El COVID-19, la mayor crisis para la infancia en los 75 años de UNICEF.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia advierte que la COVID-19 
está haciendo retroceder prácticamente todos los indicadores de progreso 
y ha sumido a 100 millones de niños más en la pobreza. 

UNICEF/Sokhin. Douyassi Magnificat (2 años)

El 75 º aniversario de UNICEF tiene un sabor agridulce. Después de décadas de avances que consiguieron que menos niños murieran por enfermedades y que más tuvieran salud y asistieran a la escuela, la pandemia amenaza con echar todo por tierra.

"A lo largo de nuestra historia, UNICEF ha contribuido a crear entornos más sanos y seguros para los niños de todo el mundo, con grandes resultados para millones de personas", dijo Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF, que terminará en los próximos días su mandato. "Estos logros están ahora en peligro. La pandemia del COVID-19 ha sido la mayor amenaza para el progreso de la infancia en nuestros 75 años de historia”.

Mientras aumenta el número de niños que pasan hambre, no van a la escuela, sufren abusos, viven en la pobreza o se ven obligados a casarse, disminuye el número de niños con acceso a la atención sanitaria, a las vacunas, a una alimentación suficiente y a los servicios esenciales. “En un año en el que deberíamos mirar hacia adelante, estamos retrocediendo", añade Fore.

A principios de 2020, había más niños que vivían para ver su primer cumpleaños que en cualquier otro momento de la historia. La mortalidad infantil se había reducido en un 50% desde el año 2000. La mortalidad materna y los matrimonios infantiles estaban disminuyendo, y había más niñas que asistían y permanecían en la escuela que nunca.
Una catástrofe para los niños

Desde entonces, en menos de dos años, 100 millones de niños más han caído en la pobreza, un aumento del 10% desde 2019.  En el mejor de los casos, se necesitarán entre siete u ocho años para volver a los niveles de pobreza infantil anteriores a la crisis, señala UNICEF.

Unos 50 millones de niños padecen emaciación, la forma de malnutrición más peligrosa. Esta cifra podría aumentar en nueve millones más para 2022 debido al impacto de la pandemia.

El número de niños que trabajan ha alcanzado los 160 millones en todo el mundo, lo que supone un aumento de 8,4 millones de niños en los últimos cuatro años. Otros nueve millones de niños corren el riesgo de ser empujados al trabajo infantil de aquí a finales de 2022.

Además, se pueden producir hasta 10 millones de matrimonios infantiles adicionales antes del final de la década como resultado de la pandemia de COVID-19.

Algunas niñas no volvieron a la escuela después del COVID-19 porque tienen miedo.La pandemia cambió mi forma de ver el mundo. Ahora me parece no es tan tranquilo y estable como antes.
   
En 2020, más de 23 millones de niños no recibieron todas las vacunas esenciales, la cifra más alta desde 2009.  De esos 23 millones, más del 60% vive en sólo diez países (Angola, Brasil, República del Congo, Etiopía, India, Indonesia, México, Nigeria, Pakistán y Filipinas) y 17 millones de ellos no recibieron ninguna vacuna.

A nivel mundial, durante el primer año de la pandemia las escuelas estuvieron cerradas el 43% del tiempo previsto para la enseñanza presencial. En su punto álgido, en marzo de 2020, 1600 millones de alumnos (el 90% del total de alumnos de todo el mundo) estaban fuera de las aulas.  América Latina y el Caribe ha sido la región más afectada, con un 80% del tiempo de instrucción interrumpido debido al cierre total de las escuelas.
La pandemia de COVID-19 y los cierres de escuelas suponen una grave amenaza para 110 millones de alumnos y alumnas de la región de Oriente Medio y el Norte de África.

Sofia, uruguaya, asegura que estudiar desde casa “provoca una pérdida de interés”. “Hay frustración, ansiedad, pánico, ganas de abandonar los estudios y bueno, todo esto tiene un gran impacto en nuestra salud mental”, contó a la agencia.  

A sus 13 años, Manija enseña inglés en Lesbos (Grecia) en la "Escuela de las Estrellas", que dirige con su amiga Atefe en Moria, el mayor campo de refugiados y migrantes de Europa. Ambas son de origen afgano, pero nacieron en Irán. "Enseñar es mi pasión. En la clase damos mascarillas a todos los alumnos, les sugerimos que se laven las manos y desinfectamos el aire... Quiero crecer para ser útil a la comunidad", explica Manija.
Recuperación a dos velocidades

El COVID-19 ha afectado esencialmente a todos los niños del mundo, pero no ha afectado a todos los niños por igual. Los países pobres se están recuperando a un ritmo más lento y siguen teniendo niveles más altos de desempleo, lo que prolonga el sufrimiento de las familias y los niños.

UNICEF utiliza el concepto de pobreza multidimensional, que no mira solo el dinero con el que cuenta una familia, sino si los niños tienen acceso a la escuela, al médico o servicios de agua y saneamiento. Incluso antes de la pandemia, casi la mitad de los niños de los países en desarrollo sufrían al menos una privación grave, en alguna de esas modalidades. En 2020, la pobreza multidimensional aumentó entre un 15% y un 18% debido a los impactos inmediatos de la COVID-19.

