El arte y la infancia, patria común
Fundación Valentín de Madariaga, Sevilla
"Los niños frecuentemente plantean cuestiones muy profundas
con una simplicidad que a los adultos nos desarma"
- 'Nunca jamás' estrena en Andalucía el primer cortometraje de Tim Burton
- La muestra reflexiona sobre los nexos comunes entre los niños y los artistas
- Ambos colectivos comparten medios para analizar y explicar la realidad
Como un grito de reivindicación del conocimiento a través de la
imaginación -aquella bandera naif de "la imaginación al poder" que
enarboló el mayo francés-, la exposición 'Nunca jamás: Historias de niños para adultos'
concebida para la Fundación Valentín de Madariaga de Sevilla y
visitable en su sede hasta el próximo 17 de marzo, propone la búsqueda
de esa patria que los niños y los artistas comparten: ambos colectivos
se les consiente casi todo.
Fotograma de 'Vincent', de Tim Burton. |
La muestra, que reflexiona sobre esas licencias de candorosa
apariencia que, en muchas ocasiones, el arte contemporáneo se concede
para abordar terrenos muchos más oscuros o complejos, abarca un ambicioso catálogo internacional que incluye nombres como el cineasta Tim Burton,
de quien se exhibe 'Vincent' -su primer cortometraje, que realizó
cuando tenía 24 años-, Kara Walker, Marcel Dzama, o Liliana Porter. Y la
complementan consagrados artistas nacionales como Antonio Ballester,
Paloma Muñoz o Chema Lumbreras, junto a talentos jóvenes como Julio
Falagán o Jorge Perianes.
"Los niños frecuentemente plantean cuestiones muy profundas con una simplicidad que a los adultos nos desarma",
reflexiona Sema D'acosta, comisario de este particular país de nunca
jamás. "Y el arte contemporáneo comparte ese planteamiento con la
infancia, huyendo del razonamiento para reivindicar esa parte creativa
del cerebro que por muchos motivos tenemos oculta, inactiva". O como lo
explicó Nietzche según cita el catálogo de la muestra: "La madurez del
hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando
era niño".
La exposición está dividida en siete capítulos asociados a otras tantas etapas o episodios de la creatividad infantil, desde los micromundos encerrados en bolas de cristal aportadas por Walter Martin y Paloma Muñoz al abismo de la pre-adolescencia y los miedos propios del despertar sexual que inspiran los dibujos de Yoshimoto Nara o Guillermo Martín Bermejo.
"La sala que agrupa los episodios 'Juegos y juguetes' y 'Travesuras
en el salón' explicitan aún más si cabe esa intensa conexión entre el
imaginario infantil y los procesos creativos", explica el comisario de
la muestra. "La instalación de Julio Falagán 'Un juego
muy serio' tiene una gran variedad de mensajes lanzados a través de
elementos directamente sacados del mundo infantil, de los juegos que los
niños son capaces de inventar con cualquier elemento".
La comunión entre ambos universos creativos alcanza en la muestra el
punto más explícito en la obra aportada por Antonio Ballester para el
capítulo titulado 'Garabatos'. En él se exhibe su serie 'No future',
formada por dibujos infantiles realizados por el propio artista
a la edad de entre cinco y diez años y cuyo título hace alusión a la
ausencia de preocupación por el futuro que espera a la propia obra en el
momento de su creación. "Es el paradigma de unión del niño con el
artista", asegura Sema D'acosta.
Tim Burton, estrella de la exposición con un cortometraje que se
exhibe por primera vez en Andalucía, cierra la muestra con su particular
reivindicación del lado oscuro de la infancia. En la versión original
en inglés, el texto de la cinta corresponde al poema 'El Cuervo', de
Edgar Allan Poe, y la cinta ya deja entrever en sus seis minutos de
duración todo el universo creativo que el cineasta californiano desarrollaría a lo largo de su carrera.
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