Patricia K. Kuhl**,
En la última década, se ha multiplicado la información disponible sobre el cerebro de los bebés y cada vez son más los investigadores que aportan datos relevantes al respecto.
La investigación de mi laboratorio se ha centrado en la adquisición temprana del lenguaje y últimamente he empezado a estudiar el efecto que tiene la música en el cerebro del bebé.
Los resultados demuestran que experiencias básicas y aparentemente banales (como jugar a “cucú-tras”) pueden alterar zonas amplias e importantes del cerebro y reforzar las capacidades que dependen de esas zonas.
**Profesora de ciencias del habla y la audición y codirectora del Institute for Learning and Brain Sciences, Universidad de Washington, Seattle (EE. UU.)
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