Maltrato infantil en la familia en España, Informe Centro Reina Sofía 2011

 Maltrato infantil en la familia en España

Informe del Centro Reina Sofía
INFORMES, ESTUDIOS E INVESTIGACIÓN 2011
MINISTERIO DE SANIDAD, POLÍTICA SOCIAL E IGUALDAD

Equipo de elaboración del informe
Dirección de la investigación: José Sanmartín Esplugues 
Coordinación y redacción del informe: Ángela Serrano Sarmiento 
Apartado de Legislación: Yolanda García Esteve
Investigaciones realizadas: Ana Rodríguez Martín
Análisis estadísticos: Pilar Martínez Sánchez
Edición: Helen Blundell e Isabel Iborra Marmolejo



Conclusiones del Estudio

"En este apartado vamos a recoger las hipótesis que planteamos en el apartado 7.3 del presente informe y vamos a analizar, a partir de los resultados del estudio, cuáles de ellas se han cumplido.

.- Los diversos estudios sobre maltrato infantil en la familia sostienen que éste disminuye a medida que aumenta la edad del menor.
Los datos obtenidos a partir de este informe confirman esta hipótesis. Así, la prevalencia en el tramo de 8 a 11 años es del 5,05%, de 12 a 14 años es del 4,65% y del 15 a 17 es de 2,90%.

.- El  haber  sido  víctima  de  maltrato  infantil  en  la  familia  puede  ser  un factor de riesgo para convertirse en agresor en la edad adulta (transmisión intergeneracional del maltrato). Se ha encontrado una relación positiva entre padecer maltrato en la infancia y ser maltratador en la edad adulta. Así, el 45,83% de los familiares que tenía un historial de maltrato, maltrataron a su vez a algún menor a su cargo en 2006. Este porcentaje es mucho menor entre aquellos familiares que no tenían historia de maltrato (20,35%).

.- El consumo de sustancias incrementa el riesgo de que los padres y cuidadores
maltraten a los menores. Los  resultados  obtenidos  permiten  confirmar esta  hipótesis  en  el  caso del consumo de drogas, ansiolíticos y antidepresivos. Al contrario de los resultados encontrados en otros tipos de violencia (violencia de pareja), en este estudio no se ha encontrado una relación positiva entre el consumo de alcohol y el maltrato infantil.

.- Los agresores poseen un locus de control externo y distorsiones cognitivas por las que responsabilizan a la víctima del maltrato que sufren. El 75,16% de los agresores ha expresado que cuando maltrata al menor a su cargo, lo hace porque este se lo merece o le provoca. Por tanto, se confirma la hipótesis de que la mayoría de agresores se exculpa de sus acciones y culpabiliza a la víctima del maltrato.

.- Los modelos educativos negligente y autoritario correlacionan positivamente con el maltrato infantil. Hay cierta incoherencia en las respuestas de los familiares sobre el modelo educativo que utilizan. Así, aunque la mayoría declara estar de acuerdo con el modelo democrático (90,74%), un porcentaje muy alto de familiares también expresa su acuerdo con el modelo autoritario (61,78%). Esto parece indicar que el estilo educativo de los agresores es muy inconsistente y que el uso de técnicas democráticas o autoritarias depende de la situación (o incluso, que se alternan de forma arbitraria). La literatura parece mostrar que la pauta educativa más perjudicial para los menores es, precisamente, la inconsistencia a la hora de marcar normas y de proporcionar afecto. Actúa principalmente de dos formas: dificulta el establecimiento de un apego seguro y facilita la aparición de problemas de conducta en los menores. Tampoco se contrasta la relación entre el modelo permisivo (o negligente) y el maltrato puesto que sólo el 21,38% de los agresores afirma estar de acuer- do con este modelo.

.- Las consecuencias del maltrato infantil difieren según el sexo de la víctima. Las chicas tienen mayor tendencia a sufrir trastornos de internalización (de- presión, ansiedad o aislamiento), mientras que los chicos suelen presentar problemas de externalización (problemas de conducta). Esta hipótesis se cumple principalmente en el tramo de 8 a 17 años. En estas edades, las chicas tienen mayor tendencia a sufrir problemas de internaliza- ción. En concreto, el 73,68% de las chicas víctimas de maltrato presenta sen- timientos de tristeza y depresión, frente al 35,71% de los chicos. Además, la segunda consecuencia más común en las chicas es el nerviosismo (36,84%), mientras que en los chicos el segundo lugar lo ocupan los comportamientos violentos (28,57%). En el tramo de 0 a 7 años los porcentajes de víctimas que presentan senti- mientos de tristeza y depresión son muy altos en ambos sexos, incluso más altos para chicos (43,90%) que para chicas (31,58%). Lo que sí es cierto es que las chicas presentan más comúnmente aislamiento (26,32% de las chicas frente a 19,51% de los chicos), y al revés para los comportamientos violen- tos (14,63% de los chicos frente a 10,53% de las chicas). Por tanto, en este tramo también se cumple la hipótesis, en parte.

.- Actualmente hay una mayor sensibilización social frente al problema del maltrato infantil. El 47,06% de las víctimas de 8 a 17 pide ayuda. Esta ayuda la reciben de diversas fuentes (psicopedagogos, responsables de guarderías y colegios, otros  menores,  servicios  sociales,  etc.).  Todo  esto  parece  confirmar la hipótesis de que el maltrato infantil está alejándose de la esfera de lo privado para pasar a ser un problema social, ante el que las personas que rodean a los menores se sienten implicadas.

.- La falta redes de apoyo social y el estrés son factores de riesgo importantes en las situaciones de maltrato infantil. Aunque son factores predisponentes y precipitantes respectivamente, los datos indican que el 79,50% de los agresores destacó no tener ayuda de familiares, amigos, etc., para el cuidado de los menores. A su vez, el 38,30% de los agresores reconocer vivir situaciones de estrés, dentro de las que destacan principalmente los problemas laborales (24,84%), por encima de los problemas económico (20,63%), y de salud (21,87%).

.- Los padres son los principales agresores en los casos de maltrato físico, maltrato psicológico y abuso sexual, mientras que las madres lo son en los casos de negligencia.
Los datos ofrecidos por este informe confirman esta hipótesis, según los datos obtenidos de 0 a 7 años, se observa que el padre biológico es responsable de los porcentajes más altos de maltrato físico (43,75%) y psicológico (63,64%), mientras que la madre biológica lo es de la negligencia (72,73%). El abuso sexual es perpetrado en un 50% tanto por el padre biológico, como por los hermanos de las víctimas. A este respecto cabe la pena destacar que este último, aunque no es el más frecuente, sí es el que más se reitera. Es decir, que una vez que se produce tiende a repetirse. Esto puede ocurrir porque indudablemente se cimenta sobre el miedo y el secretismo que rodea esta situación.
En cuanto a los datos globales, las madres son las principales agresoras en la mayoría de los casos. Convendría matizar estos resultados. Si bien los datos no mienten, también es cierto que tal como se ha afirmado, las madres son las principales personas encargadas del cuidado de los hijos, y quienes pasan mayor tiempo con los menores, por tanto, son las personas que tienen mayor contacto en los centros escolares, o servicios sanitarios y se visibilizan como autoras del maltrato, dejándose en ocasiones, en el anonimato las situaciones de maltrato ejercidas por el padre u otros familiares. Además ha de tenerse en cuenta que en la cotidianidad de tantas horas es posible que ocurran mayores roces y situaciones problemáticas que predisponen las situaciones de maltrato"




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