que están solos con un enfoque de protección de la infancia.
El caso español podría considerarse una buena práctica.
Sin embargo...
Descargar "Niños y niñas migrantes no acompañados", informe UNICEF.
«Si lo comparamos con otros países,
España responde a la acogida de los niños migrantes que están solos con
un enfoque de protección de la infancia. En este sentido, el caso
español podría considerarse una buena práctica. Sin embargo, al observar
la realidad de primera mano, comprobamos que hay múltiples problemas,
contradicciones y carencias, en ocasiones muy relevantes, que conducen a
la desprotección de los derechos de muchos de estos niños y niñas». Así
presenta Gustavo Suárez Pertierra, presidente de Unicef Comité Español,
el nuevo informe Los derechos de niños y niñas migrantes no acompañados en la frontera sur española.
El documento recoge los principales retos, lagunas, brechas y necesidades del sistema de protección español
a través de las voces de policías, entidades autonómicas de tutela,
autoridades estatales en los ámbitos de infancia y migración, personal
de los centros de internamiento, fiscales, jueces, Defensorías del
Pueblo, ONG y agencias de Naciones Unidas. Además, propone la creación
de un plan de protección nacional para la integración de niños y niñas
migrantes pactado entre todos los partidos políticos y con proyección a
largo plazo.
El informe es el resultado de una investigación exhaustiva llevada a cabo en Ceuta, Melilla y Andalucía, y responde al reciente incremento de menores no acompañados que llegan a nuestras fronteras. Tan solo en 2018, 6.063 niños y niñas llegaron solos a España, lo que supone un aumento de alrededor del 150% respecto a 2017. Además, según datos del Ministerio del Interior, se ha duplicado —hasta los 13.012 a finales del año pasado— el número de niños inscritos en el Registro de Menores Extranjeros No Acompañados. Sin embargo, son muchos los niños y niñas que se quedan fuera de las cifras oficiales.
Unicef reconoce que actualmente existe una voluntad política para cambiar el sistema de protección de los menores no acompañados,
aunque teme que un posible cambio de Gobierno a nivel local,
autonómico, nacional y europeo paralice los procesos de diálogos que ya
están abiertos en esta materia. Eso sí, el Comité de los Derechos del
Niño —en sus recomendaciones a España— califica de urgente la necesidad
de dar una solución a los menores migrantes no acompañados que llegan a
nuestro país y, para ello, la ONG considera que se debe adoptar lo antes
posible un Plan Nacional de Acción dotado de presupuesto tanto a nivel
autonómico como estatal para que la situación no vaya a peor.
Un año viajando solo, video.
El
plan propuesto debe garantizar la «protección efectiva e integral» de
los niños y niñas migrantes que lleguen a España solos y su integración
social, laboral y de transición a la vida adulta. Es imprescindible poner en marcha planes contra el racismo y la xenofobia en todos los niveles
y garantizar la educación de todos los menores. Además, se debe
asegurar un mecanismo nacional de derivación con el que se de una
respuesta coordinada entre comunidades autónomas; un plan de
contingencia que se aplicase en el caso de que la llegada de niños y
niñas migrantes comenzase a desbordar el sistema; y unos estándares
mínimos comunes en los centros de todo el territorio y unas pautas
comunes para realizar labores de rescate, recepción, derivación, tutela y
tramitación de documentación. Desde Unicef se anima a que, desde los
distintos Gobiernos, se promueva el acogimiento en familias.
Por último, insta a las autoridades a crear un procedimiento común para determinar la edad de los menores,
siempre acorde a las recomendaciones del Comité de Derechos del Niño.
Actualmente, se determina la edad de los niños y niñas que llegan a
nuestras fronteras con pruebas oseométricas, que se realizan sin
garantías jurídicas básicas y cuyo margen de error es muy amplio.
Además, añade la necesidad de fortalecer los mecanismos de supervisión,
especialmente las fiscalías, y todos los procedimientos de rendición de
cuentas.
Desde Unicef se anima a que los distintos Gobiernos promuevan el acogimiento en familias
En
su informe, Unicef denuncia que en la actualidad los profesionales que
se encargan de velar por la integridad de estos menores trabajan con
recursos muy limitados, lo que provoca frustraciones constantes tanto en
los responsables como en los niños y niñas. Javier Martos, director
ejecutivo de la ONG en España, alerta de que muchos de los menores
entrevistados han llegado a ver su salud mental afectada por la
situación en la que se encuentran. Por ello, muchos abandonan los centros a diario, ya sea solos o «de la mano de mafias traficantes».
¿El motivo? Según los propios afectados, «lo hacen porque nadie les
dice si van a conseguir los papeles antes de cumplir 18 años, porque no
aguantan seguir viviendo hacinados, porque tienen familiares en otros
lugares o quieren ir a la península y no pueden, o porque se pasan los
días sin hacer nada, sin estudiar». En el caso de las niñas, la
situación es mucho peor: Martos asegura que «hay víctimas de trata que
salen de los centros sin haber sido identificadas como víctimas».
En
los centros de menores se produce una situación paradójica: «Los niños o
niñas que entran en el sistema de protección, en lugar de encontrarse
en un entorno protector, un hogar, donde se garantizan sus derechos, comienzan una etapa donde terminan siendo cada vez más vulnerables.
Una cadena de retrasos, falta de recursos, procedimientos inadecuados,
decisiones descoordinadas y escasa supervisión, terminan perjudicando
sus oportunidades y condiciones de vida en el futuro». Estos problemas
no son aislados, sino que se producen una y otra vez tanto en
instituciones autonómicas como estatales. Por ello, desde UNICEF
reclaman una solución efectiva urgente.