están fuertemente estigmatizadas.
Héctor Cebolla Boado,
El temor a la concentración de hijos de inmigrantes en las escuelas
está sobredimensionado
tanto por su impacto sobre el rendimiento
como
por el que tiene en otras dimensiones de la experiencia escolar.
Ni las escuelas de alta concentración generan relaciones más conflictivas entre estudiantes,
ni entre éstos y los profesores.
Pasar
de un centro sin hijos de inmigrantes a otro en el que todos lo son
sólo está asociado a un incremento la ansiedad de apenas un 5%.
Las escuelas con una alta concentración de hijos de
inmigrantes están fuertemente estigmatizadas. A ello contribuyen tanto
los padres, como las administraciones, los medios de comunicación o los
académicos y analistas de la realidad social que extraen conclusiones
extraordinarias a partir de observaciones anecdóticas. Me propongo aquí
ofrecer una sencilla evaluación del impacto de la concentración en
diversos aspectos de la experiencia escolar utilizando datos
representativos de las escuelas y los estudiantes de la Comunidad de
Madrid y Cataluña por ser los territorios con un mayor peso de la
inmigración en su población, y por la presencia de los mayores núcleos
urbanos del país.
Aunque el temor que genera la concentración está sobre
todo alimentado por la idea de una pérdida en el rendimiento, se suele
creer que las relaciones sociales en estos centros son más conflictivas y
que, por todo ello, sus estudiantes tendrían menores niveles de
bienestar. Por suerte, en 2015 el estudio PISA ha ampliado su foco incluyendo algunas dimensiones que nos permiten evaluar todo ello de una forma más comprehensiva.
- Rendimiento: ¿en qué umbral comienza la caída?
No existen diferencias en las puntuaciones que obtienen los estudiantes
en escuelas con menos del 20% de hijos de inmigrantes. Es decir, la
presencia de inmigrantes en la mayoría de los centros madrileños y
catalanes puede ser considerada irrelevante para el rendimiento. En la
muestra PISA de la Comunidad de Madrid, éstos centros representan el 51%
y en Cataluña cerca del 62%.
Sólo parece haber una
caída en lo que los estudiantes demuestran saber en escuelas en las que
al menos más de uno de cada cuatro alumnos tiene origen en la
inmigración.
Figura 1. Evolución de las puntuaciones PISA en matemáticas por concentración de hijos de inmigrantes en los centros
Fuente: elaboración propia a partir de PISA 2015.
Nota: estimadores obtenidos a partir de modelos HLM. El eje vertical
recoge el rango de valores de la variable dependiente en el que se sitúa
el 90% de los casos.
Es
importante señalar que, como máximo, al pasar de un centro sin hijos de
inmigrantes a otro en el que todos los alumnos lo sean, el deterioro de
las puntuaciones en matemáticas es de en torno al 20% (18 en Madrid y 22
en Cataluña). Sin embargo, ello no debería generar alarma. Sabemos que
los centros que acogen a más hijos de inmigrantes también escolarizan a
más alumnos de familias desaventajadas. Como ya expliqué en un post
anterior esto explica la caída.
- Relaciones sociales: ¿un ambiente más conflictivo?
Una de las ideas más comúnmente extendidas entre los agoreros de la
concentración es que alimente relaciones más problemáticas entre los
estudiantes, y conflictos entre ellos y el propio centro. Podemos
comprobar si es así utilizando dos índices, uno sobre la sensación de
pertenencia de los estudiantes, que resume la forma en que se relacionan
los estudiantes entre sí, y otro sobre el tratamiento que reciben por
parte de los profesores.
El índice sintético sobre la
sensación de pertenencia de los estudiantes hacia el centro incluye
respuestas a preguntas tales como ‘me siendo un outsider’,
‘no puedo hacer amigos’, ‘no pertenezco al centro’, ‘me siento fuera de
lugar’, ‘no gusto a los otros estudiantes’, ‘me siento aislado’, ‘me
siento infeliz’, ‘me siento insatisfecho’, etc. La idea de que las
relaciones entre los alumnos pueden ser más conflictivas en centros de
alta concentración a penas encuentra acomodo en los datos. Pasar de un
centro en el que hay menos del 10% de hijos de inmigrantes a otro en el
que todos los son, supone una pérdida, como máximo, del 5% en la
puntuación de este índice de pertenencia.
Figura 2. Relación entre la pertenencia al centro y la concentración
Fuente: elaboración propia a partir de PISA 2015.
Nota: estimadores obtenidos a partir de modelos HLM. El eje vertical
recoge el rango de valores de la variable dependiente en el que se sitúa
el 90% de los casos.
Se ha
especulado también con que las relaciones entre profesores y alumnos
podrían ser más problemáticas en los centros de alta concentración. PISA
incluye un índice sobre la percepción que los alumnos tienen de la
forma en que les tratan los profesores (‘se dirigen a mi menos
frecuentemente que a otros’, ‘me evalúan con más dureza’, ‘me hacen
entender que soy menos inteligente’, ‘son más estrictos conmigo’, ‘me
ridiculizan’, etc.). Pues bien, tampoco en esta dimensión encontramos
diferencias.
Figura 3. Relación entre la percepción sobre el comportamiento de los profesores y la concentración
Fuente: elaboración propia a partir de PISA 2015.
Nota: estimadores obtenidos a partir de modelos HLM. El eje vertical
recoge el rango de valores de la variable dependiente en el que se sitúa
el 90% de los casos.
- El malestar individual: ¿incrementa la ansiedad?
Finalmente se ha extendido la idea de que los centros en los que, por
sus características familiares, el alumnado no refleja una imagen
equilibrada y realista de la composición de la sociedad podrían
transmitir a sus alumnos la sensación de situarse en el margen, de
pertenecer a un gueto y, por ello, de tener menos oportunidades. PISA
2015 incluye diversas herramientas para medir el bienestar de los
estudiantes y, aunque en su origen esta información fue sistematizada
para estudiar la ansiedad en el aprendizaje, podemos aquí comprobar si
niveles altos de concentración están asociados con mayores niveles de
malestar individual.
Figura 4. Relación entre el malestar (ansiedad) de los estudiantes y la concentración
Nota: estimadores obtenidos a partir de
modelos HLM. El eje vertical recoge el rango de valores de la variable
dependiente en el que se sitúa el 90% de los casos.
Aunque como podemos ver en la Figura 4 se produce un incremento en este
indicador a medida que aumentamos el nivel de concentración, sería una
exageración sobredimensionar este problema. Cómo máximo el deterioro
medio en este indicador es de en torno a un 5% tanto en la Comunidad de
Madrid como en Cataluña. Poco impacto para el ruido que este argumento
hace en la literatura sobre concentración.
Nota final:
Contra
la mística dominante, hay poco de singular en la concentración de
inmigrantes en las escuelas.
El problema que genera en el rendimiento no
es tal ya que se debe a la concentración general de desventaja.
En
otros aspectos sería suficiente con que transmitiéramos una idea menos
compleja y más normalizada de un fenómeno que tiene menos aristas de lo
que se suele creer.
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