Se prevé que parte de este aumento se revierta en 2021 a medida que las escuelas vuelvan a abrir y los servicios de salud se recuperen. Sin embargo, los efectos retardados y acumulativos se están haciendo evidentes, dando lugar a un cambio en la composición de la pobreza infantil.  Detrás de muchos de estos problemas hay importantes lagunas en la protección social, ya que sólo uno de cada cuatro niños tiene acceso a algún tipo de ayuda ellos o sus familias.

UNICEF nació de otra gran crisis
Cuando se fundó UNICEF en 1946, tras la Segunda Guerra Mundial, el mundo se enfrentaba a una devastación sin precedentes.

La salud y el bienestar de los niños han mejorado considerablemente desde entonces. UNICEF ha desarrollado innovaciones que han cambiado la vida de los niños: las bombas de agua manuales India Mark II, desarrollada en la década de 1970, siguen siendo las más utilizada del mundo.

A principios de la década de 1980, UNICEF puso en marcha la Revolución de la Supervivencia y el Desarrollo Infantil, una campaña para salvar las vidas de millones de niños cada año, centrándose en cuatro medidas de bajo coste: el control del crecimiento, la terapia de rehidratación oral, la promoción de la lactancia materna y la inmunización.

Tras la adopción en 1989 de la Convención sobre los Derechos del Niño -el marco jurídico internacional más completo sobre los derechos de la infancia-, UNICEF adoptó un enfoque que situó los derechos humanos en el centro de su trabajo. En la década de 1990, la agencia también desarrolló la "Escuela en una caja", que hace que los niños puedan seguir aprendiendo en situaciones de emergencia.
Douyassi Magnificat (2 años) come un paquete de alimento terapéutico en un centro de nutrición en el hospital pediátrico de Bangui, en Republica Centroafricana.
UNICEF/Sokhin
Douyassi Magnificat (2 años) come un paquete de alimento terapéutico en un centro de nutrición en el hospital pediátrico de Bangui, en Republica Centroafricana.

En la década de 2000, UNICEF creó un alimento terapéutico listo para usar que se ha convertido en el estándar mundial para tratar a los niños que sufren desnutrición. De 2000 a 2019, el reparto de mosquiteras tratadas con insecticida, las pruebas rápidas de detección del paludismo y los medicamentos, redujeron la mortalidad mundial por malaria en un 60%. 

Desde 2020, mientras el mundo se enfrentaba a la pandemia de COVID-19, UNICEF ha desempeñado desempeñó un papel clave en la respuesta de toda la ONU y ha liderado la adquisición y el suministro de vacunas contra el COVID-19 de como parte del mecanismo COVAX para el acceso equitativo.

 “Ahora y en los años venideros, seguiremos esforzándonos por crear un mundo en el que los derechos de los niños se cumplan plenamente, y en el que podamos hacer realidad los derechos de los niños”, aseguró la directora ejecutiva.

“Es un objetivo ambicioso que depende de formar alianzas nuevas y reforzar las existentes con los gobiernos, la sociedad civil, nuestras agencias hermanas de la ONU y las empresas. Pero juntos, podemos construir sobre la base de 75 años de resultados para los niños”, añadió.

Según Fore, el sector privado será un socio fundamental en el impulso de la innovación y la tecnología para prestar mejores servicios a más niños y familias. “Y, por supuesto, los niños y los jóvenes son los socios más importantes de todos”, sostuvo. “Son participantes integrales en la creación y aplicación de soluciones. Su fuerza, creatividad y coraje me dan esperanza”.
Reimaginar el futuro

Para responder a la pandemia, recuperar lo perdido y “reimaginar el futuro” de los niños, UNICEF pide:

    Invertir en protección social, capital humano y gasto para una recuperación inclusiva y resistente
    Poner fin a la pandemia y revertir el alarmante retroceso en la salud y la nutrición de los niños, aprovechando el papel crucial de UNICEF en la distribución de la vacuna COVID-19
    Reconstruir mejor garantizando una educación de calidad, protección y salud mental para todos los niños
    Prevenir, responder y proteger mejor a los niños de las crisis, incluyendo nuevos enfoques para acabar con las hambrunas, proteger a los niños del cambio climático y reformular el gasto en la respuesta a desastres

 "En una época de pandemia mundial, conflictos crecientes y empeoramiento del cambio climático, nunca ha sido más importante que hoy un enfoque centrado en la infancia", dijo Fore. "Los niños deben ser los primeros en recibir inversiones y los últimos en sufrir recortes. La promesa de nuestro futuro se fija en las prioridades que establecemos en nuestro presente" 
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Hablando de Infancia y Adolescencia: HDIA, Revista GSIA, mes diciembre 2021.

Hablando de Infancia y Adolescencia

La Asociación GSIA edita esta Revista de Prensa, mensual y digital,
que analiza la actualidad recogida por los medios 
en relación a la infancia y la adolescencia, 
aportando nuestro propio enfoque 
con distintos secciones, artículos y columnas de opinión.



