su madre y a sus hermanos.
“El maltrato y la violencia y el dolor me hacía sentir que no valía para nada y cuando mi madre venía a verme y me preguntaba cómo me sentía, yo le decía que estaba bien por dos razones: una para que ella no se fuera triste y otra porque era amenazada”.
Por ello Sofía hizo un llamado a todos los sectores involucrados para eliminar el trabajo infantil y garantizar que las niñas, niños y adolescentes de la región puedan tener “una infancia con recuerdos felices, no una cómo la que tuve yo”.
Sí es posible.
Kailash Satyarthi, Premio Nobel de la Paz, señaló que sí es posible eliminar el trabajo infantil.
“Tenemos el conocimiento del problema, conocemos las soluciones, tenemos mucha más tecnología. ¿Entonces qué nos detiene?”, explicó.
Este lanzamiento es sumamente importante porque la respuesta a la pandemia ha sido tan injusta, al igual que inadecuada y desigual. No podemos darnos el lujo de retroceder, dijo antes de añadir: “Tenemos que salir con una promesa y decididos de que no permitiremos que esto ocurra más”.
América Latina une esfuerzos.
El evento contó con la participación de Iván Duque, presidente de Colombia; Alejandro Giammattei, presidente de Guatemala; Francisco Sagasti Hochhausler, presidente de Perú; Marvin Rodríguez Cordero, vicepresidente de Costa Rica; y Cícero Pereira da Silva, secretario de Políticas Sociales de la Confederación Sindical de las Américas (CSA).
Todos ellos reiteraron su compromiso con tomar medidas como cambios en la legislación, formación de los servidores públicos y aplicación de las herramientas existentes, como el sistema de información para la identificación registro y caracterización del trabajo infantil y las acciones de prevención y erradicación.
Los empleadores deben hacer su parte
Alberto Echevarría, representante de la Organización Internacional de Empleadores (OIE), señaló que este año trabajarán con el sector en dos frentes: con una campaña para que líderes empresariales trabajen en el objetivo 8.7 de la Agenda 2030 y a través del monitoreo de buenas prácticas para que se puedan intercambiarlas entre distintas organizaciones.
“Estamos involucrados decididamente en colaborar como miembros de la comunidad internacional y como empleadores en este tipo de iniciativas impulsadas en buena hora por Naciones Unidas y también por la Organización Internacional del Trabajo”, afirmó.
Atención Temprana, otra más de las brechas de la infancia en España.
Las diferencias entre CC.AA. y clases sociales determinan la posibilidad de recibir tratamiento de atención primaria. THINKSTOCK |
Hablando de Infancia y Adolescencia, Revista GSIA, mes de Febrero 2021.
En este número, la sección Escaparate GSIA tiene dos escaparates a cúal más interesante:
.- Nuestro compañero y Magistrado, Tomás Luis Martín Rodríguez elaborado la muy valorada y premiada guía: "Prácticas y guía de buen trato a la Infancia en la Administración de Justicia del partido judicial de Las Palmas de Gran Canaria".
También en la web puedes encontrar Documentación relativa a la infancia y la adolescencia: artículos, documentación, investigaciones, estudios, legislación, etc.
Sexualidad tras la mutilación genital femenina
Es evidente que esta práctica vulnera los derechos humanos y es una forma extrema de discriminación de las niñas y mujeres que la sufren. De este modo, es reconocido internacionalmente por la Organización Mundial de la Salud.
La MGF no tiene beneficios para la salud. Por el contrario, puede suponer riesgos para la misma tanto a corto como a largo plazo. Algunas de las complicaciones inmediatas de esta agresión incluyen dolor intenso, hemorragia, fiebre, infecciones e incluso la muerte.
De hecho, se estima que puede afectar a más de 200 millones de personas. Por tanto, es importante disponer de recursos sanitarios y sociales que permitan dar respuesta a las demandas de estas niñas y mujeres.
Existen diferentes métodos de MGF. La clasificación establecida por la Organización Mundial de la Salud distingue 4 tipos de mutilación genital femenina:
Clitoridectomía: Consiste en la resección parcial o total del clítoris y, en casos singulares, solo del capuchón de este.
Escisión: Implica la resección parcial o total del clítoris junto con los labios menores, con o sin escisión de los labios mayores.
Infibulación: Cuando se estrecha la abertura vaginal, que se cierra cortando los labios menores o mayores y suturándolos centralmente. También puede incluir la clitoridectomía.
Otros tipos de MGF: Engloba el resto de las lesiones de los genitales externos que se realizan con fines no médicos, como el raspado o la cauterización.
Implicaciones de la MGF en la sexualidad de la mujer
La salud sexual es un estado de bienestar físico, emocional, mental y social en relación con la sexualidad que requiere la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras.
