GSIA Opina.
Hablando de Infancia y Adolescencia,
Revista GSIA, Mes de Febrero.
Cuando el periodista Isaac Rosa preguntó a sus hijos en víspera de reyes ¿os habéis portado bien? La mirada recibida lo dijo todo... en 2020 los niños, niñas y adolescentes han aceptado uno de los confinamientos más duros de toda Europa que los mantuvo 45 días sin salir de casa…
Se han chupado un trimestre escolar confinados sin medios ni guía, mientras eran acusados de ser súper contagiadores. Durante la desescalada, lo último en abrirse fueron los parques infantiles y los horarios de salida para los adolescentes eran surrealistas. No pudieron despedir el año, ni ver a sus compañeros antes de las vacaciones de verano. Vacaciones temidas, porque en muchos casos con la crisis económica, no han supuesto salir del ámbito urbano y recargar las pilas en contacto con la naturaleza.
Ellos/as han sido los más estrictos en el uso de la mascarilla y han superado un primer trimestre de vuelta al cole con un estricto protocolo de clases burbujas y enseñamiento online para las clases confinadas. Muchas extraescolares anuladas y poca oportunidad de jugar, hacer deporte, estar con los compas, que es lo que toca. Todo esto sin ser realmente preguntados, consultados ni aludidos en los debates, ni en la construcción de esta nueva normalidad que les incluye y afecta por partes iguales.
La pregunta incómoda que nos podrían hacer sería: "Y vosotros ¿os habéis portado bien?"
Entramos en el mes de enero con noticias que no traen lo que deberían de traer. Los adultos seguimos sin solucionar el grave problema humanitario que afecta a los más vulnerables en el barrio de la Cañada Real o a los niños/as que llegan a las Canarias en pateras.
Lamentablemente, la Ley de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia, sigue sin ser aprobada y firmada por la falta de consenso entre los grupos políticos respecto a la perspectiva de género y el enfoque de infancia. Una Ley reclamada desde hace más de 10 años por el Comité de Derechos del Niño, para que pongamos fin al maltrato que acecha a uno de cada cuatro niños/as y adolescentes en España. Hacemos una Ley para los niños/as pero al final parece que son los menos importantes. La cuestión aquí no es un tema de ideología de género. Este tema nos recuerda a la situación difícil en la que ponemos a los niños/as y adolescentes cuando los padres se divorcian. En la pelea entre lo que es importante para uno y lo que el otro no está dispuesto a renunciar, a menudo se olvidan las necesidades reales de los hijos. Un cambio de perspectiva es necesario. Pasar de la mirada adultocéntrica a la mirada más englobadora que incluya a los niños/as como sujetos activos y no solo pasivos de las leyes que les atañen y benefician.
Y la pregunta sería ¿Cómo construimos esa mirada inclusiva? ¿Cómo creamos esta cultura de paz? Según el informe de PISA, los estudiantes españoles destacan por encima de la media por sus competencias globales ¿Y esto qué quiere decir? Sencillamente que según estos medidores, se manejan bien en un mundo globalizado demostrando conocimiento en cuestiones complejas como el cambio climático, la pandemia global o las crisis migratorias. Pero también capacidades integradoras en su relación con inmigrantes, interés por aprender sobre otras culturas, comprensión de las perspectivas de los demás y respeto a las posiciones de otros… por lo que pareciera que la inclusión en los programas educativos de estas competencias globales está dando sus frutos. Lo que nos lleva a pensar que sí, la escuela es el lugar más seguro para los niños/as, y la educación la mejor vía para para sembrar una cultura inclusiva y de paz.
Dicho esto, no esperemos más, e incluyamos la visión de estos niños/as y adolescentes en los espacios donde se toman las decisiones para consensuar y aprobar las leyes que les incumben. Tomemos el ejemplo de Navarra que abre un proceso colaborativo inclusivo para la elaboración de La nueva ley foral de infancia. Sigamos con el ejemplo de Cataluña y el movimiento revoltaescolar.cat que promueve desde las escuelas y las AFAS expandir los entornos seguros de las aulas a las calles de nuestras ciudades con la intención de pacificarlas. Noticias que nos traen esperanza y un aire de despertar a una nueva consciencia sobre la infancia y su papel protagónico.
Las niñas y niños se han portado bien y están preparados.
¿Lo está el resto de la sociedad?
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