20 de noviembre: Día Universal del Niño
Una Convención Huérfana de Cumplimiento .

"No hay causa que merezca más alta prioridad que la protección y el desarrollo del niño, de quien dependen la supervivencia, la estabilidad y el progreso de todas las naciones y, de hecho, de la civilización humana"

El mes de noviembre se ha convertido en un mes de efemérides para los niños y niñas. Un bucle de efemérides, pero solo un supuesto acontecimiento para los niños. La secuencia repetida de Días Mundiales de la Infancia. Unas tras otras.
Existen otros acontecimientos y ganas de celebrar no quedan.
 
Nos hacemos eco de en un día tan señalado para los Derechos de los niños y niñas como el 20 de noviembre, al celebrarse en todo el mundo el Día Universal del Niño, que conmemora la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) en 1989. Desde esta tribuna pedimos a todos aquellos Estados firmantes de la Convención, y a toda la sociedad adulta, tanto el conocimiento como el cumplimiento y la defensa de los derechos que dicha Convención trata de garantizar.

A principio de noviembre todos los niños, niñas y adolescentes tuvieron que escuchar las noticias sobre la COP 26 de Glasgow. Algunos adolescentes pensaron en hacer suyo el acontecimiento para reivindicar con los y las expertas y demás ciudadanos/as sus ideas sobre el clima y la inacción de los gobiernos mundiales. En una suerte de cumbres paralelas las representantes adolescentes de múltiples organizaciones se dejaron oír, haciéndose eco de sus propias efemérides, aquellas que se fundaron en las reivindicaciones a favor del clima de años atrás. Tras el año fundacional de las propuestas globales de los niños, niñas y adolescentes nadie podrá decir que las COP (Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) no les pertenecen.

La creación (en septiembre) de la Conferencia Sectorial de infancia y adolescencia en España. Junto con la Comisión de seguimiento de implementación de la LOPIVI, la Estrategia de la erradicación de la Violencia contra los niños, y el Consejo Estatal de Participación de la Infancia y Adolescencia, tendrán que fundar otra efeméride en 2022, hacer realidad… llevando a cabo la Ley de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia.

La finalización de otra efeméride, el año internacional para la eliminación del trabajo infantil. Que es como Naciones Unidas quiso llamar a 2021. No se sabe si este hecho es motivo de efeméride, y quienes podrán celebrarlo. Los niños y niñas que trabajan más de 8 horas o 10 horas diarias en sus escuelas (si se juntan las clases y las extraescolares) quizá no se hayan enterado de este trabajoso año 2021. Una cosa es que alguien esté produciendo (quizá contra su propia voluntad, posiblemente) y la misma cosa es convertir a un niño en un producto para que produzca. Aún no se entiende la diferencia. Quizá sea sólo saber discernir que el antes y el después pueden ser la misma cosa.

El ahora son las vacunas. Que suma otra de las grandes efemérides. Seguro que todos los niños y las niñas colaborarán con el resto de la sociedad para erradicar esta pandemia.

Equipo GSIA.

Además en "Escaparate GSIA" reseñamos:
.- VII Jornada GSIA, "El interés en el interés superior de niños, niñas y adolescentes: Claves, debates y aplicaciones prácticas" celebrada el pasado 25 de noviembre.
.- La publicación de la GUÍA DE MÍNIMOS NECESARIOS PARA LA REGULACIÓN DE LA COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL EN LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA, de Clara Martínez García (Dtora.) y Kepa Paul Larrañaga (Coord.).
.- La distribución del nuevo numero de la Revista Sociedad e Infancias dedicado a "La infancia después de la pandemia: claves para una nueva era". Volumen 5, Número 2 (2021)
.- También "¡No hay derecho! Nociones básicas y prácticas para entender la ley y defender tus derechos" de Carlos Villagrasa Alcaide. 

En los "Destacados del Blogrepasad "Los Acomplejados" y "La Felicidad del Segundo Violín"

En "Noticias GSIA" recogemos  al intervención de nuestra socia Myriam Fernández-Nevado en Jornadas Pedagógicas de Vallecas: Buen Trato y prevención en la Infancia.
Y el patrocinio de esta Asociación GSIA  en la Jornada sobre el "Derecho de los niños y niñas migrantes: Una visión de la situación en España", organizada por el Grupo de Investigación UCM "Globalización, Derechos Humanos y Derecho Internacional" en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid.

.- Acceso a números anteriores de la Revista "Hablando de Infancia y Adolescencia", y a un acceso directo al Blog HDIA de la Asociación GSIA.

.- Tras su remodelación nuestra web ofrece nuevas posibilidades.
Desde la web de la Asociación GSIA puedes acceder a la Biblioteca Virtual relativa a la infancia y la adolescenciaLegislación BásicaMonografíasArtículosWebs y Recursos Digitales

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Por una Navidad sin sexismo en los juguetes.

No hay ninguna duda de que el juego es el principal vehículo de aprendizaje en la infancia.