Por tanto, la MGF constituye una violación del derecho sexual a la autonomía, integridad y seguridad sexuales del cuerpo, así como del derecho de equidad sexual, ya que perpetua la discriminación de género.
Además, en función de las secuelas de la MGF, también se pueden vulnerar el derecho al placer sexual y el derecho a la toma de decisiones reproductivas libres.
Si existe una alteración de la salud sexual y estos síntomas causan preocupación a la persona que los sufre, se confirma que existe en la mujer una disfunción sexual femenina.
Existe una correlación entre el tipo de mutilación y la disfunción sexual, encontrando mayor afectación sexual en los tipos II y III, donde el grado de mutilación es superior, que en el tipo I.
La función sexual femenina se compone de diferentes dimensiones: deseo, lubricación, excitación, orgasmo, satisfacción y dolor. Cuando existe una disfunción sexual femenina pueden alterarse una o varias de estas esferas sexuales. En las personas con MGF, las dimensiones más afectadas son el dolor y el orgasmo, mientras que la lubricación y el deseo son las menos afectadas.
Pero no todo es deseo, excitación, orgasmo o dolor. La sexualidad, en todas sus dimensiones, es un concepto mucho más amplio que incluye aspectos más globales de la identidad femenina:
Reproductivos: mujeres con antecedente de MGF pueden presentar infertilidad secundaria a las lesiones sufridas y esto puede influir en su salud sexual.
Identidad: todavía muchas personas asocian los órganos genitales femeninos al concepto de ser mujer, por tanto, no es infrecuente que estas niñas y mujeres con lesiones en sus genitales externos por la MGF refieran que no se sienten completas como mujer.
Feminidad: vamos un poco más allá y ya no hablamos de sentirse o no sentirse mujer, sino de sentirse más o menos femenina. Las alteraciones de estos genitales pueden ocasionar que las pacientes se perciban como menos femeninas o menos atractivas sexualmente.
Imagen genital y corporal: frecuentemente las pacientes con MGF perciben sus genitales como “anormales” o “desagradables” y esto puede afectar a la autoimagen, autoestima y a como se expresa y experimenta la sexualidad.
Intimidad: además, pueden sentir miedo o ansiedad por la intimidad, por la proximidad.
Relación: no es difícil de imaginar que todo esto puede afectar a una relación ya establecida o dificultar establecer una relación esporádica.
Por tanto, las personas con MGF con alteraciones de su salud sexual deben ser atendidas por un equipo multidisciplinar mediante un abordaje biopsicosocial. Este evaluaría su vida sexual actual y sus expectativas, para poder ofrecerles el tratamiento personalizado más adecuado.
Entre las diferentes alternativas terapéuticas que se pueden ofrecer a las personas con MGF, la cirugía reconstructiva es una de las opciones más consideradas.
En los últimos años se ha desarrollado un interés creciente por este procedimiento, tanto desde la perspectiva de las mujeres con MGF, como de los profesionales sanitarios y los sistemas de salud.
No obstante, en las pacientes con MGF asintomáticas que solicitan cirugía, la realización de cualquier procedimiento quirúrgico debe ser adecuadamente evaluada.
Asimismo, la cirugía reconstructiva con el único fin de mejorar el bienestar sexual debe incluirse dentro de un abordaje integral, que incluya no solo parámetros medicoquirúrgicos si no también psicológicos y sociales.
A pesar del creciente interés, debe tenerse en cuenta que aún son pocos los estudios bien diseñados al respecto y que, habitualmente, se basan en poblaciones de estudio reducidas y heterogéneas.
Sin embargo, la mayoría de ellos, cuando evalúan la salud sexual antes y después de la cirugía, refieren una mejoría notable de la función sexual. Algunos de estos estudios mencionados en el artículo analizan el impacto de la cirugía reconstructiva en las diferentes dimensiones de la sexualidad, siendo el dolor la que mejora de modo más significativo, seguida de la excitación.
Sin embargo, uno de los principales defectos de muchos de estos estudios es la ausencia de valoración de otros aspectos más globales de la sexualidad femenina.
De acuerdo con nuestra experiencia, y aunque la evidencia científica es limitada, debemos ofrecer un abordaje multidisciplinar a estas pacientes adaptado a sus problemas sexuales y otros problemas de salud derivados de la MGF, así como a su contexto cultural y social.
Desde el punto de vista de la salud sexual, hay que ofrecer una adecuada información y educación sexual, así como un asesoramiento y terapia sexual en aquellas mujeres con MGF que así lo requieran.
La indicación de un tratamiento quirúrgico debe ser evaluada por los diferentes miembros del equipo y por la paciente, considerando los objetivos que persigue y centrando las expectativas.
