Un pequeño homenaje a quien hizo desde la infancia,
grandes aportaciones a los Derechos Humanos
Stéphane Hessel, Descansa en Paz
Stéphane Hessel y la Infancia Indignados. foto Sociologos sin Fronteras |
Indignación por el hecho de la muerte
Hoy ha fallecido Stéphane Hessel. El autor del Best Seller “Indignaos”, cuyo comentario de libro apareció en la Web de Sociólogos sin Fronteras aún cuando estaba en francés, antes de traducirse al castellano. El enlace en el que se hacía la referencia era el que sigue:http://www.sociologossinfronteras.org/indignez-vuos/
“Indignaos” fue una de las obras más leídas en el 2012, por su brevedad, 32 páginas; concisión y fondo. Fue una llamada a las generaciones, sobre todo las más jóvenes de Europa, que nunca habían vivido una guerra en su tierra y habían disfrutado del Estado de Bienestar democrático surgido de la postguerra.
El autor, precisamente era un nonagenario que había vivido las vicisitudes del siglo XX, en muchos momentos desde el lado de los perdedores, ya sea por su origen étnico (era judío) como por su nacionalidad (francesa), o su ideología; en el periodo de la Segunda Guerra Mundial, cuando la expansión nazi persiguió sin compasión a todos aquellos que cuestionaban su organización con criterios segregacionistas y de concepción de raza superior en busca de su designio universal, Hessel fue un luchador. Tuvo que salir de su país de nacimiento, huir de la persecución, afanarse por conservar la vida… Desde allí se opuso a la opresión, arriesgándose en actividades de espionaje y siendo perseguido por la policía del régimen hitleriano o el colaboracionismo de Vichy, hasta ser encarcelado y torturado. Estuvo dos veces encerrado en un campo de concentración, ambas veces logró huir en condiciones, tales que podrían ser parte de una novela de ficción, ya que tuvo que suplantar a un compatriota muerto para salvar su propia vida.
Padeció persecución, prisión y siempre se alzó contra quienes oprimían a sus semejantes. En aquellos tiempos se opuso ante aquellos que eran los perseguidores, cuando la agresión física era el estándar de tratamiento para los humillados, los considerados parias o los enemigos del régimen. Normalmente los verdugos tenían un rostro: Hitler, la Gestapo, el fascismo y sus colaboradores… También Hessel vivió la gloria y el entusiasmo; llegó a ser uno de los padres de la Declaración Universal de Derechos Humanos y no cesó de pelear, hasta cuando no pudo hacerlo con la fuerza física, que pasó a la denuncia y a la arenga con la pluma. Fruto de esta última actividad surge la obra “Indignaos”. Le indignó la situación económica y también ciertas prácticas políticas, como la resistencia sionista en Israel a la constitución del Estado Palestino, Israel era un país al que se adscribía por su condición judía.
En “Indignaos” trataba de movilizar a los jóvenes frente a los abusos del poder. Puso rostro a los perseguidores, que ahora eran del sector financiero y del mercado; poniendo en valor lo que su generación hizo en los tiempos difíciles de lucha contra el fascismo y el nazismo, tiempos muy duros y con riesgo de perder la vida. Su objetivo era que las personas hoy se movilicen contra la tendencia liberal de la Unión Europea y sus dictados en la gestión de la actual crisis; donde se tiende a los recortes sociales, el adelgazamiento de lo público, la limitación de la presencia de la financiación estatal y la fijación de techos de endeudamiento público, que tiene como consecuencia la pérdida de la democracia que ha sido tan peleada en el siglo XX. Así, textualmente denunciaba en sus páginas: “Se supone que el primer mundo disfruta de una sociedad del bienestar basada en los valores democráticos y en la riqueza que generan algunas de las más productivas economías del planeta. Y, sin embargo, algo va mal. En Francia, país tradicionalmente modélico en cuestión de libertades, cooperación internacional y logros sociales, se desprecia al débil y se exalta el culto a dinero”.
Descanse en paz y que perdure su legado
En este siglo XXI convulso, "pobre" y "ladrón" de derechos; tenemos que añadir que es rico en orfandades (Saramago y ahora Hessel) de aquellos que nos ayudaban a enunciarlo (tenían perspectiva y memoria)
ResponderEliminarHoy me siento un poco más huérfana.
Son Maestro, sabios que saben saborear los buenos sabores de la vida,,, al margen de alaracas y presunciones de grandeza...
ResponderEliminarGrandes son ellos, aún a pesar de su sencilled