Por Clara Font,
Habla Clara
https://hablaclara.com/.
A través de Mamma Proof.org.
Si pensamos en una tienda de juguetes o en su catálogo navideño posiblemente nos venga a la cabeza la imagen de las páginas dividas en rosa y azul. Estas categorías definen las habilidades e intereses según el género de la criatura. Todo el mundo tiene claro que las muñecas, cocinitas y maquillaje se atribuyen tradicionalmente a las niñas y que los vehículos, construcciones y armas son más típicos de niños. 

Esta división entraña dos principales problemas. El primero es que limita el potencial de cada criatura. Si al peque le dejamos que experimente solo con un tipo de juguetes, no va a poder aprender otras habilidades que también son útiles para la vida. ¿Queremos que nuestra hija tenga nociones mínimas de bricolaje? ¿Queremos que nuestro hijo sepa cocinar y limpiar su casa cuando viva solo? Si la respuesta es sí, podemos ofrecerles juegos para que se familiaricen con estas tareas desde la infancia. 
El segundo gran problema es que los juguetes “de niña y de niño” reproducen los estereotipos de género que sostienen la desigualdad. Los datos siguen indicando que los hombres ostentan la mayor parte de los cargos de poder y las mujeres son las que mayoritariamente se dedican a las tareas de cuidado. 

Como familias tenemos una tremenda oportunidad para revertir la desigualdad a través de la crianza. Es nuestra responsabilidad cuestionar el modelo sexista e ir tomando consciencia de las repercusiones que tiene a nivel global, así como del gran aporte que brindamos educando para una sociedad más igualitaria. 

Como familias y como sociedad estamos educando constantemente a niñas y niños de forma distinta y ya a los 3 años son plenamente conscientes de cómo es y se comporta un niño o una niña: cómo viste y lleva el pelo, qué deportes practica, cuáles son sus referentes en los dibujos animados, qué emociones le son permitidas y qué expectativas hay para su futuro. 

Aunque dentro de casa tratemos de educar en igualdad, muchas de estas lógicas están interiorizadas y requieren un trabajo personal de autoobservación para cuestionarlas. Además, el entorno se va a encargar de hacerle llegar este mensaje por múltiples vías. 

Los regalos de navidad son una buena manera de empezar a cuestionar los estereotipos
Si planeas un regalo para tu sobrino, la hija de tu amiga o tus propios peques, puedes tener en cuenta las siguientes propuestas para celebrar una navidad libre de estereotipos. 

1. Sondear qué quieren de regalo
El primer paso es preguntar a nuestra criatura para saber qué le gusta, cuáles son sus intereses y deseos. En el caso de bebés, tendemos más poder de decisión, pero a medida que crezcan, cada vez harán más uso de su voz para expresar las propias elecciones.

Hay que ser conscientes de que este deseo se construye basándose en muchos factores: sus habilidades y experiencias, lo que está de moda en la escuela, los personajes de los dibujos animados que ve, los anuncios de la televisión, ese juguete con el que se divirtió tanto en casa de su primo… Y que, por lo tanto, podemos también influir en el abanico de opciones que baraje. Ofrecerle variedad, siempre dentro de las posibilidades de cada familia, es una buena manera de ampliar los horizontes.

Puede que nuestra hija nos pida unicornios y nuestro hijo superhéroes. O puede que sea al revés. No es cuestión de castigar sus elecciones o deseos, más bien de respetarlos y ofrecer también otras alternativas que puedan despertar su interés. 

2. Buscar dónde conseguir el regalo
Afortunadamente, hoy en día existen múltiples alternativas a esos pasillos de juguetes bicolor. Muchas jugueterías han dejado de clasificar por género y nos ofrecen propuestas neutras, con variedad de colores y sin marcar el género de la persona que va a jugar con ellas. Buena muestra de ello es el catálogo navideño de mammaproof  dónde hay una curada selección de tiendas e ideas que nos ayudarán a flexibilizar los estereotipos y a sacar las etiquetas a los juguetes. Además, estas jugueterías cuentan con criterios de sostenibilidad, fundamental en esta época de desmedido consumismo. 

3. Transmitir valores
Para que el mensaje de los regalos sin estereotipos llegue más lejos se puede compartir con la familia y amistades. Contarles cuál es nuestra filosofía a la hora de regalar y cuáles son los intereses actuales de nuestro peque puede ayudar a evitar los pongo en formato infantil. 

No significa que nuestro entorno tenga que entender o adoptar nuestra visión, pero puede servir para tener conversaciones interesantes en la sobremesa de navidad. Al fin y al cabo, la educación por la igualdad o el respeto por el medio ambiente son ejes centrales de la sociedad que queremos construir. 

De la misma manera, si nuestra cría le pide a papá Noel un arma, como una pistola, podemos reflexionar con ella sobre lo que representa y hacerle partícipe de los valores que para nuestra familia son importantes. 

4. Pensar en las habilidades
Una buena manera de cambiar el paradigma de los juguetes estereotipados por género es pensar ¿qué quiero que aprendan?: los instrumentos fomentan las habilidades musicales, las manualidades potencian la motricidad fina y la sensibilidad artística, los disfraces ayudan a que vuele la imaginación, los cuentos y los muñecos fortalecen la empatía y los deportes desarrollan la motricidad gruesa, por poner algunos ejemplos.

