Las cuevas donde se hallaron estas muestras pictóricas se ubican en Fuente de Salín, Castillo, La Garma, Maltravieso, en Extremadura, y Fuente del Trucho, en Huesca. Los responsables del hallazgo y de determinar que la autoría de este arte es de origen infantil fueron Investigadores del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC) y de la Universidad de Cambridge.
Los resultados se dieron a conocer en un estudio publicado en Journal of Archaeological Science que puedes leer en este enlace.
Los niños también creaban
Del total de las 150 manos halladas en las ya mencionadas cuevas, un 20 a 25% fueron realizadas por niños de hasta 12 años con la ayuda de adultos. Se cree que estas representaciones fueron realizadas con la ayuda de una especie de aerógrafo primitivo hecho con dos huesos de ave en un ángulo de 90 grados. El artista soplaba para que el pigmento pudiera salir disparado y quedar plasmado sobre la superficie.
La mayoría de las manos son rojas y negras, y para ello se usaron materiales como ocres, hematites o manganeso. Para determinar las edades de los individuos que realizaron estas imágenes, los investigadores las compararon con muestras actuales de 600 individuos con ayuda de morfometría tradicional.
Los niños tenían una gran importancia en las comunidades prehistóricas
Verónica Fernández-Navarro, líder del estudio, asegura que el hecho de que los niños pequeños fueran tomados en cuenta para plasmar su anatomía en los muros es una muestra de la importancia que tenían para las comunidades.
Ejemplo de ello es una cueva de Francia donde se encontró una mano de un niño de unos tres meses plasmada en los muros.
«Está al fondo de la cueva, en un lugar de muy difícil acceso. Si llegaron hasta allí con el pequeño para soplarle la mano sería por algo», indica Fernández-Navarro.
Para la investigadora, este hecho demuestra que estas comunidades no eran jerárquicas ni cerradas sino que todos los individuos tenían una importancia notable.
«La mayoría de las manos están en lugares visibles y vinculadas a grupos grandes. Podían ser algún tipo de elemento cohesionador», señala.
Por qué los hombres prehistóricos hicieron arte en las cuevas
Algunos estudiosos afirman que los humanos prehistóricos pintaban, dibujaban o grababan por motivos estrictamente estéticos. Por otro lado, también es muy probable que haya una intensión espiritual, pues cada comunidad tenía una especie de animal tótem que guiaba y cuidaba a estos grupos humanos.
Durante miles de años y en áreas geográficas muy diversas de Europa, las comunidades representaron con frecuencia a animales como renos, bisontes y caballos. Aunque cierto arte rupestre parece dejar de lado esta veneración hacia los animales para mostrar algo más terrenal: las escenas de cacería.
Los investigadores Abbé Breuil (1877-1961) y Henri Begouën (1863-1956) desarrollaron la hipótesis de «magia premonitoria», la cual sugiere que los hombres prehistóricos dibujaban escenas de caza para “atraer la buena suerte” al momento de conseguir alimento.
Otros estudiosos como Jean Clottes y David Lewis-Williams pensaban que las figuras rupestres representaban visiones obtenidas durante estados de trance producidos por el sueño o la inhalación de sustancias contenidas en los materiales que se usaban para pintar como el carbón o el ocre.
Lo cierto es que hay una necesidad natural del ser humano, desde tiempos ancestrales hasta la actualidad, por conectarse a través del arte con su entorno para intentar dar un significado a aquello que no puede ser expresado con palabras.
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