HDIA, Hablando de Infancia y Adolescencia: Blog GSIA con información y reflexión sobre la realidad que viven millones de niñas, niños y adolescentes en el mundo.
En 73 países del mundo, las personas pueden ser condenadas a cadena perpetua por delitos cometidos cuando eran menores de 18 años. Otros 49 Estados permiten sentencias de 15 años o más, mientras en otros 90 las sentencias pueden ser de 10 años o mas. El nuevo informe de CRIN, Condenas inhumanas: cadena perpetua a niños de todo el mundo (en inglés), revisa leyes de todos los Estados para analizar de qué manera los niños pueden ser condenados a cadena perpetua. Asimismo, examina qué nuevos regímenes de penas se han implantado en los países en los que se ha abolido la prisión perpetua. Este documento también presta atención a cómo se han empleado los mecanismos de derechos humanos a nivel internacional, regional y nacional para combatir la cadena perpetua para menores y qué posibilidades ofrecen a los activistas.
La legalidad de la cadena perpetua a niños a nivel global
Cómo definen los sistemas jurídicos la cadena perpetua
Las edades a las que niños pueden ser sentenciados a cadena perpetua
Cuántos niños cumplen sentencias de cadena perpetua
Las penas máximas que puede recibir un menor de 18 años en países en los que se ha abolido la cadena perpetua, y
La manera en que los mecanismos internacionales, regionales y nacionales de derechos humanos han abordado la cadena perpetua a niños, y las oportunidades disponibles para activistas que buscan la abolición de esta sentencia inhumana.
Y CASI 2.500 MENORES DE EDAD, SIN POSIBILIDAD DE LIBERTAD CONDICIONAL
Casi dos tercios de los miles de menores condenados a cadena
perpetua son de color y 175 niñas, algunos de los cuales llevan más de
media vida encerrados.
La Corte Suprema, el más alto tribunal de EEUU, declaró
inconstitucional en mayo esta pena a menores, pero 29 estados todavía lo
establecen por ley.
Washington, 24 feb. 2015
Librado al final de esta posibilidad, a cambio de una condena hasta
2018, Cristian escapó de unirse a un selecto grupo, el de los niños
sentenciados a morir en una prisión norteamericana.
En la actualidad, 79
presos con menos de 14 años se encuentran cumpliendo cadena perpetua
sin posibilidad de excarcelación, de los casi 2.500 menores condenados
en el país a estar toda su vida en una cárcel, según cifras de Human
Right Watch, un 16,4% del total de presos. Casi dos tercios de estos
menores son jóvenes de color y 175 niñas, algunos de los cuales llevan
más de media vida encerrados.
Una polémica que se reabre después de que la Corte Suprema, el más
alto tribunal de EEUU, declarase en mayo de este año que la cadena
perpetua a menores era inconstitucional. Se trataba de la tercera
decisión sobre esta materia que tomaba el grupo de nueve magistrados: en
2005 abolió la pena de muerte para este colectivo, salvando a 50 niños
del corredor de la muerte, y en 2010 declaró inválida la cadena perpetua
para 130 menores sin delitos de sangre.
A pesar de ello, la histórica decisión no supone el fin de estas
condenas, como ha quedado patente en el caso de Cristian Fernández. Con
cinco votos a favor y cuatro en contra, la Corte Suprema concluyó “que
cualquier jurado o juez debe tener en cuenta los factores atenuantes que
han llevado al joven a cometer el delito antes de imponer una condena
que implique pasar toda la vida en prisión”.
El alto tribunal se pronunció respecto al caso concreto de dos
menores de 14 años, Evan Miller y Kuntrell Jackson, aunque la sentencia
sentó jurisprudencia. “Espero que la mayoría de los convictos tengan
nuevas sentencias, y admito que esta nueva decisión por parte puede
hacer que los Estados cambien las condenas por su cuenta o modifiquen
sus leyes”, sostenía Bryan Stevenson, abogado de ambos menores, tras
conseguir la rebaja para sus defendidos.
EEUU dificulta la imposición de estas penas, pero no las prohíbe
Los magistrados del Supremo dejaban claro que “la posibilidad de que
estas condenas se den, va a ser muy baja”, aunque no imposible, al
acogerse a la Octava Enmienda, que garantiza el derecho a no ser
sometido a castigos inusuales o crueles, a la inmadurez e impulsividad
de los condenados para adoptar penas menos rigurosas que a un adulto.
Dejaba sin embargo la puerta abierta a la posibilidad de que sean
juzgados como un mayor de edad, como es la situación de Cristian
Fernández. Además, algunos de los miembros del alto tribunal expusieron
sus reticencias a la decisión. “No hay nada en nuestra Constitución que
autorice a esta Corte a cambiar esta decisión”, aseguraba el juez
Thomas.
La facción más conservadora formada por su presidente, John Roberts, y
los jueces Antonin Scalia, Clarence Thomas y Samuel Alito se opuso
rotundamente a la medida, argumentando que “las decisiones sobre las
sentencias más apropiadas para los adolescentes asesinos tienen que ser
tomadas por los legisladores y no por los tribunales”.
29 estados no diferencian entre homicidas adultos y menores
Y es que en 29 estados norteamericanos, la ley todavía establece la
cadena perpetua para el homicidio, con independencia de si el crimen ha
sido cometido por un menor. Los Estados tienen libertad para determinar
su duración máxima, la mínima es de 10 años, aunque la mayoría todavía
recoge la pena de por vida, sin libertad condicional, siendo el único
país del mundo en aplicar esta severa pena contra los menores, según
Amnistía Internacional.
Varios tratados internacionales prohíben precisamente la imposición
de estas condenas, como el artículo 37 de la Convención de la ONU sobre
los Derechos del Niño de 1989, ratificada por todos los países salvo
EEUU y Somalía. Por otro lado, la Convención Internacional de Derechos
Civiles de 1966 fue firmada por EEUU a cambio de incluir una excepción a
la prohibición para condenar a menores en “circunstancias
excepcionales”.
Los menores con cadena perpetua se han multiplicado por seis desde 1966
Entonces había 400 menores en esa situación, ahora son más de 2.500
los niños que podrían pasar el resto de su vida tras las rejas. Una
situación que parece no tener fin, a pesar de las sentencias del Supremo
norteamericano. De hecho, el Departamento de Justicia de EEUU reconoce
hasta 29 casos de menores de 14 años que han cometido asesinatos en los
últimos dos años.
Cristian Fernández podría convertirse en unos meses en uno de esos
menores que crezcan y envejezcan en prisión. La acusación de la Fiscalía
para juzgarlo como un adulto por la gravedad de su crimen fue aceptada
por el juez. De nada sirvió una iniciativa popular que recogió más de
190.000 firmas en todo el país para que sea juzgado como lo que es, un
menor.
La fiscalía se opone a esta petición, que permitiría que Fernández
quedase libre con 21 años. “Tenemos que proteger a la sociedad de este
individuo. Aplicar la pena máxima a un niño de 12 años es algo muy
triste, pero es la única medida legal que tenemos para asegurar la
seguridad de los ciudadanos”, aseguraban los responsables de la
acusación contra el menor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Danos tu opinión, Escribe tu comentario, AQUÍ