Los estereotipos de género no desaparecerán de la noche a la mañana, están presentes en nuestro día a día y es un trabajo a largo plazo detectarlos, cuestionarlos y flexibilizarlos en la crianza. Pero el camino está hecho de pequeños pasos, construyamos esta navidad con más consciencia y un poco menos de estereotipos. 

( * ) Todas las fotos han sido cedidas por Habla Clara 
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Acceso a la justicia y protección integral de los derechos de las niñas y los niños en contextos de movilidad internacional.

Nicolás Espejo Yaksic, Editor.


Prólogo

La publicación de este libro sobre acceso a la justicia para niñas, niños y adolescentes en situación de movilidad internacional resulta especialmente oportuna
. Se trata de un tema de creciente atención y preocupación, atendida la dramática situación que este colectivo vive en muchos países  de tránsito y destino y las respuestas insuficientes de muchos Estados al 
respecto.

Como se desarrolla en las contribuciones a este libro, son múltiples las dimensiones del derecho de acceso a la justicia de la niñez migrante, incluyendo la obligación de los Estados de basar sus políticas públicas en la materia en el principio del interés superior del niño, las exigencias especiales del derecho a un debido proceso en el caso de la movilidad infantil, la situación en el ámbito de los procedimientos de asilo o refugio y la detención migratoria infantil, entre diversas otras.

Desde la Relatoría Especial sobre derechos humanos de los migrantes hemos llamado reiteradamente la atención de los Estados y la comunidad internacional sobre la grave afectación de tales derechos de niñas y niños migrantes. En especial, en 2020 la Relatoría presentó un informe a la Asamblea General de Naciones Unidas sobre la necesidad de poner
término a la detención migratoria infantil, una práctica extendida en las diferentes regiones del mundo, que diversos organismos globales y regionales, tales como el Comité de Trabajadores Migratorios y Miembros de sus Familias, el Comité de Derechos del Niño y la Corte y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, entre otros, han calificado como
violatorio de los estándares internacionales de derechos humanos. Por su parte, el Pacto Mundial para una Migración Ordenada, Segura y Regular ha consagrado el compromiso de los Estados de trabajar para poner fin a dicha práctica.

Además, en el informe de la Relatoría sobre acceso a la justicia de migrantes, se aborda de manera específica la situación de la niñez migrante, refiriéndose a la necesidad de contar con defensores especializados, de garantizar el acceso a un juez imparcial, de que el sistema de justicia tenga unidades dedicadas al tema, de hacer efectivo el derecho del niño o niña migrante a ser oído en los procedimientos que le afecten, de adoptar procedimientos adecuados de determinación del interés superior del niño o niña y de mecanismos de remisión al sistema de protección infantil en su caso, de capacitar a los operadores de justicia sobre  los derechos de la niñez migrante, etc. También es indispensable que se 
establezcan barreras cortafuegos entre el sistema de justicia y las agencias migratorias, de manera que niños y niñas migrantes, especialmente quienes se hallan en situación indocumentada, puedan recurrir a los tribunales y otros operadores de justicia sin temor a ser eventualmente detenidos y deportados.

A todo lo anterior hay que añadir que resulta de particular importancia respecto de las niñas en situación de movilidad que se garantice su acceso a la justicia en casos de discriminación y de violencia de género, así como cuando ellas son víctimas de trata.

El contexto de Pandemia ha vuelto todavía más grave y acuciante la  situación de la niñez en situación de movilidad, poniendo en evidencia su precario acceso a los servicios de salud y otros servicios públicos, así como la inexistencia en muchos países de organismos estatales especializados que garanticen los derechos humanos de niñas y niños migrantes y les brinde la protección y cuidado adecuados, quedando a menudo su situación a cargo de las mismas agencias migratorias que abordan la situación de las personas migrantes adultas. En cuanto a la detención migratoria infantil, en el contexto de Pandemia las prácticas de los Estados han sido diversas, ya que mientras algunos la han discontinuado a lo menos temporalmente, en otros ha resurgido y cobrado fuerza.

De allí que sea indispensable emprender iniciativas como este libro, de  manera de ofrecer un panorama actualizado y de conjunto de la situación del acceso a la justicia de la niñez en contextos de movilidad, así como presentar propuestas para el desarrollo de políticas migratorias consistentes con la protección de sus derechos humanos.

Felipe González Morales, 
Relator Especial de Naciones Unidas sobre derechos humanos de los migrantes.
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La infancia después de la pandemia: claves para una nueva era, Revista Sociedad e Infancias.

Vol. 5 Núm. 2 (2021): La infancia después de la pandemia: 
claves para una nueva era.

