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Los informes de la OCDE y otros organismos se han convertido en el referente educativo en el mundo y España
Buena parte de la comunidad educativa critica los enfoques demasiado economicistas de la educación de estas instituciones
El ministerio lo niega, afirma que las políticas responden a "evidencias" y defiende los informes y evaluaciones internacionales.
En España la OCDE se ha convertido en el referente educativo, al menos
para el Gobierno del PP. Desde que configuró su gabinete, el ministro de
Educación, José Ignacio Wert, manda señales a todo el que quiera
escuchar citando los informes y recomendaciones que realiza la
organización para justificar y respaldar sus políticas. El último caso
se dio hace un par de semanas, cuando el Ministerio mandó una nota que
se titulaba: "Los primeros resultados y la OCDE dan un espaldarazo a las
estrategias políticas y las medidas de la LOMCE".
"No es casualidad. Sabemos qué es la OCDE", resume el sentir de buena
parte de la comunidad educativa Mario Bedera, portavoz de Educación del
PSOE en el Congreso, en alusión al carácter económico de la
organización. "Todos los informes están hechos por economistas y tienen
un sesgo de partida muy marcado, están hechos desde el punto de vista
economicista", argumenta.
El Ministerio confirma y desmiente al tiempo. Según Ismael Sanz, director del Instituto Nacional de Evaluación Educativa,
la OCDE es una referencia más para España, no la única. "Hay varios
ejemplos de buen hacer educativo, varios países como Canadá, Finlandia o
Japón que han logrado combinar la excelencia en la educación y la
equidad, y que constituyen un buen referente de políticas y programas a
llevar a cabo", explica. Sanz añade que también "hay organismos
internacionales y supranacionales como la UE, la OCDE y la IEA que
llevan a cabo pruebas en las que participa España", aunque admite que
"los estudios e informes de la OCDE son de gran utilidad también para el
Ministerio".
Ellos piensan que en la escuela se aprende a multiplicar y dividir y los valores se traen de casa. Otros pensamos que escuela socializa, te obliga a ser tolerante y pone sobre la mesa otros valores que no tienen por qué ser los de tu familia
Entre
unos y otros se encuentran los que, como José Antonio Martínez,
presidente de honor de la Federación de Directivos de Centros Educativos
Públicos Fedadi,
opinan que si la OCDE se ha hecho el referente "es porque no hay otro,
ni más ni menos". Según la opinión de Martínez, "todo el mundo quiere
explicaciones cuantitativas, números... La OCDE tiene unos datos que,
independientemente de las interpretaciones que se hagan después, son
incuestionables en cuanto a su solvencia, la seriedad con los que los
tratan, etcétera". Pero este director de instituto reconoce que la OCDE
"es una organización para el desarrollo y ven las cosas desde el punto
de vista de la empleabilidad".
"Una estrategia deliberada"
Pero donde el Ministerio ve una suma de evaluaciones e informes la
Marea Verde, el colectivo educativo que lucha contra la LOMCE, ve "una
estrategia deliberada de una parte de la sociedad, la que gobierna
ahora, de poner en valor una visión neoliberal de la vida, y la OCDE
forma parte de esto", sostiene José Luis Pazos, portavoz de la
Confederación de Asociaciones de Padres CEAPA, integrada en la Plataforma en defensa de la escuela pública.
Bedera coincide con esta tesis de la estrategia deliberada. "Todo lo
que tiene que ver con la educación se entiende en términos de oferta y
demanda, se va haciendo que la educación pierda el perfil de derecho
para pasar a ser un bien de consumo", analiza.
Dentro
de los informes y evaluaciones que realiza la OCDE el buque insignia es
PISA, un examen trianual que realizan los alumnos de 15 años de los
países miembros –y otros que no lo son, en la última edición
participaron más de 60 países–. La OCDE utiliza los resultados de este
examen, que evalúa las competencias de los estudiantes en matemáticas,
ciencias y lengua. La tendencia en educación es que ya no interesan los
conocimientos sino saber aplicarlos, lo que se conoce como competencias.
Con los resultados, realiza clasificaciones por países y evalúa qué
políticas funcionan y cuáles no.
En los últimos años PISA se ha convertido
en el referente educativo mundial. PISA da y PISA quita. Pero cada vez
hay más voces que se levantan contra esa referencia. Pocos días antes de
que se publicaran los resultados de la última prueba en diciembre, el
diario británico The Guardian publicó una carta abierta
firmada por 50 académicos del mundo anglosajón alertando de los daños
de PISA y del enfoque economicista del examen dado la organización que
lo auspicia.
"Si todo lo medimos en parámetros
económicos vamos a perder una parte esencial de lo que algunos pensamos
que es la educación", afirma el diputado Bedera. "El objetivo de la
educación es hacer ciudadanos. Si además hacemos buenos técnicos que
rindan en el trabajo, perfecto. Ellos [dice en alusión a los que
gobiernan] piensan que en la escuela se aprende a multiplicar y dividir y
los valores se traen de casa. Otros pensamos que la escuela socializa,
te obliga a ser tolerante y pone sobre la mesa otros valores que no
tienen por qué ser los de tu familia", ahonda.
"Las políticas consideran la evidencia"
Sanz, director del INEE, niega la mayor. "No creo que haya tal enfoque.
Las políticas educativas tienen que tener en cuenta todos los aspectos y
facetas. Cualquier investigador que aporte una idea basada en rigurosa
evidencia empírica tiene las puertas abiertas en INEE", afirma.
Y con carácter general, añade: "La educación tiene muchos objetivos:
algunos de ellos son la realización de la persona, su formación como
ciudadano o la adquisición de competencias", argumenta. Además, Sanz
defiende que "las políticas educativas del Ministerio tienen en
consideración la evidencia empírica y las buenas prácticas de los países
que han logrado alcanzar la excelencia y la equidad educativa. La UE se
ha marcado para 2020 una serie de objetivos en materia de educación y
formación –relativos a la tasa de abandono temprano, población con
estudios superiores, escolarización infantil, etcétera– que constituyen
una guía para las políticas educativas", añade. Y defiende la validez de
los programas de la OCDE como PISA: "Son el resultado del consenso
entre expertos educativos de 65 países y sus informes contienen
información relevante sobre aspectos que funcionan bien –y mal– en otros
sistemas", argumenta.
Para los opositores a este
modo de enfocar la educación el problema, además, es que la OCDE engloba
países muy diferentes entre sí y con realidades muy variadas, no
comparables entre sí. "Los países de la OCDE no son los mismos que los
de la UE. Incluye países de Latinoamérica, Asia..", explica Carlos
López, secretario general de FETE-UGT, la sección educativa del
sindicato. Y según él, el Gobierno utiliza esta disparidad "con una
clara intención política. Cuando hace referencias a las ratios de
alumnos por aula o los sueldos, habla de países que pueden estar desde
los 600 o 700 euros hasta los que llegan a los 3.000, por lo que
desvirtúa la media", afirma en alusión a la última andanada de Educación contra los maestros.