Elizabeth García.
Infancia y Educación
Agosto 2015.
¿A qué suena el silencio? ¿Y un perro?
Mamá, ¿qué es afuera? Afuera, hijo, afuera es un lugar.
Según UNICEF: “La infancia es la época en la que los niños y niñas
tienen que estar en la escuela y en los lugares de recreo, crecer
fuertes y seguros de sí mismos y recibir el amor y el estímulo de sus
familias y de una comunidad amplia de adultos. Es una época valiosa en
la que los niños y las niñas deben vivir sin miedo, seguros frente a la
violencia, protegidos contra los malos tratos y la explotación. Como
tal, la infancia significa mucho más que el tiempo que transcurre entre
el nacimiento y la edad adulta. Se refiere al estado y la condición de
la vida de un niño, a la calidad de esos años”.
Hoy abordamos una realidad compleja y
delicada. Hoy queremos hacer visibles a los bebés, niños y niñas que
viven con sus madres en un centro penitenciario en España.
“La legislación española contempla el
derecho de las madres a mantener a sus hijos con ellas hasta que cumplan
los tres años” Art. 38 de la Ley Orgánica General Penitenciaria.
En España existen en la actualidad 79 centros penitenciarios, de los cuales 4 cuentan con unidades de madres dentro del centro y uno de ellos cuenta con una unidad familiar destinada a la convivencia de la madre y el padre encarcelados con su hijo/os menores de tres años.
Según el Informe de 2014 publicado por la Secretaría General de Instituciones Penitencias, hay más de 200 niños viviendo en los centros penitenciarios junto a sus madres.
Tras constatar que este segmento de la población encarcelada es el
más vulnerable y con el fin de mejorar la situación en la que viven
estos niños y niñas con sus madres, en 2005 se aprobó el “Plan de
amortización y creación de centros Penitenciarios” en el que se
contemplaba la creación de cinco Unidades externas de Madres. Una experiencia pionera en Europa.
Estas unidades son centros específicos, independientes de los centros
penitenciarios y con un régimen de convivencia específico. Su objetivo
es “crear un ambiente adecuado para que los niños puedan desarrollarse
emocional y educativamente durante el tiempo que tengan que permanecer
en el centro, a la vez que se favorece la reinserción social las
madres”. Actualmente hay en funcionamiento 3 de los 5 centros
contemplados.
María José es Licenciada en Sociología y Experta en Políticas Sociales
de Infancia por la UCM.
Pertenece a la Asociación GSIA, Grupo de
Sociología de la Infancia y la Adolescencia y
a la Red Temática
Internacional GEISPE sobre Género y Sistema Penal.
Su última
publicación, de 2014, es Una condena compartida. Un estudio de caso sobre el control penal. Niñ@s y mujeres en régimen carcelario. (Tierradenadie Ediciones (May 2014))
María José ¿Cómo valoras la situación de los niños y niñas que viven con sus madres en las cárceles españolas?
M.J.: Valorar
la calidad de vida de las personas que viven en prisión es un tema
complejo, pero la de los niños y niñas que acompañan a sus madres lo es
aún más. El debate sobre si debe o no permitirse que éstos residan en
las prisiones siempre ha girado en torno a la importancia de mantener o
no el vínculo materno-filial pero sólo desde dos opciones: que puedan
estar en prisión o que sean separados/as de sus madres. Esta dicotomía
resalta la escasa entidad que representan aún en el Estado español las
medidas alternativas a la privación de libertad: ¿mantener el vínculo?
Sí, pero no desde el ingreso en prisión del niño/a sino desde evitar el
ingreso de la propia madre. La
etapa de la primera infancia se caracteriza por una necesidad de
estímulos alta y por el mantenimiento de unos lazos afectivos seguros y
permanentes. En este caso, la pobreza estimular, especialmente en las
unidades de madres ubicadas en los centros penitenciarios, rodea la
permanencia en el centro (desde limitaciones visuales, de contacto con
otras personas, animales, acciones cotidianas como encender o apagar una
luz, abrir o cerrar una puerta…). Todas
estas cuestiones y muchas otras ponen en tela de juicio el cumplimiento
de los derechos del colectivo de la infancia en prisiones de adultos,
siendo el principal ejemplo la inexistencia de un protocolo de actuación
para con estos niños y niñas y la no preparación específica de los
funcionarios/as de seguridad que mantienen algún tipo de relación
con ellos.