Revista Sociedad e Infancias,
Universidad Complutense de Madrid,
Ediciones Complutense,
e-ISSN 2531-0720  |  ISSN-L 2531-0720,



En los últimos dos años la sociedad mundial se ha visto impactada por la pandemia y la vida infantil se ha alterado considerablemente. Sin embargo, ya existían voces que alertaban sobre los riesgos que amenazan unas formas de vida basadas en la desigualdad entre los seres humanos y la falta de respeto al planeta que nos soporta a todos. Por citar algunas de esas amenazas se puede hablar de la crisis de legitimidad de las democracias representativas, debilitadas por los continuos casos de corrupción política, la persistente desigualdad social y económica que privilegia a ciertos sectores (o países) en desmedro de una gran masa de población que vive en condiciones precarias, la supeditación a los vaivenes del mercado, o la baja participación electoral.La destrucción del equilibrio entre las especies que habitan la Tierra, ha tenido una expresión dramática en esta pandemia provocada por un virus, el COVID-19 que, del mismo modo que las manifestaciones del calentamiento global nos hacen enfrentarnos a un hecho incuestionable esto es, que lo queramos reconocer, o no, todos estamos sometidos a las leyes sujetos a la de la naturaleza. 
Unido  a  lo  anterior,  la  discriminación  por  razón  de  sexo-género  sigue  provocando  situaciones  de  desigualdad  entre niñas y niños, mujeres y hombres, lo que repercute en que el cuidado que nos debemos unas personas a otras (así como al medio ambiente que nos acoge) sigan siendo una responsabilidad femenina.

La pandemia vino a alterar todo lo que se daba por sabido, lanzándonos a un mar de incertidumbre que debemos gestionar echando mano de nuevos paradigmas y nuevas sensibilidades para responder a la altura de las circunstan-cias. Las niñas, niños y adolescentes no están siendo ajenos a la búsqueda de caminos para el cambio. Impulsados por adolescentes como Greta Thunberg han surgido movimientos sociales transnacionales que llaman la atención sobre el cambio climático y la protección de la naturaleza, o acciones de reivindicación de los derechos de las niñas y las mujeres, de las que se convirtió en icono Malala Yousafzai. También, en los últimos tiempos, en ciertos contextos regionales, se ha visto la participación protagónica de niñas, niños, adolescentes y jóvenes en revueltas populares como el movimiento Indignados (España), Estallido Social (Chile, Perú, Colombia) o en las travesías migratorias que realizan adolescentes no acompañados o de forma autónoma en las fronteras de México/EEUU, Marruecos/España o Bolivia/Chile.

Sin embargo, la democracia representativa sigue restringiendo el estatus de ciudadanía a la mayoría de edad y, salvo contadas excepciones, el derecho a voto sigue siendo un derecho exclusivo para las personas mayores de 18 años. Así, paradójicamente la infancia se ha configurado como un grupo social que tiene una gran capacidad de voz, acción y movilización, pero sin disponer de legitimidad simbólica en el sistema democrático.

Es evidente que estamos frente a un cambio de época en la que la actual generación de niñas, niños y adolescentes se ha visto impactada por los eventos de orden macrosocial y han visto transformadas sus vidas en el nivel micro-social. Por lo tanto, resulta oportuno plantearse la necesidad de una “democracia generacional” en un escenario de incertidumbre, con la cuarta revolución en plena marcha, el dominio de las redes sociales y la manipulación mediante algoritmos, a contrapelo de la capacidad de acción o agencia infantil que ha quedado demostrada.

En  nuestra  llamada  para  este  número  visualizábamos  un  horizonte  post-pandemia.  Sin  embargo,  transcurridos  solo unos pocos meses, constatamos que el desafío de la enfermedad y sus consecuencias sigue presente. Pero algu-nos de los cambios sociales que ya se anunciaban antes, así como los que han emergido durante este periodo, ya han podido ser documentados y analizados por las personas dedicadas a la investigación sobre y con la infancia, como quedará demostrado a través de los artículos que presentamos a continuación.

