Cadena perpetua a niños.

CONDENAS INHUMANAS.






Según una investigación publicada por CRIN, los niños, niñas y adolescentes pueden ser condenados a cadena perpetua en 73 países del mundo. El nuevo informe,Condenas inhumanas: cadena perpetua a niños de todo el mundo (en inglés), revisa leyes de todos los Estados para analizar de qué manera los niños pueden ser condenados a cadena perpetua. Asimismo, examina qué nuevos regímenes de penas se han implantado en los países en los que se ha abolido la prisión perpetua. Este documento también presta atención a cómo se han empleado los mecanismos de derechos humanos a nivel internacional, regional y nacional para combatir la cadena perpetua para menores y qué posibilidades ofrecen a los activistas.
Para leer la información recopilada sobre los países hispanoparlantes y de las Ámericas en español, haz clic aquí.  


Cadena perpetua para niños de todo el mundo
Las sentencias a cadena perpetua abarcan un gran rango de prácticas: desde las formas más severas, en las que la persona es sentenciada a morir en prisión, hasta sentencias más indeterminadas; cuando son dictaminadas estas últimas, no dejan claro el tiempo que la persona condenada pasará en prisión. Lo que todas las penas tienen en común es que cuando son dictadas una persona probablemente pasará el resto de su vida en prisión.
La historia jurídica y la cultura han sido claramente influyentes en la abolición de la cadena perpetua. De los 73 Estados que permiten este tipo de condenas para niños, 46 se encuentran en la Mancomunidad de Naciones. Es difícil ignorar el impacto que la tradición del derecho penal británico ha tenido en los Estados de la Mancomunidad, entre los que se incluye un enfoque punitivo hacia las sentencias de menores. Por el contrario, casi todos los Estados de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa han prohibido este tipo de condenas para niños. Esto se debe a la influencia de las fuertes restricciones en las detenciones introducidas tras el colapso del régimen del Estado Nuevo portugués. La tradición jurídica española también ha sido en gran parte contraria a la cadena perpetua; práctica que está erradicada casi por completo en América Latina. Asimismo, en Europa este tipo de condena es cada vez menor. Tan solo tres Estados la mantienen claramente, mientras que otros tres continúan mostrando una posición ambigua al respecto.

La cadena perpetua, cuando se lleva a cabo con niños, adopta diversas formas:
En aproximadamente nueve Estados es legal sentenciar a un niño a una cadena perpetua sin libertad condicional, lo que equivale a un encarcelamiento de por vida para el menor. No obstante, solo Estados Unidos emplea actualmente esta sentencia.
Sin duda alguna, la manera más común de cadena perpetua a un menor es la que permite una detención de por vida pero sujeta a la posibilidad de ser puesto en libertad condicionalmente. Esta ley está vigente en 63 países.

La detención a discreción de los tribunales o del Ejecutivo figura entre las leyes de los 27 Estados de la Mancomunidad. Esta forma de sentencia se basa en la tradición de Derecho penal británico. En algunos sistemas jurídicos, la diferencia entre la sentencia mencionada anteriormente y la cadena perpetua pueden acabar siendo insignificantes. En Reino Unido, las provisiones de liberación son las mismas que las que se aplican a la cadena perpetua; mientras que en Kenia la puesta en libertad solo puede garantizarse si se emplea la prerrogativa de indulto. Por consiguiente, las provisiones de liberación quedan a voluntad del presidente y la cadena perpetua sin la posibilidad de libertad condicional serán oficialmente lo mismo.

