"Debemos defender y respetar la igualdad de derechos de las niñas,
así
como su voz e influencia, en nuestras familias, comunidades y naciones.
Las niñas pueden ser poderosos agentes de cambio,
y nada debe impedir
que participen plenamente en todos los aspectos de la vida".
Mensaje de la Directora General
de la UNESCO, Audrey Azoulay.
En efecto, las niñas son “libres e imparables” cuando hacen frente al odio y al extremismo, cuando son portavoces de la dignidad.
Esta lucha es la de Malala Yousafzai, ganadora del Premio Nobel de la Paz en 2014, quien, enfrentándose a los extremistas, luchó contra la prohibición de la escolarización de las niñas. Esta lucha es también la de millones de niñas anónimas, heroínas de la vida cotidiana, que derriban fronteras y barreras, rompen prejuicios y estereotipos, dicen no a los matrimonios forzados, no a la exclusión, no a la violencia, que son precursoras de los cambios que se harán realidad en el futuro.
En los últimos 25 años, desde la aprobación de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, que supuso un avance histórico en el reconocimiento de los derechos de la mujer, se han logrado muchos progresos. Muchas niñas han cruzado por fin el umbral de una escuela y han recibido una educación digna, que respeta su identidad y sus derechos. Muchas niñas han hecho realidad sus sueños; pero todavía hay demasiadas a las que se les impide.Las cifras hablan por sí solas y, por desgracia, son preocupantes. 132 millones de niñas siguen sin estar escolarizadas y, de ellas, 9 millones —en comparación con 3 millones de niños— nunca entrarán en un aula. En los países más pobres, solo el 13% de las niñas que logran matricularse en la escuela secundaria completan el ciclo. Las desigualdades siguen existiendo, tanto entre los sexos como entre los países, dos desigualdades que se refuerzan mutuamente. Si no les hacemos frente, estas desigualdades seguirán agravándose, sobre todo como resultado de la revolución digital, que no puede dejar a las niñas al margen.
Tenemos que redoblar nuestros esfuerzos. La iniciativa “Su educación, nuestro futuro”, que ha puesto en marcha la UNESCO recientemente, acelerará esta movilización en favor de la educación de las niñas y las mujeres. Esta iniciativa abarca tres ámbitos: recopilar mejores datos, perfeccionar los marcos normativos y legislativos e incrementar los intercambios de buenas prácticas.Por otra parte, teniendo en cuenta que solo se puede aprender bien cuando se goza de buena salud, la UNESCO trabaja también en pro del bienestar de las niñas. En este sentido, la UNESCO puso en marcha este año la iniciativa “Nuestros derechos, nuestras vidas, nuestro futuro” para ofrecer programas de educación para la salud a más de 30 millones de jóvenes en más de 30 países de África.
El periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que se inauguró recientemente en Nueva York, permite reforzar este impulso en favor de la educación y la dignidad de las niñas en todo el mundo. En este contexto, la UNESCO ha iniciado la redacción de un importante informe prospectivo sobre “Los futuros de la educación”, en el que la igualdad de género ocupará un lugar transversal y central.
El apoyo a todos los esfuerzos encaminados al empoderamiento de las niñas debe ser una prioridad. Por ello, en este Día Internacional, la UNESCO se enorgullece de otorgar el Premio UNESCO de Educación de las Niñas y las Mujeres a dos proyectos educativos, uno español y otro costarricense, que se han distinguido especialmente en la educación de las niñas, en particular en el ámbito digital.“Los extremistas temen a los libros y a los lápices, tienen miedo del cambio y de la igualdad que traeremos a nuestra sociedad”, dijo Malala Yousafzai. En este Día Internacional, sigamos el ejemplo de estas niñas que nos inspiran y construyen un futuro mejor".
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