El artículo con el que se abre la sección monográfica del presente número posee varios rasgos de originalidad que merecen ser destacados. No siempre es fácil para las personas investigadoras en el campo de infancia acceder directamente a las niñas y niños, tampoco lo es conseguir que en nuestras producciones científicas ellos hablen por su propia voz, no filtrada o mediada por la nuestra, por fin, los requerimientos éticos obligados no permiten desvelar sino, al contrario, ocultar la identidad de los sujetos, de modo que no puedan ser identificados. Pues bien, en este caso, y respetando todas las reglas, las y los niños que participan en la investigación que se relata en el artículo han decidido aparecer debidamente identificados, porque consideran que esto dará más visibilidad a su actividad de divulgación y concienciación a través de las redes sociales. Por otro lado, se han reproducido ampliamente sus propios discursos que no aparecen como ilustración o acompañamiento del discurso de la persona investigadora adulta, sino que se establece una especie de diálogo entre ambos. El artículo puede ser también original para personas poco avisadas debido a las temáticas que abordan en sus redes estos niños y niñas. Estas se alejan de lo que, a través de los medios, hemos llegado a creer que son las que practican, caracterizadas, a nuestros ojos, por la superficialidad. En Dos “likes” à luta: Participação cívica de crianças nas redes sociais na promoção de direitos, artículo firmado por Bianca Orrico Serrão, Manuel Jacinto Sarmento y Juliana Prates Santana, veremos que ellas y ellos tratan temas relacionados con libros y con la promoción de la lectura, y también otros que tienen que ver con el racismo, o con la violencia en las favelas, o con el empoderamiento de las niñas negras y la demostración de que todas las niñas tienen capacidad para producir ciencia.
En su artículo Desigualdad socioeconómica y acceso diferencial a las tecnologías digitales de niñas y niños en la Argentina, Alberto Minujín y Jorge Paz realizan un análisis longitudinal sobre el acceso y el uso de computadora e internet por parte de la población infantil antes y durante el confinamiento por motivo de la pandemia. Los datos analizados les permiten concluir que, aunque se mantienen las diferencias entre categorías socioeconómicas, el cre-cimiento ha sido generalizado y aún más intenso en los grupos con menores ingresos y mayores privaciones. El uso de internet por parte de los niños es visto desde otra perspectiva en el artículo La representación social del uso de Internet en la infancia y adolescencia: valoración crítica de Kepa Paul Larrañaga y Mónica Mª Monguí Monsalve. Aquí los autores, apoyados en una metodología cualitativa, comparan las representaciones sociales sobre el uso de internet y las visiones sostenidas por niños, niñas u adolescentes al respecto, concluyendo en la necesidad de un pacto intergeneracional que lleve a conciliar los distintos puntos de vista.
El artículo que firman Carolina Machado Castelli y Ana Cristina Coll Delgado, Educação infantil na pandemia e póspandemia: reflexões sobre o emparedamento das crianças pone su mirada sobre la primera infancia, llamando la atención sobre el impacto que las medidas para la contención de la pandemia han tenido en las vidas de las niñas y niños más pequeños, aumentando el tiempo que pasan entre cuatro paredes y sin contacto con la naturaleza. El mismo tema es tratado por Késia D’Almeida, dentro de la sección de Otras Colaboraciones en este número.

Un poco más mayores son las niñas cuyos trayectos cotidianos de la casa a la escuela se acompañan en el artículo de Vania Carvalho de Araujo titulado Por uma epistemologia sobre a cidade em companhia das crianças. Aquí se observa cómo la realidad es producida por ellas a través de sus experiencias transitando las calles de un barrio popu-lar de una ciudad brasileña. 
En semejante rango de edad se encuentran los niños y niñas a los que se refiere el artículo Construcción de mandatos de género en niñas y niños de edad preescolar en Zinacantán, Chiapas, del que son auto-ras Guadalupe Penagos Aguilar, Saraí Miranda Juárez, Alma Arcelia Ramírez Iñiguez y Juan Iván Martínez Ortega.
Las vidas de los niños, igual que las de los adultos, se encuentran atravesadas por coyunturas políticas que influyen, o tratan de influir en su pensamiento, y que pueden provocar reacciones tanto de asentimiento como de rebeldía. De ello se trata en los artículos Infancia en tiempos de guerra moral y espiritual en Brasil: culturas (in) materiales y subjetivación política (des)democrática,  de  Heloísa  A.  de  Matos  Lins,  y  Voces y experiencias de niñas, niños y jóvenes en la crisis sociopolítica en Chile, de Valentina Terra Polanco, Nicolás Corvera Sandoval y Paulina Castillo Henríquez.

En la sección de Miscelánea, los artículos de Gabriel Pranich y de Raúl Sánchez García invitan a la reflexión sobre las actitudes y miradas hacia los niños y niñas de los dos segmentos de la población adulta que están habitualmente en estrecho contacto con ellos y ellas, bien sea debido a la etapa del ciclo vital que están atravesando, o bien a su desempeño profesional. Mientras, la perspectiva histórica, presente en los nuevos estudios de infancia, está representada en el artículo firmado por María de Lourdes Herrera Feria y Zoila Santiago Antonio.

En la sección de Otras Colaboraciones, y como forma de conectar las producciones científicas que se producen originalmente en alguno de los dos idiomas en los que se publica Sociedad e Infancias, se ofrece la traducción al español y asimismo la versión original de una conferencia pronunciada por Claudia Fonseca, que fue reproducida en un libro de 1999 que ya no está accesible. Por fin, la reseña que se publica nos introduce en el tema de la filosofía de la infancia y de los niños. Con todo ello confiamos en que nuestra revista continúe mereciendo la atención y resulte de utilidad para todas las personas interesadas en el campo de los estudios de infancia.


Con la Colaboración de la Asociación GSIA.

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La infancia, doble víctima del coronavirus.

Doménica Nathaly Cevallos Robalino
Investigadora del Grupo  ONE HEALTH, 
Universidad de las Américas (Ecuador),

La exposición prolongada a los desastres naturales o eventos como una pandemia constituyen un choque en la línea de vida de cualquier individuo. Y no podría ser de otra manera si hace casi dos años, a nivel mundial, nuestra vida dio un giro total con la aparición de un nuevo coronavirus llamado SARS-COV-2, que surgió en China, y que dio lugar a una pandemia sin precedentes, provocando hasta la fecha millones de casos y muertes alrededor de todo el mundo.

Sin embargo, no es la primera vez que ocurre; experiencias pasadas con pandemias como la peste bubónica, la de influenza y otras igualmente pasaron factura a toda la población mundial con millones de pérdidas. De estas pandemias pudimos sacar varias lecciones en términos de salud pública.

