24
de enero de 2018, una de las fechas que se quedarán grabadas en mi
corazón. Aquel día de aquel año en el que 8 jóvenes, 8 niños y
adolescentes intervenían en el Congreso de los Diputados para
parlamentar sobre aquellos temas que les afectan día a día.
Desafiando
aquella definición apolillada y clasista de la RAE donde dice que niño
es sinónimo de poca experiencia, qué pena que los letrados de la RAE no
conozcan verdaderamente lo que significa esta palabra.
Y es que verdaderamente hicimos historia de esa que se escribe con mayúsculas, y que pase el tiempo que pase recordarás siempre.
Me gusta decir que la vida son momentos de felicidad encadenados y la verdad es que estos dias yo he sumando un nuevo eslabón a la cadena de mi felicidad.
Pero cómo no ser feliz, si hicimos tal piña que de aquellos días y aquellas divagaciones podría haber salido hasta un nuevo partido político basado y orquestado por jóvenes infantes. Y es que contábamos con el humor de Yago, la ternura y cariño de Hugo, El carácter de Saray, la simpatía de Mireia, la implicación de Alberto, la empatía de Andrea y la sonrisa y el carisma de Sara.
En definitiva, la combinación perfecta para cambiar el mundo. ¡Y vaya si lo hicimos!, por un día sentí que nuestras reclamaciones eran escuchadas y que se apostaba por la infancia, sólo queda pedir y reclamar que este sentimiento no caiga en el olvido y que todos los niños y niñas sientan que se apuesta por ellos y que su visión es una de las más importantes.
Dejen de pensar que la infancia es el futuro, por que somos el presente. Y lo estamos cambiando. Como diría mi amigo Yago, "vean lo que podemos llegar a hacer".
Como desafíos y deberes, muchísimos para la comisión, recuerden que si algún día se saturan y no pueden más, pueden llamar a los expertos que allí estará un buen equipo de infantes para solucionar todas sus dudas.
Apuesten por la educación pública, la participación, la protección del menor, los refugiados y la salud y bienestar de la infancia. Y les puedo asegurar que me sentiré orgulloso del país que verán mis hijos, esto solo ha sido el primer paso de un arduo y difícil camino, pero entre todos llegaremos a la meta, creanme.
Para finalizar agradecer a esos locos aventureros que confiaron en nosotros y nos dieron las herramientas para cambiar nuestro pequeño/gran mundo. Mabel, Raúl, Silvia, Paola, Lourdes y Leticia gracias por ser la luz de muchos jóvenes y enseñarnos el camino de la participación, alzando siempre nuestra voz y empoderándonos. Sois increibles, personas como vosotros hacen de este mundo frio, un lugar mejor, donde todos tenemos un lugar. A Unicef y a la
Plataforma de Infancia les doy las gracias
por esta oportunidad, así como al equipo técnico por plasmar estos días de una manera tan bonita! No tengo palabras para definir el importe total de lo vivido. Ahora sí Raúl, Un cibersaludo.
*Todas las fotos fueron realizadas por Unicef-Hugo Palloto