“Igualdad para las mujeres: progreso para tod@s”
Asociación GSIA con todas las NIÑAS en el
10 personajes infantiles comprometidos con la igualdad
De Mary Poppins a la protagonista de Frozen,
un repaso por algunos de los personajes de ficción animada
que han transgredido los roles tradicionales de género
un repaso por algunos de los personajes de ficción animada
que han transgredido los roles tradicionales de género
La mayoría de las películas, los libros y las series
de televisión infantiles han estado siempre protagonizados por
personajes varones. Ser el eje del relato, luchar por un sueño, tomar
decisiones, emprender aventuras… toda parecía reservado para ‘ellos’. Y
los pocos productos protagonizados por ‘ellas’, en su mayoría,
reproducían los esquemas propios del patriarcado. “Las series y
películas de nuestra infancia nos pueden parecer ahora algo banal y
remoto, pero no es así. Sirvieron para fortalecer estereotipos,
perpetuar la invisibilidad de las mujeres y limitar nuestras
autopercepciones y aspiraciones sociales”, señala Sonia Herrera,
especialista en la línea de Estudios audiovisuales desde la perspectiva
de género de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Desde la sumisa Vilma Picapiedra o la insulsa Minnie Mouse hasta las hipersexualizadas Monsters High, pasando por la candorosa Candy, Candy o la insípida princesa Romy de La vuelta al mundo de Willy Fog,
nuestro imaginario colectivo está repleto de personajes infantiles
femeninos que reproducen conductas estereotipadas y sexistas. En lo alto
de la lista están las princesas Disney, la mayoría de ellas monas,
lánguidas, frágiles y enamoradizas y que constituyen un claro ejemplo
negativo de feminidad, únicamente preocupadas por encontrar el amor en
el príncipe azul de turno que las rescatará. “En lo que al género de
animación se refiere, tradicionalmente se han construido personajes
asignándoseles una serie de características en función de si eran
mujeres u hombres, quedando encasillados en roles y estereotipos basados
en la desigualdad de género”, afirma Inmaculada Sánchez-Labella,
doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla y autora del
estudio Construcción de la imagen femenina en las series de animación.
A pesar de la proliferación de los cuentos pro igualdad, como el reciente Superlola,
en los últimos años no ha cambiado mucho el cuento. Aunque es cierto
que siempre ha habido personajes femeninos en la literatura infantil y
juvenil y en los dibujos que se atrevieron a romper con lo establecido
en materia de igualdad de género, que reclamaban su independencia, su
libertad y la igualdad de derechos respecto a sus compañeros varones.
Personajes autónomos, como la abeja Maya; rebeldes, como Punky Brewster;
o que querían ser piratas, como Pippi Calzaslargas. Aquí están algunos
de esos modelos de insumisión que han colaborado en la construcción de
una sociedad más igualitaria entre hombres y mujeres:
1. Mary Poppins:
El personaje que interpretó Julie Andrews es una mujer soltera,
trabajadora, independiente en una época en la que no es lo habitual.
"Toma sus propias decisiones y sus méritos no radican en la belleza”,
asegura Herrera, experta además en comunicación educativa, cine e
igualdad de género. Y añade: “El personaje literario lo era aún más,
pero Walt Disney se encargó, de forma perversa, de edulcorar la obra de
Pamela Lyndon Traver para la gran pantalla”.
2. Jo (‘Mujercitas’):
El personaje de la novela de Louisa May Alcott no tenía nada que ver
con sus hermanas. Soñaba con ser escritora, se negó a casarse con su
amigo y tenía un espíritu rebelde, más parecido a lo que entonces se
entendía como el carácter de un chico. Una metáfora que se simboliza
cuando Jo se corta su preciado pelo para conseguir dinero y que su madre
pueda ver a su padre, herido en la guerra.
3. Pippi Calzaslargas:
En los 70 marcó a toda una generación precisamente porque poseía
características y actitudes “propias de un personaje masculino: estaba
dotada de una gran fuerza, era rebelde, autónoma y aventurera”, señala
Sánchez-Labella. También ayudaba a ello su modo de vestir, que rompía
con los roles y patrones tradicionales que dibujaban el género femenino,
“por su estilo desaliñado, despreocupado y alejado del estereotipo
cuidado y delicado”. Libre, independiente, fuerte, divertida,
irreverente… con ella llegó la transgresión. “Pippi traspasaba sin
vacilar las normas sociales y el pensamiento hegemónico de la época
porque no tenía absolutamente nada que ver con lo que se esperaba de una
señorita”, explica Sonia Herrera.