Al respecto, por ejemplo, una de las estrategias que demostró prevenir el pánico y contener el brote fue la provisión de información oportuna, clara y correcta durante la primera fase de la epidemia. El hecho es que en la pandemia por covid-19, justamente la provisión de información adecuada no fue una tarea prioritaria, por lo que se dio paso a otro enemigo: “el virus de la infodemia”.

Según la Organización Mundial de la Salud, la infodemia es la sobreabundancia de información real y falsa, que aborda varias categorías:

  • Los mitos y rumores, que constituyen la forma de infodemia más común siendo declaraciones y discusiones no verificadas, divulgadas a toda la población.

  • Las teorías conspirativas, que son explicaciones de varias teorías relacionadas con el origen del virus.

  • Los discursos estigmatizantes, que son fenómenos socialmente construidos en los que se etiqueta al individuo por su enfermedad o exposición.

  • Los productos pseudocientíficos, que son objetos que no han sido comprobados como cura o prevención para la enfermedad pero han sido dados a conocer como tales.

La pregunta es: ¿Qué hace al virus de la infodemia tan letal y poderoso en la actual pandemia? Según la misma OMS, la infodemia mina las respuestas en salud pública, volcando la atención en intereses de los grupos que divulgan información errónea acerca del virus; y, además, vulnerando los derechos de varios grupos, especialmente de los menos protegidos, como son los niños; y respecto a ellos, surgen estos cuestionamientos: ¿a qué están siendo expuestos?, ¿deben conocer realmente la realidad y dimensión de la pandemia?, ¿cómo abordar los temas de la muerte y la enfermedad con ellos para no generar estrés, miedo o trauma?

Instauración de la infodemia en la población infantil

El virus de la infodemia en los niños se fue instaurando en una serie temporal de momentos desde el inicio de la pandemia hasta la actualidad:

Momento 1. El virus no afecta a los niños: El mito.

En plena primera fase de la pandemia, en enero del 2020, se difundían los estudios de investigación que describían en ese momento la poca o nula probabilidad en los niños de desarrollar infección grave; sin embargo, en el caso de presentarse, no desarrollaban manifestaciones clínicas, siendo la mayoría, asintomáticos.

En ese contexto de baja incidencia clínica de covid-19 entre la infancia, se generó socio-estructuralmente el mito de que “covid-19 no afecta los niños”, lo cual invisibilizó las problemáticas alrededor del devastador efecto de la pandemia en el desarrollo infantil: el cierre de escuelas en 107 países, que afectó a más de 860 millones de niños ; la inseguridad alimentaria; la alteración de las rutinas, de interacción social y de recreación; la negligencia en el cuidado de los niños; la violencia; además de la falta de acceso a instituciones de protección y justicia.

Momento 2. Los niños son los supercontagiadores. El estigma.

La evolución en el tiempo en los niños continúa con un aparente “cambio en el comportamiento epidemiológico de la transmisión”, pasando del mito al estigma. Los niños pasaron de ser invisibles, a ser los “supercontagiadores” asintomáticos, y muchos de ellos sintieron la discriminación y señalamiento de su propia familia, instalándose la culpa de contagiar a sus seres queridos. Era la antesala de la crisis.

Momento 3. La crisis.

La incidencia de trastornos mentales en los niños y adolescentes se incrementaron exponencialmente durante la pandemia, más aún en Latinoamérica, que es una de las regiones más afectadas, especialmente en países como Brasil, Perú y Ecuador. En este último, un estudio describió que el 38,5% de un grupo de más de 3 000 niños, niñas y adolescentes, se han sentido angustiados y el 24,5% deprimidos. Las principales preocupaciones identificadas en los niños son el temor a que su familia enferme o muera por covid-19 (90,1%); el temor a que se acaben los recursos para comprar comida (68,8%); el temor a que los miembros de su familia pierdan su trabajo (44,3%); y el temor a que no puedan aprobar el año escolar (27,3%).

De esta manera, la infodemia se fue construyendo de forma inadvertida, echando raíces en la población infantil.

vulnerabilidad infantilante Covid.

La comunicación eficaz, la respuesta ante el ataque

La Convención de los Derechos del Niño establece que todo niño, niña y adolescente tiene derecho a recibir información adecuada para su edad, y al mismo tiempo, debe ser protegido de cualquier información que sea perjudicial para su desarrollo.

El virus SARS COV-2 y la infodemia obligaron a los niños al gran reto de adaptarse a estas nuevas condiciones que se impusieron de forma brusca y sin aviso, convirtiendo su entorno en un caos. Por lo tanto, la elaboración de acciones específicas es vital para consolidar un sistema comunicativo eficaz y justo que permita combatir la infodemia, incluyendo urgentemente a los niños como grupo primario de atención. Brindarles acompañamiento emocional y mental para vivir esta nueva normalidad es tarea de todos, desde la cotidianidad hasta los entornos escolares y sanitarios, lo cual evitaría una crisis postcovid que venga con más fuerza contra esta población. ¡Es hora de actuar en favor de sus derechos!.

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