Asimismo, son necesarios más estudios de mejor calidad sobre los cambios en la sexualidad tras la cirugía reconstructiva. Todo esto, nos permitirá identificar diferentes perfiles de pacientes con el objetivo de poder ofrecer en el futuro tratamientos más personalizados desde un enfoque integrador de la sexualidad.
* Sònia Anglès Acedo, Ginecóloga y Sexóloga clínica, Hospital Clínic de Barcelona, Universitat de Barcelona
* Camil Andreu Castelo-Branco Flores, Catedrático de Obstetricia y Ginecologia. Director del Departamento de Cirugía y EMQ. Director del master de Sexología Clínica, Universitat de Barcelona
Educación, cuentos y mucha comunicación: así hay que hablar a la infancia para prevenir el abuso sexual,
“Tu cuerpo. Ese sitio donde suceden todas las cosas que te pasan”. Con esta frase comienza un cuento infantil especial. Sus autoras son Helena Torija, fisioterapeuta de profesión, y sus dos hijas, Eva y Julia. La primera, de 5 años, pone título al proyecto: 'Tu cuerpo es tuyo. El mensaje de Eva'. El verano pasado sufrió un episodio de abuso sexual en su entorno próximo, como la inmensa mayoría de casos que suceden. Ante esa experiencia, la familia se puso manos a la obra para escribir y dibujar el cuento. Construyeron así una herramienta más para prevenir el abuso sexual en la infancia.
“La idea fue al principio escribirlo para ayudarnos a nosotros mismos porque lo necesitábamos”, destaca Helena Torija. A la madre de Eva le salió de dentro la necesidad de contarlo y desterrar el tabú que puede existir alrededor de casos como el de su hija. “A mí casi lo primero que me comentaron fue que lo que había pasado no iba a salir de ahí y nadie se iba a enterar. A mí me chirrió muchísimo. Sí que intentamos nombrar el tema, hablarlo, que nuestros hijos lo hicieran también. Las cosas que no se nombran no existen, y como no existen no se les puede poner nunca solución. Para mí es una manera de liberar un dolor y ayudar a otros. Lo que quiero es que se hable del tema, lo que quiero es que se nombre”, añade.
Portada el cuento. |
Habla Helena de una “amalgama” de sentimientos desde que se
lanzó el cuento. "Desde el primer minuto dije que si el cuento servía
para ayudar a un solo niño o niña, ya era válido mi esfuerzo. Pero, por
otro lado ves que hay gente muy dañada”, comenta.
Toda la familia colaboró en la creación. Desde el padre, Víctor, hasta los otros dos hijos de la familia. “El dibujo en la infancia es súper poderoso”, señala Helena. Y el lenguaje utilizado, clave. “Las niñas te sorprenden porque ellas mismas participaron para decir qué tipo de palabras funcionarían mejor para explicarlo a otros niños”, añade. Eva pensaba titular su libro así, según cuenta su madre: “Hay gente mala, pero no te preocupes, este es tu cuerpo y este es tu cuento para que lo sepas”. “Es largo. Al final cambiamos el título, pero la idea es tan potente que yo no tengo nada más que añadir”, señala.
El cuento se puede adquirir actualmente contactando con la plataforma Mejorando Infancias, habilitada para ello. La idea, además, es ceder los derechos a la Fundación Lydia Cacho, para darle más impulso a la iniciativa.
El silencio y la desinformación, aliados del abusador
Helena forma parte de la comisión de violencia del hospital en el que trabaja, por tanto, tenía ya cierto conocimiento previo sobre protocolos o herramientas a usar en este tipo de casos. Nos pone como ejemplo a Aspasi (Asociación para la sanación y prevención del abuso sexual infantil). Entre otras actividades, realizan charlas y talleres. La psicóloga Margarita García Marqués es su fundadora. “Para trabajar la prevención lo primero que hay que hacer es informar a los niños. Si ellos no están informados, no saben lo que les está ocurriendo. Los mayores aliados del abusador son el silencio y la desinformación”, afirma. Los primeros que tienen que estar informados, añade, son obviamente los padres y madres.
Entre las cosas concretas que destaca se encuentran saber distinguir las distintas partes del cuerpo y ponerles nombre y decirles que no se deben tocar por nadie salvo excepciones como consultas médicas. Para ello, hay un trabajo general que consiste en que los niños sepan que cuando algo no les gusta tienen que decir que no. “Que sepan poner los límites”. García Marqués ha escrito dos cuentos infantiles, '¿De qué color son tus secretos?', y 'Tu cuerpo es tu tesoro', además de un libro, 'Stop Abusos', dirigido a los adultos.