4. Mafalda:
El entrañable personaje de Quino no puede decirse que sea un personaje
expresamente infantil, pero lo que sí puede afirmarse con rotundidad es
que todos sus lectores, mayores y pequeños, se han visto sacudidos por
sus aspiraciones utópicas y su discurso brutalmente sincero. Para
Sánchez-Labella, “Mafalda se presenta preocupada por los problemas que
asolan la Humanidad y amenazan la paz mundial, es noble, inconformista y
se rebela contra el mundo, queriendo romper con el legado de sus mayores y rompiendo los estereotipos de personajes masculinos luchadores”.
5. La pequeña Lulú:
Nació como una tira cómica creada por Marjorie Henderson Buell, una de
las primeras mujeres dibujantes de cómics de EEUU. Después saltó a la TV
con el mismo espíritu: “Siguió siendo la protagonista del relato, la
líder, el personaje que resuelve, que cuestiona los criterios machistas y
los prejuicios de sus compañeros de pandilla”, indica Sonia Herrera,
que destaca el carácter revolucionario de este personaje en la España de
los años 60, hasta el punto de que los cómics fueron prohibidos por el
régimen franquista porque “perjudicaban la educación de los niños”.
6. Ana de las Tejas Verdes:
La protagonista de la serie (y de la novela de Lucy Maud Montgomery)
llega al hogar de los Cuthbert cuando ellos esperan que el niño que han
adoptado sea varón. “En su lugar aparece Ana, una chica perspicaz,
creativa, estudiosa, competitiva, con ambiciones de ser una gran
escritora y alegre, que disfruta en compañía de sus amigos y que se
relaciona de igual a igual con los chicos de su edad”, destaca Herrera.
7. Las Súpernenas: Son
tres hermanas que tienen que salvar su ciudad cuando el alcalde las
necesita. Vestidas igual pero de distinto color, su principal
característica es que son superheroínas, un hecho “atípico” para la
investigadora Sánchez-Labella puesto que, “en su mayoría, y desde la
estereotipia tradicional, el constituirse como personajes protagonistas
con poderes era propio de los personajes masculinos”.
8. Mérida (‘Brave’): “Esta
princesa subvierte el rol tradicional de princesa Disney”, afirma Sonia
Herrera, pues rompe con los roles tradicionales y decide redirigir su
futuro al poner fin a la antigua costumbre que la obligaba a casarse con
los hijos de los señores pudientes de su reino. “Es una joven valiente,
aventurera, impulsiva y experta arquera, lo cual puede llamar la
atención del público pues se trata de actividad deportiva asignada
tradicionalmente al género masculino”, añade Sánchez-Labella. Mérida no
tiene nada que ver con Cenicienta o Blancanieves y está muy alejada de
los tradicionales personajes representados en este tipo de historias.
“Se la dibuja como un personaje revelador y rompedor con los esquemas
hasta ahora asignados a los personajes de princesa”, añade la
investigadora. Su aspecto físico, con una melena pelirroja, alborotada y
desaliñada, simboliza su espíritu libre y valiente, como el título de
la película.
9. Dora, la exploradora:
Es una niña de 7 años divertida, alegre y amable con rasgos latinos, lo
cual introduce un aspecto positivo desde la perspectiva de la evolución
de la igualdad social y cultural. “Con un carácter atrevido y
aventurero, protagoniza historias convirtiendo tales adjetivos como no
sólo aptos para el sexo masculino”, indica Sánchez-Labella.
10. Ana (‘Frozen, el reino de hielo’):
La protagonista de la última producción de Disney se une a un audaz
hombre de las montañas en un viaje épico para poner fin al gélido
hechizo que condenó a la ciudad de Frozen a un invierno eterno. “Aunque
se presenta con rasgos propios de una princesa: esbelta silueta y larga
cabellera rubia, Anna se diferencia de este estereotipo tradicional
presentándose como una joven optimista, valiente, aventurera y astuta”,
indica Inmaculada Sánchez-Labella. “Aquí el amor romántico es una parte
más de la trama, pero adquiere mucha más importancia el amor entre las
hermanas Elsa y Ana, rompiendo así con el relato patriarcal
tradicional”, añade Sonia Herrera.
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