Como parte de la investigación, CRIN ha publicado unos perfiles de países (en inglés) en los que se detalla la legalidad de la cadena perpetua en cada Estado. Asimismo, habla de cómo se define este tipo de condena y de la disponibilidad de otras sentencias de detenciones prolongadas en el Derecho nacional. También puede leerlos perfiles de los países hispanoparlantes y de las Ámericas en español

¿Cuántos niños se ven afectados?Uno de los objetivos de la investigación era determinar cuántos niños se ven afectados por las sentencias a cadena perpetua en todo el mundo; y se pueden encontrar algunas cifras en el informe y los perfiles. Desafortunadamente, no ha sido posible obtener una descripción más detallada. Mientras que varios Estados a menudo publican datos sobre sentencias del sistema de justicia de menores, ningún país hace públicas las estadísticas completas o actualizadas sobre el número de personas que cumplen cadena perpetua por delitos que cometieron siendo menores de 18 años. Además, tampoco revelan la cantidad de tiempo que dichas personas pasaron en prisión preventiva. Esta carencia de acreditación y de información actualizada, no solo dificulta que los Estados rindan cuentas por su trato a los niños, sino que también mina la capacidad de los países para participar en investigaciones basadas en revisiones de aplicación de sentencias y en fondos de rehabilitación.

Desarrollando normas internacionales
La comunidad internacional se ha centrado durante mucho tiempo en la cadena perpetua sin libertad condicional (LWOP, por sus siglas en inglés), un tipo de sentencia destacada en muchos tratados de derechos humanos. Pese a que la LWOP es, sin lugar a dudas, la cadena perpetua más severa, este enfoque ha servido para enmascarar formas de pena perpetua generalizadas y no tan evidentes. Pero en los últimos años, este planteamiento más limitado hacia la cadena perpetua de menores ha comenzado a cambiar. La Asamblea General primero instó a los Estados a considerar la derogación de los distintos tipos de cadena perpetua de niños en 2012. Asimismo, el Consejo de Derechos Humanos exhortó en dos ocasiones a los Estados a que eliminasen este tipo de condena para niños tanto en su legislación como en la práctica. A principios de este mes, el Relator Especial sobre la tortura confirmó que la cadena perpetua y las penas de larga duración son crueles, inhumanas y degradantes y reclamó la prohibición de esta condena hacia los niños en todas sus formas.
El informe registra el desarrollo de los estándares internacionales e incluye un análisis completo del modo en el que los mecanismos de los derechos humanos de las Naciones Unidas han instado a que los Estados rindan cuentas sobre la cadena perpetua de menores.

Combatir la cadena perpetua para niños
El informe desveló una gran variación entre las maneras en las que los tribunales regionales sobre derechos humanos habían respondido para impugnar la compatibilidad de la cadena perpetua y las normas de derechos humanos. Estas variaciones abarcan desde la prohibición categórica establecida por la Corte Americana de Derechos Humanos en 2013, hasta las restricciones progresivas impuestas por Estados Unidos en materia de cadena perpetua junto con la situación, todavía sin aclarar, del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que ha abordado la cadena perpetua en adultos en los últimos años pero no ha aclarado cómo se aplicarán estos estándares a los niños.
El informe examina estos casos en profundidad con el fin de analizar cómo podrían enfocar los futuros retos en la lucha contra la cadena perpetua para menores. También puede consultar casos de cadena perpetua publicados a través de la base de datos legal de CRIN, a la que iremos añadiendo nueva información en las próximas semanas y meses.

La campaña continúa
Esta investigación forma parte de la campaña de condenas inhumanas de CRIN que fue puesta en marcha para continuar con el estudio de las Naciones Unidas sobre la violencia contra los niños. El estudio de la ONU determinó la eliminación de la pena de muerte, la cadena perpetua y las penas corporales como requerimientos básicos para suprimir la violencia de los sistemas de justicia juveniles.
Nosotros nos centramos en este tipo de sentencias en concreto no solo porque eliminarlas hará que los sistemas jurídicos de todo el mundo se pongan en completa conformidad con los derechos de los niños, sino porque figuran entre las violaciones de derechos más graves del sistema de justicia. Además, su erradicación debe ser un punto de partida en cualquier reforma significativa de la justicia de menores. CRIN cree que la erradicación de los castigos crueles, inhumanos y degradantes debe ser parte de un progreso mayor hacia un sistema de justicia que respete plenamente los derechos de los niños.

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