Portada del cuento. |
Por su parte, la psicóloga Maribel Gámez señala que “es importante hablar de las realidades que nos rodean”. Y considera de utilidad destacar una serie de síntomas en niños y niñas que pueden ser indicadores de estar sufriendo abuso sexual: cambios en el comportamiento como, por ejemplo, irritabilidad o retraimiento, conocimiento de temas sexuales que no corresponden a su edad, alteraciones en el sueño y la alimentación, autolesiones y, por supuesto, irritación e infecciones en la zona genital. “Sin información, esas claves pueden pasar desapercibidas o ser mal interpretadas y, por lo tanto, perder la oportunidad de ofrecer la ayuda que el niño necesita”.
Entre los recursos recomendados por Gámez destacan cuentos como 'Kiko y la mano' o 'Estela grita muy fuerte'. “Son cuentos que ayudan a detectar situaciones incómodas o de malestar en los niños. Siempre recomiendo adaptar los cuentos a la realidad concreta de cada pequeño. No todos los niños son coaccionados cuando sufren algún tipo de abuso sexual ni todos lo interpretan como algo negativo, sobre todo, cuando el abuso viene de un pariente de primer orden, en el que confía plenamente. Y eso es algo a tener en cuenta. Cada caso es diferente".
La psicóloga Elisenda Pascual publicó hace unos años otro cuento destinado a trabajar la prevención. Se llama 'Clara y su sombra' y cuenta además con una extensa guía metodológica para ayudar a padres y madres. “Primero, los adultos tienen que hablar consigo mismos. A veces también cuando nos suena la campana como madres y padres es porque hay algo en el baúl de la memoria y que no ha salido a la luz”, afirma.
Esta profesional, que asesora a escuelas públicas en materia educativa sobre sexualidad, argumenta que “venimos de una educación judeocristiana donde hay un yugo de represión encima de la sexualidad sana”. “En psicología tenemos una frase, que todo lo que reprimimos lo pervertimos. Si no lo ponemos encima de la mesa y no lo hablamos, seguiremos reproduciendo la educación del silencio”, comenta.
La nueva ley y la importancia de la educación
Desde organizaciones como Save The Children ponen en valor la importancia del desarrollo de la educación afectivo-sexual dentro de los centros educativos. “Es una de las herramientas más eficaces para poder proteger y prevenir a la infancia”, explica Lucía Martínez, responsable de incidencia política. Y en este sentido destacan el impulso que puede suponer la nueva Ley Integral de Protección a la Infancia, en la que también han colaborado y que está a pocos pasos de aprobarse en el Congreso. “Es una oportunidad magnífica que permitirá poner en práctica una estrategia que aterrice muchas cuestiones”, señala mientras pone de relieve el gran consenso que ha suscitado la ley.
Entre las herramientas con las que cuenta esta organización se encuentra una “Escuela de Padres” con contenidos audiovisuales sobre sexualidad. “En centros educativos, nuestra apuesta es que este tipo de educación se haga desde las edades más tempranas posibles porque es cuando empieza a construirse la sexualidad de los niños y niñas. Cuanto antes se empiecen a facilitar herramientas que les permite conocerse y conocer al resto, van a estar más empoderados ante cualquier posible situación de acoso o abuso”, afirma.
Desde el Ministerio de Igualdad destacan respecto a la nueva ley que por primera vez se diseñan “itinerarios de acompañamiento específicos para los niños y niñas que sufren violencia sexual”. Fuentes del Ministerio explican que “la clave también es el enfoque con el que se trabaja”. “Prevenir y atender la violencia sexual en la infancia debe realizarse desde un enfoque de género y derechos humanos, que sitúe los derechos de las niñas y niños en el centro. Por ejemplo, con el derecho a ser escuchados por las instituciones públicas y organismos judiciales”.
Niños en Duelo: Página web orienta sobre duelo de niños huérfanos por Covid.
acompañar el duelo de niñas, niños y adolescentes en tiempos de COVID-19.
Acceso a web de recursos, guía de acompañamiento,infografías, audios, vídeos...
Las medidas implementadas para prevenir
contagios provocados por el COVID-19 han modificado las formas de
interacción y relacionamiento social, generando incertidumbre y huellas
emocionales en cada ser humano.
Cuando una persona fallece debido
al COVID-19, las y los familiares no tienen la oportunidad de
despedirse, ni de llevar a cabo rituales como sepelios o velorios, lo
que para niñas, niños y adolescentes puede convertirse en una
experiencia traumática que les acompañe toda la vida.
Por estas razones, es importante contar con mecanismos que permitan transitar por un duelo sano a través de un acompañamiento consciente y amoroso por parte de adultos.