Los niños cabezas de familia
¿Constituyen una forma de cuidado
alternativo como cualquier otra?
sobre los aspectos que implica esta forma de acogimiento.
Boletín de nº170, Marzo
de 2013
El fenómeno de los niños cabezas de
familia, principalmente presente en África subsahariana, plantea la cuestión
del lugar que ocupa tal opción en la serie de las medidas de cuidado
alternativo, señal de un hecho social reconocido pero preocupante en ciertos
aspectos.
El
fenómeno de los niños cabezas de familia suscita múltiples cuestiones en cuanto
a los derechos de cada niño afectado, aunque haya sido reconocido como un “nuevo tipo
de familia” por el Comité de los Derechos del Niño (Observación General N°
03 - 2003) y admitido como medida de acogimiento alternativo por las
Directrices de la ONU sobre las modalidades alternativas de cuidado de los
niños de 2009 (§37).
Una opción entre retos y
realidad
Aunque efectivamente esta opción de
acogimiento haya sido reconocida y contemplada por las normas internacionales,
su realidad in situ implica una pesada carga para los jóvenes (o incluso
muy jóvenes) adolescentes llevados a subvenir y cubrir las necesidades de sus
hermanos, de un padre enfermo y/o de sus
abuelos. Este arreglo genera una presión considerable en los niños cabezas de
familia, más expuestos a la desescolarización, así como a la explotación y a los abusos
derivados de la búsqueda de ingresos para su familia y de la ausencia de un
adulto protector.
Además, el ejemplo de Zimbabue
(véase nota final) muestra la necesidad de un marco y de una protección de este
tipo de acogimiento, todavía ampliamente informal. En efecto, para que tal
medida sea beneficiosa para todos los niños del hogar, se requieren numerosos
esfuerzos por parte de los poderes políticos, tanto al nivel de la
identificación y del registro de los hogares “autogestionados” llamados
informales, como del seguimiento y del acompañamiento constante de los niños interesados.
El acceso de los niños a los
servicios sociales básicos (acceso a la atención sanitaria, los certificados de
nacimiento, la educación, las ayudas financieras), las posibilidades ofrecidas
a los niños cabezas de familia para que puedan conservar su derecho a la
infancia, la formación de los profesionales, son todos ellos aspectos
obligatorios si de lo que se habla es de una opción de protección de la
infancia pertinente.
Además, este acompañamiento supone
la asignación de un mínimo de recursos, recursos que faltan precisamente en los
países donde más se da este tipo de contexto familiar. No es, pues, asombroso
que actualmente, las ONGs y la sociedad civil tomen el relevo para garantizar,
en la medida de lo posible, el bienestar de los niños de este tipo de hogar.
Por otra parte, ya sea temporal o
permanente, esta medida de acogimiento, debería decidirse en el interés del niño
y con el niño cuando su edad lo permita, como con cualquier otra medida.
Toda la dificultad reside pues en
la determinación del interés de cada niño del hogar, incluido el del mayor que
es la cabeza de familia, para que esta opción no suponga un sacrificio para
este último. Recordemos, no obstante, que si los controles y condiciones previos
no se cumplen, esta medida puede rápidamente resultar nefasta para el derecho
de los niños y en particular, de los niños cabezas de familia dado que la
frontera entre el riesgo y el beneficio es fina en este marco.
¿Es necesario reflexionar sobre
otras estrategias de conservación de los grupos de hermanos?
Si la finalidad es la conservación
del grupo de hermanos, ¿puede esta medida de cuidado ser cuestionada? ¿El acogimiento
de estos grupos de hermanos de manera provisional o permanente, en estructuras
públicas adaptadas o familias de acogida, no podría responder mejor a las
necesidades y al interés de cada niño (en particular el mayor que es la cabeza
de familia) integrando una figura adulta de referencia? ¿El campo de la
reflexión puede abrirse a la cuestión de la adopción habida cuenta del contexto
evolutivo del perfil de los niños adoptados internacionalmente (en particular
la edad de los niños y los grupos de hermanos)? .
El reto principal para los Estados
afectados parece ser finalmente seguir siendo imaginativos, teniendo en cuenta los
recursos disponibles, para desarrollar estrategias de conservación de los
grupos de hermanos que protejan el derecho y el interés de cada niño del
hogar.
Nota
Trabajar con los hogares cuyas cabezas de familia son
niños en Zimbabue. La
Asociación Vanavevhu brinda apoyo a los
hogares cuyas cabezas son niños. Brinda al niño cabeza de hogar la oportunidad
de mejorar sus habilidades así como de conseguir sus propios ingresos y
proporciona alimentos, educación y atención sanitaria a toda la familia.
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