Desde
que comenzaron a crearse los módulos externos de madres se han reducido
las unidades de madres dentro de los centros penitenciarios. Parece que
esta medida es positiva porque supone una mayor adecuación a las
necesidades de estos niños y niñas ¿Cómo valoras la creación de estos
nuevos centros específicos?
M.J.: Efectivamente los módulos externos de madres
están mucho más adaptados a las necesidades de los niños y niñas,
funcionan con un régimen más abierto y se encuentran fuera de los
centros penitenciarios por tanto se ha producido un avance importante.
Aún así, dicha reducción no está acorde con el número de plazas
existentes en las unidades externas por lo que se puede prever una
cierta masificación y lentitud en el acceso a este derecho. Además debo
puntualizar que la existencia de las unidades externas no supone la
desaparición de los módulos dentro de prisión, ya que hay perfiles
delictivos que no tienen cabida en dichos centros por lo que es
importante seguir luchando por mejorar las condiciones de vida de estos
niños y niñas dentro del centro penitenciario.
¿Qué
otras medidas consideras necesarias para reducir el impacto negativo
que tiene esta experiencia en el desarrollo de estos niños y niñas?
M.J.: Las medidas específicas, especialmente si
hablamos de las unidades de madres que se encuentran dentro de
la prisión, girarían en torno a preservar los derechos de estos niños y
niñas por encima de cuestiones de seguridad, eliminando cualquier acto
de violencia a su alrededor (recuentos, registros…), suprimiendo
barreras arquitectónicas y adaptando el espacio verdaderamente a la
realidad que alberga, implantando un protocolo de actuación para el
funcionariado y una preparación específica para trabajar con infancia,
facilitando visitas personales y salidas, eliminando el locutorio además
de muchas otras cuestiones que se denuncian desde los estudios
existentes (ver Dossier módulo de madres de la prisión de Aranjuez).
Aún así serían reformas necesarias pero no supondrían la adecuación del
medio para que se diera una verdadera crianza. No se puede criar de una
forma saludable entre cuatro muros de hormigón.
¿Qué publicaciones existen de referencia en este ámbito?
M.J.: Existe escasez de estudios y publicaciones
sobre este tema en nuestro país pero entre las principales obras de
referencia se encuentran:
Otras publicaciones y artículos:
- Marín, C. (1999). Niños en la cárcel con su madre: Pros y contras. España.
- Naredo, María (2007). Reclusas con hijos/as en la cárcel en Almeda, Elisabet y Bodelón, Encarna (ed.) Mujeres y Castigo: un enfoque socio-jurídico y de género. Madrid: Editorial Dykinson.
- Galera García, Laura (2008) Niños con sus madres en prisión: retos educativos, Universidad Complutense de Madrid, España.
- Gea Fernández, Mª José (2014). Una condena compartida. La primera infancia tras los muros de una prisión.
” Afuera es un lugar”
Teatro para bebés y niños hasta 4 años.
Autora: Elisa Vargas León
Directora: Rosa Díaz
Compañía: Arena en los bolsillos
Nos encanta la idea de que las compañías de teatro piensen en los niños y niñas ¡y en los bebés!
Enhorabuena por vuestro trabajo y os deseamos muchos éxitos en la nueva temporada.
Estaremos pendientes de vuestro calendario de funciones para la primera infancia.
Mi sincero agradecimiento a Mª José Gea (entrevista) y
a Elisa Vargas (autora de la obra “Afuera es un lugar”) por su generosidad, su tiempo y su implicación en la elaboración de este artículo ¡GRACIAS!
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